“Algunas personas quieren que algo ocurra, otras sueñan con que pasará y las menos hacen que suceda” Michael Jordan
El jueves por la
noche, con la publicación de reportaje sobre el estado actual del Parque de la Casa de Campo de Madrid,
se acompañaba propuesta de ruta pero, en esta ocasión, lanzando un “anzuelo”
Porque el encuentro se ha propuesto que sea junto al Restaurante El Anzuelo, con la sana intención, no es la primera vez, de que a nuestro regreso tengamos tiempo de compartir unas cervezas pero ya se verá qué ocurre… y así acudimos: Enrique, Ernesto, Jesús, Juan, Luis Ángel, Miguel Ángel, Nacho, Patrick, Rafa y Alfonso.
Nos hemos dado
cita en plena Sierra de Guadarrama
que, con cada nueva ruta que realizamos, nos resulta más atractiva y un poco menos desconocida para AlfonsoyAmigos.
Llegamos pronto y sin
embargo parece que cuesta arrancar. ¿Será que hay
respeto por la ruta que tenemos por delante? O que la
temperatura puede resultar engañosa y hay quien rebusca en la bolsa de
equipación dudando sobre qué ponerse.
Enrique arranca,
se le nota ansioso y con su marcha pone al resto en movimiento ¿o no? ¿Vienen o quéeee?
En sube y baja
rápido, con sol en lo alto y temperatura que avisa de que va a subir llegamos
al puente de Matafrailes, uno de los
tres puentes medievales que hay en Canencia. Éste, el más
alejado, casi linda con Gargantilla de Lozoya, sobre el río Canencia.
Propongo coger
pequeño desvío para ver los rápidos del río Lozoya y aquello se convierte en un
auténtico Photocall, pues todos
queremos llevarnos nuestra foto de recuerdo.
Rodamos cerca de la presa del embalse de Pinilla, (1967), cuyo acceso parece estar cerrado, pero esta vez no hay intención de cruzar y nos acercamos a un observatorio de aves con balcón mirador a las formidables vistas del embalse, de la localidad de Lozoya y de Pinilla del Valle más a lo lejos. ¡¡Una maravilla!!
Reconoce que su
decisión no fue acertada y fruto de ella acabó por los suelos. Enrique se afana en recomponer el aparatejo, no hay cinta americana, pero acaba sujetándolo con unas
bridas. ¡Listo, vámonos!
El sendero se abre
más y casi desaparece en prados amplios, verdes y húmedos, con gran cantidad de
ganado que nos observa con atención. Nos acercamos a la
localidad de Navarredonda fundada por los árabes a mediados del siglo XI como
agrupaciones de cabañas de pastores hasta que en el siglo XII llegó la
reconquista y se asentaron pastores segovianos
procedentes de Sepúlveda.
Una paradita junto
a fuente de agua fresca a la entrada del pueblo nos prepara para lo que está
por llegar. Avanzamos entre arbustos y robles,
cruzamos el arroyo del Chorro, tomamos desvío a la izquierda y allá vamos.
La pista forestal va tomando más y más desnivel, es engañosa. Desde el desvío hasta la Casa del Leñador (refugio en ruinas, uno más) apenas recorremos algo más de un 1,5 kms pero se hacen duros, aunque todavía hay quien bromea con un “aún no he roto a sudar” o “ni lo he notado”, pero a todos viene bien un pequeño descanso.
Mira tú por donde, acabamos descubriendo una nueva "Puerta" que nos faltaba en nuestra colección Puertas de la Sierra de Guadarrama: La Puerta de los Carpetanos.
La zona es
popular, nos acompañan andarines y excursionistas, jóvenes y mayores, niños andando
o en hombros de sus padres, pero nadie pierde el ánimo. Todos queremos alcanzar a ver la Chorrera
de San Mamés y a fe mía que la hemos visto, aunque haya sido de lejos. Pero no porque no lo hayamos intentado ¿eh?
Un ir y venir ¿pa
na? ¡Qué va! Para disfrutar de
uno de los saltos de agua más espectaculares de la Comunidad de Madrid, con unos
32 metros de caída, pero la gente se acumula en el lugar, el avanzar es a base
de cargar con las bicicletas superando grandes zonas de rocas y lo hacemos
hasta que se llega a un punto en el que ya resulta imposible el avance salvo
para trepadores y escaladores de paredes. ¡Bueno, es lo que hay!
Emprendemos
regreso con precaución, aguantando los frenos para no lanzarnos, saludando a
quienes nos ceden el paso amablemente. Decimos adiós al
“leñador” y seguimos bajando hasta coger ahora desvío a la izquierda… ¡A la izquierda Rafa!
El Camino de los
Almajanes, la Cañada de la Cárcaba y la Colada de la Solana, pero ya es
descenso. Una auténtica maravilla de entorno, por caminos
rápidos, también pedregosos pero siempre disfrutones hacia Villavieja del
Lozoya, pero antes habrá aviso de avería. ¡Todos parados!
Cuando retrocedo y
me acerco al Grupo veo extrañas miradas, alguno que comenta algo en bajito
tapándose la boca, otro que lanza resoplido al estilo de ¡buuf! ¿Pero qué ha ocurrido? ¿Ha reventado una cubierta? ¿Ha roto el cambio, la patilla? PEOR,
me dicen. Ha pinchado y lleva cámara. ¿Noooo?
Síiiiiiii
Dejamos que sea
Patrick, el más rápido en ofrecer ayuda, el que auxilie a Jesús. El resto nos hacemos como los despistados hasta que podemos continuar
la marcha.
Ya tenemos a la
vista el embalse de Riosequillo (1958), que fue cabecera hasta que se inauguró
el de Pinilla y atravesamos Pinilla de Buitrago para coger la Cañada de la
Cerrada de Garay. Será “cerrada”, pero ha dejado escapar un
montón de agua… y nos vemos obligados a atravesar, sin excusa, largas
cañadas repletas de agua estancada o que corre cuesta abajo como arroyo sucio
que no huele muy bien, por cierto.
De repente, el agua
desaparece como si hubiera fluido de manantial, entramos en la Cañada de Santiago y dejamos a la derecha los restos de antigua Ermita, esperando tal vez bendición por la formidable ruta que hemos realizado.
Las dos averías nos han retraso más de lo previsto, imposible el final de ruta con las cervezas de testigo. El partido del Atlético es a las 4,15 y la mitad de los presentes queremos llegar a tiempo de verlo. El resto, alguno con compromiso familiar, pero a las madridistas se les nota relajados y están dispuestos a quedarse a compartir algunos bocatas.
Una semana más, nuestro
amigo Enrique ha brujuleado en los mapas y en tracks ya publicados, escudriñando en busca de zonas desconfinadas a la caza y captura de un nuevo rutonazo. Y lo ha conseguido.
La próxima ruta podrá ser más dura… pero Nacho dice: No me canso.
Fuerte abrazo para tod@s
Pues parece que Madrid tiene muchos secretos todavía por descubrir. Lo demostráis semana a semana en esa tarea silenciosa y muy dedicada de encontrar rutas y recorridos.
ResponderEliminarLas fotos son fantásticas y la primavera con el agua a raudales hace todavía mejor el disfrute de estos recorridos.
Un abrazo compañeros y a seguir disfrutando mientras podamos.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLeo con envidia y satisfacción, que la ruta ha sido bonita y lo habéis disfrutado.
ResponderEliminarUn abrazo.