Ruta MTB Dodotis - Ni gota, ni gota
Quién mas, quién menos,
todos hemos consultado durante el sábado las previsiones meteorológicas para el
domingo. La semana ha venido descargando bastante agua en toda la provincia y
nos tememos lo peor.
Nuestro compañero Enrique, que
ya avisó de su ausencia, nos guasapea las últimas previsiones por la noche y
nos aconseja reunirnos ante un café calentito y unos bollos.
Sin embargo, una vez
finalizada, Ferluy bromeará con el nombre que debemos poner a la ruta de hoy y
se acepta su sugerencia. La lluvia ha brillado por su ausencia, ni gota, ni
gota.
Me alegra y sorprende ver
que a la hora prevista ya hay compañeros esperando en el punto de encuentro.
Cruzo un fuerte abrazo con “Bombi” y siguen llegando compañeros.
En esta ocasión nos
juntamos: Andrés, Ángel, Ferluy, José
“Bombi”, Juan, Luis Ángel, Luis Ángel Jr. Patrick, Samuel y Alfonso. Además
nos acompañará Isidoro durante unos kilómetros.
Antiguo Preventorio de San Rafael |
Una vez más, echamos en
falta a algunos compañeros habituales y desconocemos si es que se lo han
pensado muy mucho, tal vez demasiado. Ojo amigos, el invierno es muy largo y
acaba de comenzar.
Toño te deseamos una pronta
recuperación. Queremos verte con nosotros cuanto antes.
Mojón de El Estepar - Carta Puebla |
Ni gota de lluvia sobre
nuestras cabezas, pero no podemos decir lo mismo del agua que hemos encontrado
bajo nuestras ruedas. Se han formado lagunas donde jamás las habíamos visto,
pero el barro que nos encontramos en lugares muy
concretos se ha superado sin más problemas que algún resbalón. Se nos ha
permitido rodar bien.
No doy muchas explicaciones
sobre la ruta que tenemos por delante. Solamente Juan y Andrés la conocen, pues me
acompañaron ayer sábado, en Ruta de la Abuela, a explorar algunos tramos y
limpiar parte del recorrido.
Esta docena de amigos, con
sus monturas listas, con los chubasqueros dispuestos y con muchas ganas de
disfrutar de la mañana, empiezan a pedalear.
Desde el Paseo Rivera de San
Rafael tomamos altura. Guío al grupo hacia los pinares que tan cerca tenemos. Un auténtico privilegio.
El Arroyo Gargantilla a
nuestra derecha y superamos la Fuente del Cadete.
Ya empezamos a darnos cuenta
de que es complicado superar las raíces húmedas del suelo que invitan a tener
un buen resbalón. Lo mismo ocurre con las piedras.
Abrimos cancela y nos vemos
obligados a cruzar el arroyo, pero en esta ocasión trae más agua de lo habitual
y todos nos mojaremos algo los pies. Realmente se agradece en estos casos el calzado
de invierno que muchos llevamos.
El primer tramo propuesto era para entrar en calor y se ha conseguido, a la par que disfrutamos del entorno, que nos presenta un colorido muy especial que agrada a todos.
Dejamos a nuestra izquierda
el soberbio Prado Pinar y avanzamos hacia El Preventorio.
Cruzamos con precaución la
Nacional VI junto a las miras y bordeando Las
Tejoneras ascendemos a El Estepar.
El Estepar con 1346 m de
altitud es un monte que se encuentra a medio camino entre San Rafael y El
Espinar, sobre el que se asienta un repetidor de telecomunicaciones. No
confundir con monte del mismo nombre, El Estepar 1404 m, que es el pico más
alto de la Sierra de Hoyo de Manzanares.
El ascenso es durillo, pero
aún estamos con fuerzas y ganas. Hay compañeros que no habían realizado nunca
este ascenso. La niebla da un encanto especial al entorno.
La pena es que la niebla nos
envuelve desde el primer minuto de marcha y en este punto resulta imposible
disfrutar de las excelentes vistas habituales.
Aprovecharemos para hacernos
fotografía junto al Mojón de El Estepar de la Carta Puebla (VII Centenario).
No nos queda otra opción que
emprender el regreso por el mismo camino. En varias ocasiones he intentado
localizar camino alternativo de descenso, pero con la bicicleta es muy
complicado.
En las zonas bajas de El
Estepar encontramos bastante agua acumulada, pero la podemos sortear con
facilidad. Seguimos la Colada de Lucas Gómez hasta que no nos queda más remedio
que tomar un senderillo entre pinos que resulta muy divertido.
Fuente en La Estación |
Nuevamente con precaución
cruzamos la N-603 y puente sobre el Río Gudillos y ascendemos hacia La
Estación, cogiendo variante por la derecha que nos sitúa junto a las vías del
tren.
La mañana está muy húmeda y
fresca, pero haremos parada en la fuente
(a nuestra izquierda), para reponer fuerzas.
Bordeamos la Urbanización
Río Moros y ascendemos por la Calle Esperillas (como apunta Samuel), aunque
nuestro próximo objetivo es el Cerro de las Asperillas.
Ignoramos si ambos nombres guardan o no relación, Esperillas y Asperillas, o si ha venido a ocurrir lo mismo que cuando hablábamos de
la calle Yedra.
Abandonamos la urbanización
por cancela a la derecha y el recorrido es conocido. Las lanchas de piedra
parecen estar como siempre, las hemos recorrido miles de veces, pero en esta ocasión
esconden una humedad que las hace muy peligrosas.
Nos vemos obligados, en
muchos casos, a buscar la forma de rodear las grandes piedras, manteniendo
contacto con la hierba y la tierra, pues al mínimo descuido el resbalón está
asegurado. Me parece ver a algún compañero que se va al suelo sin poderlo
remediar y yo mismo estoy a punto de seguir su ejemplo.
Cerro Asperillas |
Este trazado nos llevaría
hacia la Fuente de Los Navazos, en la zona del mismo nombre, pero hoy queremos
complicarlo un poco más.
A medio camino aviso de giro
cerrado a la izquierda y nuevamente a la derecha, para coger senderillo que nos
llevará hasta el Cristo del Tío Cheli.
En muchas ocasiones hemos
disfrutado de este espectacular y habilidoso sendero en descenso, pero hoy nos proponemos
superarlo en ascenso... y resulta genial.
Por este senderillo que
discurre principalmente entre jaras, desciende bastante agua de las últimas
lluvias como si de un pequeño arroyo se tratara y todo el recorrido lo
realizamos avanzando contra corriente. Nos hará falta mucha habilidad, fuerza y
potencia para superar algún escollo más complicado... pero todos estamos
disfrutando.
No consiste en correr, sino
en ir avanzando sin tener que poner pie en tierra. Los últimos metros hasta
alcanzar pista son los más duros y las pulsaciones se disparan en algunos casos
aunque las piernas vayan bien.
Cruce de felicitaciones cuando estamos todos arriba.
Queríamos haber subido
también hasta el alto de Cabeza Reina, pero la niebla persiste y no merece la
pena. No se escapará en próxima ocasión.
Alguna variante y hasta el
Cerro de las Asperillas, donde volvemos a cruzar otra cancela, que dejamos cerrada como hacemos con cuantas nos encontramos.
Descenso hasta el tendido
eléctrico y giro para llegar a Las Mesas. La niebla persiste, se empeña
en no dejarnos disfrutar del panorama, pero el entorno es precioso.
Nos acercamos a la Puerta de
las Campanillas y tomamos el Camino del Agua, donde volveremos a encontrarnos mucho
agua. La niebla no nos deja ahora ver San Rafael.
Tenemos por delante el
ascenso duro al Alto del León. La niebla parece confundir el camino correcto y
cuando comprobamos, a mitad de recorrido, que unos compañeros no llegan, no
sabemos si es que se han extraviado.
Largos minutos antes de que les veamos
llegar, pero vienen agrupados. Ángel ha tenido un pinchazo que se ha reproducido a los pocos metros.
Aún perderá aíre su rueda antes de regresar a casa.
Alto del León, la antigua Casa Hilario parece encontrarse nuevamente en obras. Las antenas de
comunicaciones en zona militar son superadas para vernos girar a la izquierda en nueva cancela.
Todavía tenemos unos tramos
en ascenso, lo que aprovecho para avisar a todos de la dificultad del primer
descenso muy empinado y peligroso por piedras sueltas que nos vamos a encontrar.
En el Arroyo Lagasca nos
reunimos, cada uno ha descendido como ha podido. El agua ha cambiado los
trazados habituales y dejado más de una zanja peligrosa.
A partir de aquí, descensos
divertidos que nos pondrán sobre uno de los depósitos de agua de San Rafael.
Seguramente el mismo que descarga su exceso en la Fuente de las Fuentecillas.
Voy en cabeza para que no
haya extravíos y disfrutamos todos de descenso espectacular y divertido hasta
llegar a Arroyo Mayor, que sorprende también por el gran caudal que arrastra.
Con precaución, con potencia y con habilidad vamos cruzando el arroyo, pero cuando lo intenta
Patrick sufre una "comida de cadena", pega una pedalada fuerte para no caer al
agua y los cambios, desviador, roldanas no soportan el esfuerzo y se retuercen.
No pisará agua, pero según diagnóstico de los expertos... aquello no tiene
arreglo.
Menos mal que casi todo lo que nos resta de ruta ya es
en descenso y estamos casi en meta.
Se ha hecho tarde y los
espinariegos se despiden para marchar agrupados. El resto nos
tomaremos unos merecidos refrescos... en esta ocasión en el Bar Hernando.
Muchas más cosas por contar. Paisajes increíbles para describir... Lo mejor será amig@ que nos acompañes en la próxima ocasión.