A veces me pregunto si todos sentimos esa misma sensación de ir siempre corriendo
En nuestras rutas en bici, buscamos la
adrenalina, superar retos y disfrutar del paisaje y de la compañía, pero en el
día a día, en nuestra vida cotidiana, a menudo nos dejamos llevar por la urgencia, olvidando disfrutar del
simple placer de “pedalear sin rumbo”.
La sociedad actual, con su obsesión por la
inmediatez, nos empuja a un ritmo frenético que nos aleja de lo que realmente
importa.
Las redes sociales, las notificaciones constantes, la necesidad de responder al instante… todo esto crea una sensación de urgencia que nos impide conectar con el presente. Si no respondemos al instante a un mensaje, habrá quien llegue a pensar que algo malo nos ha ocurrido.
Correr de un lado a otro, sin tiempo para
respirar, nos lleva a un estado de estrés crónico que afecta nuestra salud
física y mental. En una época en la que yo
mismo debería priorizar la tranquilidad e intentar desacelerar, a menudo me
encuentro atrapado en esta vorágine, fruto de años de estrés casi permanente.
Es como si la vida fuera una carrera en la que
siempre debemos llegar los primeros, olvidando que el verdadero disfrute está
en el camino. Pero lo que nos rodea ayuda poco al sosiego: El
próximo sábado se encenderán las luces de Navidad en Vigo, hace más de un mes
que estoy comiendo polvorones y turrón y, hoy mismo, ya he visto a la venta
roscones de Reyes. ¿Por qué esta necesidad de
anticiparnos a todo?
Es hora de detenernos y preguntarnos: ¿hacia
dónde vamos tan rápido? La vida es un viaje, no una
carrera, y el destino más importante es el presente.
Que nuestras propuestas de ruta os sirvan para relajar cuerpo y alma.
Domingo 17 de Noviembre de 2024
Punto
de encuentro: Calle Cristal en Soto
del Real, vía de servicio a la izquierda, al llegar a la primera rotonda. Junto
al Restaurante Miratoros
Si, muy buena reflexion. Y deberia ser asi.
ResponderEliminarYo siempre lo he dicho, y cuando se trata de bici que es para divertirse aun mas. Si un dia no podemos montar por mal tiempo, por averias o por lo que sea, hay que tomarselo de otro modo. Pasas un magnifico rato con los amigos “desmontados” de la bici y disfutas del momento. Y ademas esos momentos no vuelven.
Ahora que vienen lluvias y nieves y tras esta reflexion que haces Alfonso, me viene a la cabeza ese fin de semana en Irati, Navarra, donde sin poder montar el sabado por el mal tiempo pasamos un sabado juntos (sin ruta) y con una comida y sobre mesa inolvidable. Casi fue lo mejor de ese viaje.
La alegria de compartir momentos inolvidables.
Nos vemos el domingo, donde lo “menos importante” sera la bici y si todos vosotros.
Un abrazo.