Sigue el calor
Hacía tiempo que tenía en
mente el trazado de esta ruta y me ha parecido que era el día propicio. Tal vez
no piensen lo mismo los amigos que se han acercado desde Madrid para compartir
ruta como en otras ocasiones y que, con toda seguridad, habrán tenido que
aguantar atasco en las carretera por coincidir con fin de mes y regreso
vacacional de muchos. I´m sorry.
En San Rafael teníamos el
primer punto de encuentro. Por una parte, ha sido una sorpresa llegar a
coincidir hasta 10 compañeros, pero más aún reencontrarnos con los que han
regresado de vacaciones.
Será en El Espinar, donde
nos reunamos con el resto de los que hoy han pensado que no había nada mejor
que hacer que compartir unas horas con los amigos.
Andrés, Ángel, Carlos,
Fernando, Luis Ángel, Luis Ángel JR., Javier, Juan, Juan Carlos, José “Kona”,
José Villena, Patrick y Alfonso formarán el grupo.
Ya hemos comentado en más
ocasiones que ninguno somos supersticioso.
Este grupo y con la compañía de una suave
brisa muy agradable iniciamos la marcha.
Dejamos a nuestra izquierda
la Ermita de San Isidro al atravesar el Polígono Industrial Los Llanos de El
Espinar.
Nos queremos dirigir hacia el
Camino de los Castrejones, por donde ya
estuvimos rodando en la IX Ruta MTBNocturna de Alfonsoyamigos.
No podremos disfrutar de
sombras hasta el final de ruta, pero de momento se aguanta bien el calor, que
poco a poco se deja notar.
Algunas gotas de lluvia
caídas ayer han asentado el polvo de los caminos, pero a estas alturas del año
está todo muy seco. Va a ser necesario algo más que una tormenta de verano para
que el verdor de las praderas vuelva a resurgir.
Estos parajes tienen algunos
pequeños repechos, tramos con cierta dificultad, pero la forma física general
es buena y apenas acabamos de empezar.
Se nota que Luis Ángel padre
e hijo han vuelto con ganas de pedalear, no lo pueden disimular, pero aviso
sobre la conveniencia de bajar el ritmo e intentar hacer menos paradas
prolongadas.
Saltar puerta con candado es obligado antes de alcanzar la zona de
La Cuadrada y tomar descenso sinuoso y divertido hacia la Cerca Portillo.
Zona sin complicaciones, sin
desnivel y fácil de recorrer, pero en
ocasiones atravesamos tramos que es pasto seco que cede bajo nuestras ruedas,
que las retiene con egoísmo y te obliga a pedalear sin descanso.
No hemos hecho aún mérito
para un descanso, pero pararemos junto al Pilón Diamante, todo el año con agua,
para refrescarnos y reponer alguna botija que se encuentra a medias.
José Villena aprovechará
para despedirse de nosotros. Tienes compromisos familiares y se ve obligado a
regresar solo.
Javier nos avanza que
también va limitado de tiempo, pero aún seguirá con el grupo gran parte del
recorrido.
Seguimos el trazado
propuesto, ahora por caminos, ahora por “senderillo de vacas” y más allá
nuevamente a través del “pasto pestoso” que diría nuestro amigo Enrique
Moratalla, aún de vacaciones.
Ya tenemos a la vista uno de
los nueve mojones que conmemoran y delimitan los terrenos que en 1297 la
Comunidad de Villa y Tierra de Segovia entregó a los habitantes de El Espinar.
A espaldas del mojón, cerca
de piedra que no saltaremos en esta
ocasión y la Cañada Real Soriana
Occidental.
Giro a la izquierda y ahora
en suave descenso atravesamos los prados para enfilar hacia puerta metálica que
nos situará junto a la Carretera SG-500.
Dos kilómetros de regreso
hacia El Espinar, para dejar a nuestra izquierda las Barrancas de Cañadas Hondas y a la derecha el campo de golf y el antiguo vertedero. En lo alto, también a la izquierda, se distingue Caseta
observatorio de aves rapaces y sobre nuestras cabezas se dejan ver planeando
varios buitres.
El calor ya está presente, apenas corre el aire por esta zona, no hay demasiado atractivo para la
vista y la pista toma desnivel importante que se deja notar.
La pista da paso al primero
de los tramos duros y muy duros que tendremos que superar.
Se baja el ritmo y cada cual
va pedaleando pendiente de su rueda delantera, para guiarla por el trazado que
evite resbalar y acabar poniendo pie en tierra.
Son momentos en que no
logras ver nada más que las piedras del camino y al compañero que tienes delante, confiando en que no tape tu
trazado. El resto no existe.
Hemos superado la Vereda de
los Serranos que continuará cambiando su nombre por el de Camino de Peguerinos.
Estaremos obligados a
atravesar varias puertas metálicas y aprovecharemos en cada una de ellas para
hacer una breve parada para descansar y dar respiro a los más rezagados.
A nuestra izquierda encontramos Refugio muy bien cuidado en El Berceal. Podrías guarecerte en el sin
problemas en caso de apuros, pues está bien provisto de leña, dos estancias
separadas y no se le ven resquicios de grietas. Pilón con agua en las cercanías.
Seguimos nuestra marcha
hacia la Dehesa de la Cepeda y las Tres Provincias, por zona que aún siendo en
descenso es complicado por la cantidad de piedra suelta que siembra el camino.
En este punto, Javier mira
su reloj y decide abandonarnos, sin dar tiempo a foto de grupo. Ha apurado al
máximo con nosotros. Tendrá que realizar descenso peligroso, junto al margen
del Arroyo Boquerón, que ya hemos recorrido en otras ocasiones, incluso con
grandes placas heladas en invierno... pero nos mandará después mensaje indicando que ha
llegado sin contratiempos.
A nuestra izquierda la Boca
del Infierno. Hemos pisado brevemente la provincia de Madrid y ahora lo haremos
durante unos kilómetros por la de Ávila antes de regresar a Segovia.
Las vistas impresionantes, que siempre son del agrado de todos. El sendero nos conducirá tras un par de repechos
cortos y duros hacia la cotera que vuelve a separar Segovia de Ávila.
El cansancio se va notando
en las piernas incluso en las de los que empezaron con más entusiasmo a primera
hora. Por mi parte, he cambiado el pañuelo de mi cabeza en dos ocasiones y no
descarto acabar utilizando otro.
El cansancio es mal enemigo para circular por zonas complicadas, pero los primeros tramos discurren bien y
todos disfrutamos.
Nuestro sendero nos situará
en cruce sobre el del Ingeniero, que tomaremos hacia San Rafael.
Puede que las últimas
lluvias ligeras, puede que los caminantes o ciclistas hayamos ayudado a dar a
este sendero el aspecto limpio, incluso de piñas, que presenta. Otra
cosa son los puntos en descenso o trialeras, que acumulan muchas ramas sueltas,
piedras y bancos de arena, por las anteriores lluvias torrenciales y que son
tramos muy peligrosos de recorrer.
Juan se irá al suelo en la
zona por encima de Peña La Casa, llevándose para Madrid recuerdo en las piernas y
brazos
.
El resto de la ruta... dejarte llevar
hacia los amigos de Cafetería Jara donde refrescos, aperitivos, sonrisas y
abrazos se mezclan como colofón perfecto de otra genial ruta.