¿Qué es lo que más rabia le puede dar a un ciclista?
¿Acaso que llueva? ¿Tal vez que haga mucho viento? ¿Quizá que el track de la ruta sea engañoso…?
A AlfonsoyAmigos lo que más rabia le da es volver a casa sin haber
podido llevar a término una ruta. O al menos eso podría decirse en un primer
momento, pero está claro que el problema es de los de más fácil solución: Se
vuelve a convocar la ruta para otro día y resuelto.
La nieve se hizo presente
en España en casi todas sus latitudes y en el centro peninsular no podía ser
menos. Hasta última hora se miraban las previsiones y aventurábamos que
estaríamos libres de lluvia para el domingo. Pero no contábamos con que la nieve
ya caída podía ser protagonista.
Nuestro Jefe de Ruta de
hoy, el simpar Enrique, debía tomar la decisión que todos esperábamos con
anhelo. Ninguna opción nos liberaría de riesgos de sufrir las inclemencias del
tiempo así que la orden fue tajante y decidida: ¡¡Adelante!!
Madrugada importante,
largo desplazamiento desde los puntos de origen, niebla espesa durante el
recorrido, un día gris que amenaza con no abrir pero en Torrelaguna, en el
punto de encuentro, llegamos a abrazarnos:
Bueno, Chicho unos minutos
más tarde y no aparecen José “Bombi” y Bruce, con los que contábamos. Ferluy no
ha querido perderse la ruta a pesar de no estar recuperado totalmente de su
gripe y Luis Ángel JR. abandona en el último minuto por indisposición.
¡Ah!, contaros que la
propuesta de un suculento bocadillo de calamares después de la ruta tal vez
haya servido de acicate para no faltar al encuentro.
El ambiente está muy
húmedo, la niebla persiste, nos abrigamos aún a sabiendas de que pronto
entraremos en calor. Yo empiezo a rodar, necesito ir cogiendo grados y detrás
se pone el grupo en marcha.
Ya a priori Enrique ha
recortado una ruta original, pero que sepáis que los kms que han desaparecido
del trazado han sido precisamente los más llanos y asequibles, los de suave
calentamiento, así que los primeros kilómetros ya son en ascenso. Parece ser
que hay que tomar altura cuanto antes.
Rodamos por pista ancha
algo rota y detrás se nos coloca furgoneta de gran tamaño, que avanza con paciencia sin adelantar. Está claro que en su interior van deportistas que
reconocen nuestro esfuerzo. Más adelante les encontraremos preparando puntos de avituallamiento para el Trail de
Torrelaguna que discurre hoy por la zona.
Nota: En estas pruebas al menos, se están
prohibiendo algunos de los avituallamientos sólidos para evitar el abandono
incontrolado de deshechos y para el avituallamiento de líquidos se debe portar
un vaso plegable. Probablemente se generalice esta norma para otras pruebas.
¡Defendamos el medio ambiente!
Pedaleamos entre el Cerro
del Mortero y el Cerro Espartera, tomando altura sin descanso y cuando apenas
nos tomamos un respiro con un corto descenso, es para atacar una dura subida
por pista de hormigón junto a la Urbanización de Los Tomillares.
Habrá compañeros que lo
consigan de un tirón, alguno se irá al suelo al patinar su rueda trasera en el
empeño y otros haremos un zigzag continuo que apenas da moral y quita esfuerzo.
Estamos hablando de un repecho con desniveles del 22% y puntualmente del 24%.
¡Ahí es na!
Nos vemos capaces de
conseguirlo y hacemos el esfuerzo por lograrlo, sin escatimar esfuerzos a pesar
de que queda mucha ruta por delante.
Nuestro siguiente objetivo
es alcanzar la Atalaya del Berrueco y ya empezamos a encontrarnos en los
caminos más nieve de la deseada. Endurece la marcha, pero se logra superar.
Junto a la Atalaya y al observatorio de aves hacemos una primera parada para
fotitos y comer algo. No llevamos ni 8 kms pero el esfuerzo ha sido grande y
las vistas desde aquí impresionantes.
Descenso peligroso a tramos por la Senda del Genaro. La nieve está derretida y se ha convertido en barro resbaladizo. Increíbles las vistas del Embalse de El Atazar, que hubiéramos deseado encontrar con más nivel de agua.
Y sin apenas tomar
respiro, nuevos repechos se nos ponen por delante, con duro desnivel, con barro
resbaladizo que se esfuerza por impedirnos avanzar y pugna por tirarnos al
suelo. La temperatura es baja, pero os aseguro que todos estamos sudando…
bueno, menos Andrés, que ha hecho pacto con el diablo y no desprende gota.
Vemos pista forestal y se
nos iluminan los ojos, parece que ahora podremos rodar mejor, pero la alegría
dura poco. La nieve no ha llegado a congelarse, pero hay bastante acumulada y
por aquí no han pasado vehículos que nos faciliten la trazada. Duro, muy duro,
os lo aseguro, pero casi acabamos de empezar.
Te tienes que mantener
sobre la bicicleta o si apoyas un pie en el suelo inmediatamente se te adhiere
la nieve dura a las botas y ya no hay forma de volver a dar pedales.
Enrique, aún confiado, se
detiene ante sendero single que nos anuncia será divertido. Un recorrido
similar al “Camino del Ingeniero” pero de menos anchura y disfrutón, nos
anuncia. Juan, Ferluy y yo mismo iniciamos los primeros metros, confiados en que
lo bueno está por llegar. Los compañeros vienen un poco más atrás, están
haciendo fotos.
Pero no pasa un minuto y
ya nos damos cuenta de que ¡¡nuestro gozo en un pozo!! El propio Juan, siempre
valiente y arriesgado, avisa inmediatamente por walkie de que es imposible
hacer el recorrido montado, al menos de momento. Ferluy da fe a regañadientes.
Toca apearse y empujar la
bicicleta por sendero muy estrecho, con grave riesgo de caer por la ladera si
se resbala con la nieve. No se distinguen los límites del sendero, apenas se aprecia si
vas a pisar en duro o en algún agujero que te haga caer.
Para mi poca fortuna, no se empujar la bicicleta a la izquierda de mi cuerpo y es ella la que discurre segura mientras yo arriesgo a cada paso que doy. No soy el único.
Para mi poca fortuna, no se empujar la bicicleta a la izquierda de mi cuerpo y es ella la que discurre segura mientras yo arriesgo a cada paso que doy. No soy el único.
Las botas con el hielo pegado
a las suelas no ayudan mucho para andar y menos cuando tienes que pisar rocas y
zona de pizarra a superar. Los bordes del camino cada vez más ocultos bajo zona
de hierbajos aplastados por la nieve. Hay que andar con mucha precaución.
Los lamentos se generalizan,
se nos ha frustrado el recorrido más disfrutón de la ruta. Las vistas cada vez
más bonitas sobre el Embalse y de cuanto se divisa pero seguimos
empujando y esto no tienes trazas de cambiar. Yo pido porque ninguno acabemos
rodando por la ladera o demos un mal paso que nos lesione.
Imposible regresar, solo
resta avanzar y lo seguimos haciendo con la bicicleta en ristre y siempre en
ascenso. Imaginaros 4 kms en estas condiciones. Nuestras piernas, nuestros cuerpos,
no fueron moldeados con esfuerzo para superar estos retos, pero es lo que hay y
todavía damos gracias de que no se haya puesto a llover mientras tanto.
Cuando alcanzamos
finalmente la carretera, la M-133, son casi las 13,30 y los cuerpos se
resienten del esfuerzo realizado. A pesar de todo, nos relajamos con unas fotos
y entrando en una guerra incruenta de bolas de nieve.
AlfonsoyAmigos siempre se
esfuerza por finalizar las rutas propuestas, pero el Jefe de Ruta Enrique decide
y es apoyado por todos. Lo mejor en estos momentos es tomar el camino más
rápido de regreso, ya habrá ocasiones de volver y tomarnos desquite.
Carretera y manta, la que
teníamos que habernos echado encima, pues el descenso, salvo por un par de
puertecillos, es rápido y el aire frío se cuela por los rincones. Queremos
regresar y lo hacemos rápidos, muy rápidos para volver a Torrelaguna, a los
coches, a ese abrazo de final de ruta que hoy nos ha dejado espinas clavadas
que pronto serán curadas.
Chicho, último en llegar y primero en partir, tiene prisa y nos
abandona con pena, pero el resto seguimos con los planes y nos acercamos a Guadalix de la Sierra, a disfrutar juntos de unos formidables bocatas de
calamares, raciones de patatas, de chorizo, de morcilla… Creo que hoy hemos
hecho más apetito que de costumbre, los platos quedan más que limpios.
Risas y siempre buen rollo.
La salida ha merecido la pena a pesar de lo sufrido y Torrelaguna, Patones…
¡¡VOLVEREMOS!!