No nos atrevemos a hacer muchas cosas porque son difíciles… son difíciles porque no nos atrevemos a hacerlas – Séneca
Directores de ruta: Alfonso
Cronista delegado: Santi
Calleja.
Fotógrafos: Fernando y
Alfonso
El verano meteorológico ya nos abandonó hace unos días pero el veranillo de San Miguel o el llamado veroño, que es un término más reciente, se hace bien presente y ello permite salidas a una temperatura ideal para la práctica del MTB.
De
este modo y casi puntuales, en plenas fiestas de San Rafael, acudimos a la convocatoria 17 ciclistas: Alfonso, Andrés,
Ángel, Antonio, Enrique, Eva, Fer, Fernando, Galo, Juanpa, Juan, Forlán, Luis Ángel,
Jesús, Patrick, Uli (que nos alegramos de tener por fin entre nosotros), y Santi.
Todos
echamos de menos a nuestros habituales Toño y Nati, y aprovecho la ocasión para
felicitar a esta última por ser su cumpleaños, ¡ya lo celebraremos como se
merece!
En
esta ocasión no haremos descripción profusa del recorrido pues en anteriores
ocasiones hemos hecho clara descripción de nuestras visitas a la pequeña presa del Toril y aunque hubo pequeñas
variantes no vamos a entrar en demasiados detalles.
En
la crónica el hilo conductor serán los incidentes múltiples que hicieron de
nuestra ruta un sinfín de interrupciones, y alguno me dejaré seguro en el
tintero.
Tal vez como augurio de lo que estaba por llegar, Andrés acude al punto de encuentro y al ir a saludar a los compañeros no puede desenganchar la cala del pedal y acaba por los suelos, eso sí, con mucha dignidad.
De
este modo, a primera hora y con buena temperatura nos encaminamos hacia el Collado Hornillo, pero mucho antes de
llegar a él, en el pelotón de cola escuchamos la voz de nuestro compañero Luis Ángel
advertir de que algo no iba bien en su bicicleta.
Tal vez como augurio de lo que estaba por llegar, Andrés acude al punto de encuentro y al ir a saludar a los compañeros no puede desenganchar la cala del pedal y acaba por los suelos, eso sí, con mucha dignidad.
Juan con su mejor sonrisa |
Un
primer y seguramente acertado diagnóstico nos llevó a una terrible conclusión:
tiene usted una “fractura de trinquetes”.
¿Y
eso que supone?, pues lamentablemente en mitad de una ruta y sin la herramienta
adecuada que la bicicleta no puede seguir y como consecuencia su dueño Luis
Ángel que, con toda deportividad, asumió las consecuencias: “Me voy a desayunar
al Jara y esta semana toca arreglar la rueda, porque el domingo que viene está
cada vez más cerca”, fueron sus últimas palabras antes de despedirnos de él.
¡¡Sooo, caballito!! |
Pero
esta no fue nada más que la primera incidencia. Después
vinieron otras como los ajustes del cambio de Fer, que no le dejaron disfrutar
de la ruta con continuos tirones.
A
Uli la piñonera le funcionaba por libre y unas coronas no se llevaban bien con
las otras. Tampoco
disponíamos de la herramienta adecuada pero pudo realizar la ruta a pesar de
todo.
Uli pensando: "Esta gente para mucho" |
No
me escapé de las desgracias y un radio de mi rueda trasera decidió tomarse la
jubilación anticipada. En
esta ocasión un poco de esparadrapo sirvió para que el radio no enredase más de
la cuenta.
El
caso de Forlán merece mención aparte pues en la solución al problema se
montaron una verdadera “Fiesta de la espuma” y no hay más que ver las fotos. Creo que las risas no faltaron.
Alguna
caída también tuvimos, pero sin daños importantes.
En
fin a modo de resumen os diré que la ruta completó 48,2 km para los que
partimos desde El Espinar, con un desnivel acumulado de unos 1037 metros y que
de las 7 horas de tiempo invertidas poco más de 4 fueron en movimiento así que
podéis haceros una idea.
A
primera hora de la tarde y en aproximadamente el mismo tiempo que empleamos
nosotros en nuestra ruta, Alejandro
Valverde a sus 38 años, se proclamó por fin Campeón del Mundo en bicicleta de carretera, tenía 6 medallas en
estos campeonatos y la de Oro se le resistía.