Esquivando la lluvia

 Cada vez me fío menos de las previsiones meteorológicas. Todas las consultas indicaban abundante agua para esta mañana y no nos atrevíamos a realizar una “quedada” previa.

 A las 9 de la mañana los móviles (celulares que dicen los sudamericanos) han empezado a echar humo.

Cruce rápido de llamadas y señalización de un punto de encuentro.

Por distintas razones han fallado varios compañeros, pero aún así nos hemos juntado un “grupito de siete” o, mejor dicho,  un “Gran Grupo de 7", ya que hemos sido los valientes.

Carlos, Jaime, Javier B, Javi “galo”, José y Santi Fernández han aparecido dispuestos a desafiar conmigo al tiempo.

Galo proponía alargar la ruta en una u otra dirección, pero he preferido ser conservador al guiarles, no alejándonos del Municipio por si pudiera empezar a llover.

Me resulta muy grato poder comprobar que, a estas alturas de la feria, todavía puedo sorprender a alguno al llevarle por senderos y variantes que le resultan desconocidas, estando tan cerca de casa. Así, el “galo” me reconoce que hoy ha quedado gratamente sorprendido y que lo ha pasado de maravilla con nosotros, por el buen rollito y ambiente que siempre tenemos. Le veremos en más ocasiones, seguro.

Arroyo Gargantilla

No les he llevado con los ojos cerrados, podrán recordar este o aquel sendero, pero no voy a dar más detalles, son los secretos del cocinero.

En nuestro recorrido cruzaremos varios arroyos de los más habituales, pero en esta ocasión dará gusto verlos por el caudal que llevan.

Arroyo de la Hiedra

Creo que ninguno podríamos ser olímpicos en este momento, pues no intentamos “llegar más lejos”, “subir más alto” o “llegar más rápido”, aunque si es verdad que todos los que formamos este estupendo Grupo,  llegaremos más alto, iremos más lejos y lo haremos en el menor tiempo posible, siempre que la dosis soportada de sufrimiento, quede compensada con haber disfrutado de la ruta.

En una de las ocasiones, Javi y Jaime han tomado una variante con más dificultad, paralela a la nuestra pero, al punto de encuentro solamente ha llegado Javi. Parece ser que Jaime ha roto (por alguna rama o golpe con piedra) el desviador de su bici, lo que le ha impedido continuar con nosotros. ¡Una lástima!

Al fondo El Caloco

En varias ocasiones hemos llegado a estar en zona soleada y solamente al final una lluvia fina ha hecho acto de presencia, nada importante, pero hemos optado por tomar camino de regreso a casa, con una buena ruta en las piernas. Nos separamos junto a la Casa de las Lanchas, cada vez más deteriorada.

José y yo, regresando por el Camino de los Pastores, nos hemos encontrado a Alejandro y a Ramón, que habían estado por la Garganta del Río Moros. Volvían llenos de barro, mojados y con frío. Parece ser que se han encontrado con algo de nieve y que les ha caído abundante agua encima.

Lluvia al llegar a casa, nos ha dado la tregua necesaria.
Si os ha gustado la ruta, si os han gustado las fotos (aunque en alguna estáis muy serios), o por el simple gusto de hacerlo, DEJAD UN MENSAJE, gracias.

Final española

San Rafael - La Jarosa - Collado Lagasca

Salir el sábado y domingo me supone doble esfuerzo físico (por los kilómetros sobre la bici) y mental (por el tiempo que dedico a la selección de fotos, editado y narración).

Subiendo a Casa Hilario - Foto de Javier

Me diréis  -“Lo haces porque te gusta”- y tendréis toda la razón, pero quisiera pensar que no solo merece la pena por mi propia satisfacción, sino porque realmente os gusta leer al día siguiente el relato de nuestras hazañas, por haberlas vivido en primera persona o por simple simpatía.

Junto a Casa Hilario

A los que con frecuencia nos seguís, pediros que de vez en cuando dejéis algún mensaje, que para nosotros es más importante de lo que creéis. Queremos compartir emociones y sentiros cerca. Gracias.

La ruta realizada hoy no es novedosa, pero si lo es el grupo que nos juntamos para llevarla a cabo.

Desde el Paseo Rivera partimos 9 a las 9,30 horas.

Fuente de la Hondilla

Hoy tengo la compañía de Ferluy, Fernando (que se presenta con su bandera del Real Madrid al cuello), Javier "Galo", Jorge, José, José García "Kona", Samuel y Paco. Un par de caras no habituales, pero siempre bien recibidas.

Se ve que es imposible que repitamos los mismos dos veces seguidas, pero la filosofía es constante,  ¡pasarlo bien!

Saldremos hacia Gudillos, “alfonsina” y dura pista en ascenso que nos pondrá por detrás de la antigua Casa Hilario. Aquí nos encontraremos a Alejandro, que va a realizar ruta en solitario, pero que compartirá con nosotros parte del recorrido hasta la Fuente de la Hondilla.

Las bromas con Fernando y su bandera son continuas, pero parece disfrutar con ello.

Fiel a su primera idea, Alejandro nos abandona en este punto y Javier decidirá acompañarle, para que no vaya solo ya se sabe. Sentimos que no sigan con nosotros.

Descenso rápido por la “jorjina” y pista forestal siempre agradable hasta cruce con nueva pista, asfaltada, que sube desde La Jarosa, junto a numerosos troncos de pinos apilados.

Nos volveremos a cruzar con Alejandro y Javier, que han confundido su ruta y nos han alcanzado tras descender por otra pista.

Ferluy sufre con los cambios de su máquina desde el primer momento, no permitiéndole rodar a gusto. Tendrá el mismo problema durante toda la ruta. Un fastidio.

Junto a la pista del Vía Crucis

Los tramos son duros desde el principio, pero los afrontamos como entusiasmo. Desechamos la primera desviación y seguimos por la pista principal. Nuevos repechos a cual más duro.

Collado Lagasca

Los problemas de Ferluy continúan y Fernando mantiene un ritmo más lento pero seguro, (la euforia del triunfo de ayer del Real Madrid le da impulso).

Alcanzaremos altiplano desde el que se puede ver la cruz del Valle de los Caídos y el Pantano de la Jarosa, además de otras formidables vistas, pero el fuerte viento en esa zona no nos permite detenernos a disfrutarlo.

Todavía tendremos que afrontar unos tramos muy duros, antes de alcanzar la pista del Vía Crucis, donde nos tomaremos un merecido descanso.

Ya por pista asfaltada, muy deteriorada, última pendiente dura antes de llegar al Collado Lagasca.

Senderos con verdadero encanto y descensos trialeros continuos que siempre gustan a todos.

Fin de la ruta junto a Arroyo Mayor y desde aquí hasta Las Farolas, donde hoy si caerán varias rondas acompañadas de amena charla. Fernando vuelve a ser víctima de las bromas.
Un desnivel acumulado de 882,76 metros en poco más de 23 kms.  IBP: 96  ¡¡Buena ruta!!
Pincha para acceder a Wikiloc - Ferluy

No es una ruta improvisada

Puede que hubiera más, pero solo conozco a un par de intrépidos que se atrevieron a salir el fín de semana pasado, Jesús y Carlos. Lástima que no nos acompañen en esta ocasión.

A nuestro grupo no le faltan ganas, ni afición, ni coraje, tampoco le faltan años.

Hoy aceptarán mi propuesta Fernando, Javier, José, Miguel, Samuel y en esta ocasión, provocando una bajada sustancial de la media de edad, se nos ha unido Jaime, al que damos la bienvenida y esperamos verle en más ocasiones. Samuel, cede en esta ocasión su puesto de pipiolo.

Variopinto grupo el que hemos formado, para realizar una ruta aparentemente improvisada, del agrado de los asiduos a la salida sabatina. No muy larga, no muy dura, no muy complicada, sin alejarnos demasiado de casa, pero con la mayor variedad posible de terrenos y paisajes.

Jaime lleva un maquinón nuevo que quiere poner a prueba, por lo que de vez en cuando pegará un tirón, (fuerzas no le faltan), para volverse a unir al resto a los pocos minutos.

Compañeros disciplinados que aceptan con buena voluntad cuanto les propongo.

Gudillos, Campanillas, encrucijada de Cabeza Reina, sendero del Tío Cheli, arrastradero de la Casilla, depósito de agua, Arroyo Mayor, sendero por encima de la pista forestal y por debajo del Ingeniero... y no precisamente por este orden, serán algunos de los puntos que tocaremos antes de que el grupo se separe.

A Miguel le estamos acostumbrando a moverse por distintos terrenos y cada vez marcha mejor. José se está volviendo un asiduo y demuestra que también se puede mover bien fueras de las pistas. Javier vuelve a recuperar la forma y disfruta de la bicicleta con entusiasmo, haciendo algunos alardes de vez en cuando. Samuel es un todo terreno que derrocha entusiasmo y fuerza y que, sin embargo, se adapta una y otra vez a nuestra marcha. De Fernando qué voy a decir si es mi ojito derecho y en el que valoro el gran pundonor que tiene.

Hoy nos separaremos en la pista forestal. Los espinariegos parten para casa, pero los de San Rafael cumplimos con el ritual de las cervezas.

Muy agradable salida. Mañana más.

Telégrafo óptico en El Espinar

En El Espinar, al alcance de nuestras vistas y formando parte del paisaje habitual, se encuentra una torre ya muy en ruinas que conocemos como  “las antenas” o “el telégrafo”, en el Alto del Castrejón.

Desde la Vereda de la Talanquera

 A pié podremos acceder tras un paseo muy agradable, saliendo de El Espinar por la Carretera de Ávila (SG500) y cogiendo, después de superar el polígono y frente a la fábrica del Grupo Siro, el Camino de los Castrejones. Camino de tierra que nos llevará, al principio junto a finca ganadera, sin apenas posibilidad de extravío hasta nuestro objetivo.

Cuando estamos acostumbrados a que las comunicaciones sean cada vez más rápidas, instantáneas, con internet  a nuestro alcance,  el intentar trasladarnos a la época de las señales ópticas, a finales del siglo XVII, resulta más que impensable, desesperante o incluso de risa.

Pero en su momento fue una auténtica revolución, ya que superaba la velocidad de los jinetes a caballo o de los corredores de fondo. En San Rafael y El Espinar todos tenemos constancia de que existieron fondas y casas de postas que daban soporte a este tipo de comunicación.

Pero, ¿qué era el telégrafo óptico?.

Este sistema  consistía en una cadena de torres, que podían estar separadas entre  unos 5 y 20 kms lineales y no podían tener entre medias obstáculos que dificultaran la visión entre ellas.

Cada torre tenía a su disposición uno o dos telescopios y un artilugio de madera,también llamado semáforo.

Cada semáforo tenía dos brazos para señales y unas tablillas que, situadas a distintas alturas, permitían realizar hasta un total de 196 combinaciones, que después eran trasladadas a un libro de códigos. Podían representar números, letras o incluso palabras ya prefijadas.

Cada torre tenía al menos un telegrafista, que era el encargado de observar la torre precedente, tomar nota del mensaje, confirmar la correcta recepción y transmitirlo a la torre posterior. Se podían llegar a transmitir tres símbolos en un minuto en el mejor de los casos.

Idea que surgió en Francia y que fue muy utilizada durante su Revolución, se desarrolló también en Alemania, Rusia y otros paises. Cuando se implantó en España, ya empezaba a estar en desuso en Europa.

Está claro que, a diferencia de lo populares que hoy en día son las comunicaciones, en aquella época solamente estaban al alcance de gobernantes de alto rango, militares y del propio rey, aunque se llegaron a transmitir los números premiados de la lotería y la situación del mercado de valores. Las guerras carlistas aprovecharon al máximo su uso.

La versión española fue desarrollada por Agustín de Betancourt, que mejoró los proyectos de sus antecesores europeos. Empezó a funcionar en 1799 en su primera línea , que estaba proyectada para unir Madrid con Cádiz (con 60 ó 70 estaciones o torres), pero que solamente se acabó construyendo entre Madrid y Aranjuez. Pretendía poder transmitir un mensaje de Cádiz a Madrid en menos de dos horas, cuando un mensajero a caballo (única opción anterior), podía tardar unos dos días si no surgía ningún contratiempo.

La mayor parte de las torres españolas fueron construidas siguiendo las especificaciones del Ingeniero donostiarra José María Mathé, con una planta cuadrangular de 7 metros y 12 de altura, con 3 pisos y una cubierta a modo de azotea, donde se instalaban las estructuras metálicas del telégrafo.

Estaban realizadas en mampostería de piedra con ladrillo, enfoscado y pintado en ocre, con un aspecto fortificado, porque no estaban exentos de ataques. Prueba de ello es la presencia de aspilleras o troneras y el que la puerta estuviera a unos 2 metros sobre el nivel del suelo, con una escalera de acceso que se echaba desde dentro. Algunas torres estuvieron apoyadas por guarnición militar.

Marcas en la pared de la escalera de caracol que
 permitía el acceso a las plantas superiores

Sus moradores debían seguir un estricto protocolo diario y ser capaces de soportar duras inclemencias del tiempo, lluvia, niebla, fuertes vientos, nieve y, sobre todo, el aislamiento.

Nuestra torre, la del Municipio de El Espinar, formó parte de la línea de Madrid-Irún, que dispuso de 52 torres. Las más cercanas fueron la del Puerto de Guadarrama (actualmente desaparecida) y que habría estado donde las antenas de comunicación militares actuales, y la de Villacastín, también desaparecida en la actualidad.

En el año 1838 Samuel Morse realizó las primeras demostraciones del telégrafo eléctrico, mucho más seguro y rápido que el óptico, provocando que su antecesor fuera siendo relegado y abandonado una década después.

Algunas de estas edificaciones han sido rehabilitadas, gracias a las iniciativas de sus ayuntamientos, como la de Adanero, Monterredondo en Moralzarzal o Navalapiedra en Torrelodones, pero la mayoría se encuentran en claro estado de abandono y ruina.

Muchas son las torres similares que podemos encontrar a lo largo de nuestro hermoso paisaje, pero confío en que a partir de ahora las veáis de forma diferente.

Propuesta para el 14 y 15 de Abril

Seguimos con el tiempo revuelto y con alguna probabilidad de que veamos nuevamente la nieve, pero salir saldremos, seguro.

Me gustaría que nos acercáramos nuevamente hacia Vegas de Matute y Valdeprados, pero con la intención de visitar La Risca en la Garganta del Río Moros.

Samuel, tienes oportunidad de mostrarnos las variantes que querías.

Publicidad bajo la nieve

Adiós a la nieve en San Rafael y El Espinar

El día ha amanecido espectacular y en el punto de encuentro llegamos a juntarnos 11 bici-osos, a saber:


Junto a la finca de reses bravas

Carlos, Ferluy, Fernando, Javier, José "Cheli", José (de Las Praderas), Juan, Paco y se nos unen a última hora Lorenzo y Ramón.

Hoy realizaremos ruta guiados por Ferluy, recorrido en el que no nos encontraremos nada de nieve, a pesar de la caída el día anterior. La opción de buscar la solana es la acertada, aunque en ocasiones hará acto de presencia el barro inevitable.

Por la parte baja del Estepar y rodando hacia las fincas de reses bravas habrá incluso menos barro del esperado, pero el terreno se pondrá muy pesado y pegajoso cuando iniciamos los primeros repechos duros.

En esta zona habrá un grupo que tirará con facilidad, otro que (como suelo decir) estará en “tierra de nadie” y el grupo de atrás al que se le estará pasando por la cabeza “¿qué hago yo aquí?”.



Antes de los repechos duros

La verdad es que cada uno intentará ir remontando repechos a su ritmo.

Dos subidas duras se superarán y Ferluy suavizará la ruta evitando otra subida muy dura hacia los pinares.

Mención especial para Carlos, que como buen diesel, evitará realizar paradas largas y continuará su marcha, manteniéndose como cabeza de pelotón y rodando a muy buen ritmo.

En más de una ocasión nos miraremos la rueda trasera, pensando que andamos pinchados, pero se trata únicamente de que las ruedas se adhieren al pegajoso terreno.



Después de los repechos

La última subida dura llegará al coger por detrás el ascenso a las ruinas del telégrafo óptico, por zona pedregosa y con desnivel.

José "cheli", convaleciente de un accidente grave de coche, sale creo que por primera vez y hace esfuerzos por mantenerse sin resentirse.



Avería de José

Curiosamente, su bicicleta se queja antes que él y rompe la cadena. Con un tronchacadenas y un eslabón de clic lograremos resolver el problema, aunque no seremos tan hábiles al instalar la cadena en su debido recorrido y tendrá que parar nuevamente para acabar de solucionarlo.

MORALEJA: Llevar un tronchacadenas y las herramientas mínimas te pueden evitar una inoportuna avería.

Junto al telégrafo óptico

Alcanzamos el telégrafo y aquí se despedirán Lorenzo y Ramón, que llevan cierta prisa y prefieren abandonar nuestro ritmo más pausado.

Tres opciones tenemos en este punto para descender y Ferluy nos guiará por la pista más rápida que nos pondrá junto a la Ermita del Caloco primero y en descenso muy rápido por el carril bici después.

Carlos, José y Javier nos abandonarán para volver a El Espinar, aún les queda otra subida.

Lo cierto es que es pronto y alguno tiene aún ganas de seguir.

Tomaremos variante que nos llevará alejados de la carretera hasta la puerta de la piscina cubierta.

Ahora es Juan quien regresará a El Espinar, mientras los cuatro restantes del grupo seguiremos a San Rafael por el Camino de los Pastores.

Un par de rondas en Las Farolas mientras comentamos las incidencias de la ruta.

Los pronósticos avisan de nuevas lluvias a partir del miércoles, llegando a ser nieve en el fin de semana.

Y otra ruta a la saca.