Los mejores recuerdos no
están en las fotos ni en nuestra memoria. Están en el corazón
Fin de semana que algunos
no van a olvidar, seguro. Sobre todo aquellos que sienten extrañamente que por
sus venas circula sangre blanca.
¡¡Enhorabuena a todos los
madridistas!! Este sí que ha sido un auténtico “triplete” difícil de mejorar.
Un atlético que ama el deporte.
Diecisiete compañer@s de
AlfonsoyAmigos participaron el sábado en la Madrid-Segovia, sin más ánimo que
el de ponerse a prueba, tener sensaciones nuevas y superar sus propios retos
personales. Estamos seguros de que todos ellos lograron los objetivos que se
marcaron… y el resto de amigos nos sentimos orgullosos. ¡¡Bravo por tod@s!!
El domingo teníamos ruta,
claro que sí, pero sabíamos que la prueba de MTB del sábado había sido más dura
de lo esperado por el agua y el barro encontrado en el trazado y lo más
probable es que no consiguiéramos valientes dispuestos a realizar su propio
doblete. Tal vez alguno también acabó tarde celebrando el triunfo de sus
colores.
Se avisó que el ritmo de
marcha no sería el habitual, que los dos retos del día se superarían sin
problemas y así acudieron a la cita estos amigos:
Chicho, Fernando, Jesús,
Luis Ángel, Rafa, Santi y Alfonso.
Cuatro madridistas
eufóricos que no pierden ocasión de mostrar su alegría y sus bufandas a cada
momento y tres atléticos que les felicitamos, pero que nos mantenemos al margen
cada vez que en las fotos aparece el blanco.
Más forofos unos y menos
otros, pero el fútbol, la política o la religión nunca han sido motivos de
discusión en este grupo y sí de los habituales piques y bromas.
El chubasquero en las
mochilas, con este tiempo juguetón nunca se sabe, y nos vamos camino de
Gudillos, donde encontramos más barro y agua del habitual. Y también
encontramos cintas de señalización de la Madrid-Segovia que suponemos se
pasarán en breve a retirar.
Nos introducimos en la
Garganta del Río Moros y la marcha es la acorde para ir en grupo y poder mantener
charla amena, de fútbol principalmente.
Los cuerpos van entrando
en calor y te invitan a acelerar las pedaladas de forma natural, pero no nos
perdemos de vista. No habido necesidad de hacer paradas ni de coger agua en la
Fuente de la Chispa y en unos minutos ya estamos al pie del ascenso al Collado
de Marichiva.
Curioso que para dos
compañeros, Fernando y Jesús, sea la primera vez que lo intentan y se les ve
optimistas en los primeros metros.
Pronto la pista toma más
duro desnivel y la piedra suelta está muy viva. Además, son muchos los ciclistas
los que no paran de bajar y te hacen perder la concentración y el trazado
correcto.
Es Luis Ángel el
que toma la delantera, que ha tenido que poner un segundo pie en tierra para no
comerse a Fernando que se detiene en un resbalón. Le lanzo gritos de ánimo y le
veo alejarse tragando metros y altura. No volverá a poner pie en tierra hasta
llegar a la cima.
Detrás arranca también
Fernando que avanza y avanza, se diría que además de tener fuerza ha encontrado
el trazado correcto. Mis ánimos tampoco le faltan y empiezo a pensar que
resultan mágicos.
Yo mismo tengo que hacer
un par de paradas estratégicas para recuperar un pulso que ya no está para
estos trotes, a pesar de que las piernas se desenvuelven bien y mi logro es
superior al de otros intentos pasados.
Jesús en muchos tramos,
Santi que viene por detrás, Chicho a lo lejos… todos lo intentamos y siempre es
grande la alegría cuando nos agrupamos en el Collado de Marichiva (1753 m).
Foto de recuerdo.
Tenemos a nuestra derecha
el duro y pedregoso ascenso hacia Peña el Águila (2008 m), que no descartamos
realizarlo en próxima ocasión, ¿verdad Santi?
Por la Vereda del Infante
avanza animoso el grupo dejando a su derecha las preciosas vistas del valle. A
lo lejos claramente se distingue el Mirador de la Reina que otras veces hemos
visitado.
Punto de encuentro para
muchos grupos el Puerto de la Fuenfría y hoy encontramos más deportistas que de
costumbre. La temperatura acompaña aunque los cielos se cubren amenazantes.
Cogemos desvío por la
calzada romana, disfrutando en el descenso con la vista de numerosos arroyos
que vierten sus aguas a nuestro paso.
Muy cerca del nacimiento
del Arroyo Minguete nos detenemos para otra foto. En otras ocasiones no nos
detenemos y hoy hay que aprovechar. Las bufandas se dejan ver de nuevo y no
será la última vez.
Sigue el descenso y la
cabecera del grupo acaba por inercia acercándose a los restos (cada vez más escasos) de la Casa Eraso
La Fuente de la Reina,
impasible en cualquier época del año, hoy solamente nos ve pasar de camino a la senda que nos conduce al Cerro de la Camorca.
Fue en abril del 2014
cuando introduje por primera vez esta “guinda” a una ruta que ya de por sí se
antojaba dura. Ahora forma parte del trazado habitual de pleno derecho.
En los primeros tramos
del desvío nos toca atravesar zona verde encharcada que dificulta la marcha y
un repecho duro que no augura nada bueno. Los novicios dudan pero
no se amilanan, tienen ganas de conocer lo que les espera.
El pedaleo se ralentiza,
la respiración se altera y cuesta superar cada metro; tanto que casi nos sorprende
vernos ganar altura, pero lo estamos consiguiendo y nos anima. Nuevamente
Fernando y Luis Ángel acaban trepando en cabeza tras un Rafa que con su e-bike
reconoce la dificultad.
Jesús conmigo, casi
emparejados y atrás hemos perdido de vista a Chicho y Santi, que se han
entretenido en buscar variantes para próxima ocasión.
Según vamos llegando
recibimos los ánimos de quienes ya están arriba y consejos sabios: “No te
detengas, sigue pedaleando para bajar pulsaciones…”
Fernando y Jesús no saben
a dónde mirar, todo es nuevo para ellos y les parece espectacular. Quieren
fotografiarlo todo y no tardan en aparecer otra vez las bufandas blancas.
¡Vámonos, que tiene pinta de que va a llover! – les grito. Pero el entusiasmo es
pleno y las bufandas se resisten a volverse a las mochilas.
En el descenso, teniendo
que emplear a fondo los frenos, te das cuenta de la dureza de lo que acabamos
de subir, pero pronto volveremos, seguro. Apenas reponemos agua en
la Fuente de la Reina y ponemos rumbo al Collado de la Fuenfría. Casi cuatro
kilómetros de ascenso no duro pero constante por terreno encharcado y
pedregoso.
Momento para marcarse
cada uno su propio ritmo o para traer recuerdos de la niñez: “Siendo crío, vi
en el antiguo Palacio de los Deportes de
Madrid unas pruebas en pista de ciclismo tras moto”
Rafa se coloca delante,
yo me pego a su rueda trasera cuanto puedo e iniciamos pedaleo. El amigo Rafa
acabará con tortícolis pues cada pocos segundos gira el cuello para ver si le sigo
y regular la velocidad. Ahí procuro mantenerme yo, intentando no bajar de ritmo
de principio a fin.
Se me hace muy duro,
vamos muy rápidos, pero verle delante de mí me anima con el esfuerzo, las
piernas me arden. Solamente cuando iniciamos la recta final el propio Rafa me
anima a echar el resto. Meto dos piñones, o son tres y aprieto al máximo como
si entrara en sprint. ¡¡¡¡Uaaaauuuuuuuu!!!!
Grande amigo Rafa, muchas
gracias. Recuerdo haber tenido idénticas circunstancias en este mismo recorrido con Galo y con Juan
Carlos en anteriores ocasiones. Un abrazo para ellos.
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Fuente del Infante |
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Fuente del Infante |
Apenas reagrupamos y
regresamos hacia el Collado de Marichiva, parando antes en la Fuente del
Infante. Para el descenso ofreceré la oportunidad de que conozcan variante que
a tramos nos costará encontrar. Hay senderos que por no ser ya de paso o por culpa
de las aguas torrenciales se han ido perdiendo.
La bajada hasta la Puerta
de Campanillas es de pedaleo alegre, disfrutando, aunque alguno ya va mirando
su reloj de reojo, pero no importará detenernos y con gusto cuando nos encontramos a Chupo and family.
A buena hora, con un sol
que anima a sentarte en la terraza, celebramos hoy con un brindis la estupenda
ruta realizada, el logro de nuestros compañeros en la Madrid-Segovia y, por
supuesto, el triunfo del Real Madrid…. Queda dicho.