La ruta del domingo podríamos haberla calificado como
clásica, si no hubiera sido por un motivo mayor y de relevada importancia
Crónica: Luis Ángel
Coincidía con el cumpleaños de nuestro buen amigo, el inigualable Fernando.
Nuestro gran amigo, todo genio, todo corazón.
Y como si de un regalo de cumpleaños se tratara, nos deleitó
con una ruta que ya habíamos realizado en septiembre del año pasado y
que él mismo nos enseñó. Aquel recorrido se mereció el titular de "Rutonazo"
y el de hoy no sería menor.
Este fin de semana parece institucionalizarse las 8,30 como
hora de salida de las rutas de verano y debe ser así para evitar las horas de
calor, aunque esto no será fácil como ocurrió el domingo.
A las 8.30 partiríamos a esta ruta de "La Mariposa": Alfonso, Andrés, Ángel, Barri, Chicho, Chupo, David, Fer,
Fernando, Galo, Juan Carlos, Juan Patricio, Nati, Rafa, Santi, Toño y Luis Ángel
La ruta se resiste a empezar y no solo por los saludos y
comentarios de tantos amigos, sino porque casi incluso antes de abandonar el
Paseo de Rivera, Alfonso comprueba que la tija suya no funciona bien y se baja
incomodándole la posición y la pedalada. Intentaríamos en esos momentos una
solución de emergencia que a la postre no funcionaría.
Aun así emprendemos la marcha y a primera hora ya se adivina
que sería un día de calor intenso. A pesar de ello la subida de Arroyo Mayor se
hace de forma muy dinámica sin apenas pausa, pareciendo que existe prisa por
llegar a Peña el Águila.
Antes de llegar a este punto ya emblemático en la
singladura de AlfonsoyAmigos, nos
damos cuenta de que hay dos amigos que para ellos también es un día especial,
son Juan Carlos y Juan Patricio que celebran ese día su santo. Muchas
felicidades amigos.
En Peña el Águila comprobamos una vez más que esa subida sin
ser importante, sin ser dura, sin ser complicada, pone a prueba a todos y más
que nada por su terreno suelto e impredecible en cada metro, por corta que sea esa subida.
Breve parada, casi inexistente en este punto para comenzar la
subida a Collado Hornillo ascendiendo por la Cañada Leonesa, donde es en ese tramo donde muchos se ponen a
prueba para llevar el ritmo que más le convenga. Una vez alcanzado el collado,
tendríamos la parte más ingrata de la ruta.
Alfonso considera que no puede
continuar ya que la tija le sigue dando problemas, y tras varios minutos
intentando soluciones decide volverse para no demorar más la ruta. De alguna
manera se libraría de un día con mucho calor y que él siempre sufre en exceso.
Los demás emprendemos la marcha bajando algunos por la
trialera, muy complicada aunque ya muy conocida, o por la carretera para acabar
cogiendo el sendero que transcurre junto al Arroyo de Collado Hornillo.
Es en
un paso del arroyo, donde Ángel al no poder salvar una piedra en una pequeña
subida, sufre una caída más aparatosa que grave, cayendo de espaldas en el río.
Gracias a Dios sin consecuencias, aunque los que pudimos verla nos lleváramos
el gran susto de la jornada.
Retomamos la marcha con una bajada vertiginosa por el sendero
hasta la pista forestal del Camino de las Navacuelas. Alguna duda en el Campamento de Peñas Blancas
hace que abandonemos la pista para retomarla de nuevo.
En estos momentos Ángel
se da cuenta de que en aquella caída ha perdido el móvil. Andrés y Juan Patricio deciden acompañarle a
buscarlo y abandonan la ruta con nosotros, momentáneamente...
Se rueda a gran velocidad, pareciendo que queremos recuperar
el tiempo perdido o bien que queremos evitar el calor que se nos puede avecinar
a mediodía.
Estamos ya en el monumento a La Mariposa. Aquí la foto tradicional
es obligada, pero la parada es más corta de lo habitual.
Ahora afrontamos una subida trialera no muy complicada pero
sin descanso hasta la Casa de la Cueva.
El terreno está muy seco lo que dificulta las pedaladas en algunos tramos, pero
la hilera de AlfonsoyAmigos continua sin problemas.
Es ahora cuando queda una
bajada con un desnivel muy importante que obliga a bloquear las bicis en muchos
tramos con especial cuidado para no descabalgar. La bajada no es fácil, pero
todos la completamos con habilidad y con esfuerzo. Es ahora cuando puedo decir
otra de las frases que me habréis oído en muchas ocasiones: ¿Quién dice que
bajando no se hace deporte?
Estamos ya en el margen del Arroyo de Navalacuerda que nos
llevará por un sendero divertido y técnico hasta la pantalla del Embalse de la
Aceña.
Y ahora amig@s empieza el sufrimiento del día. Estamos en la
carretera de Peguerinos, hay que afrontar lo más duro, lo más ingrato,
lo más abrasador. Esas rampas ya conocidas por casi todos, con porcentajes del
13% en varias de las subidas, hacen que los cuatro kilómetros hasta los
Corrales se hagan bastante interminables.
Pero como en ocasiones anteriores y
como característica de este grupo, el ánimo es inquebrantable e incluso en
estos momentos somos conscientes de que aún en estos tramos, la suerte que
tenemos de poder montar por estos parajes es impagable y merece la pena
cualquier esfuerzo por grande que sea. ¡¡No hay dolor!!
Cuando llegamos Los Corrales, volvemos a encontrar a
"los 3 del móvil". Lo han encontrado y nos han encontrado a nosotros para continuar
ya juntos hasta el final. ¡¡Qué alegría!!
Nos dirigimos ya hacia el Collado de Gargantilla, pero antes tendremos
primero que remontar el siempre exigente y técnico Arroyo Chuvieco que como el
resto de la mañana lo hacemos rápido y con gran fiabilidad de todos los
integrantes de la excursión, amenizada por la narración (sobre lo que sea....)
sin descanso de un Barri que parece no acabársele nunca las pilas de su
conversación.
Otra bajada conocida, la de Gargantilla, sin mayores
problemas y que todos hacemos sin percances.
Parece haber ganas de llegar, no
han sido muchos kilómetros, pero han sido rápidos en muchos de sus tramos y
con esfuerzo y calor en otros. Por ello el llegar a San Rafael y en particular
a La Casona parece una recompensa importante.
Allí nos despediríamos de algunos que tenían prisa y al resto se nos une Alfonso, ya duchado, para disfrutar todavía de algún momento para celebrar el cumpleaños de
Fernando.
Gracias por tu invitación Fer, y esperamos seguir compartiendo tantas
rutas posibles contigo durante muchísimos años. Un abrazo de parte de todos,
sabemos que tienes mucho genio, pero también que todavía tienes muchísimo más
grande el corazón.
Y como esta crónica por motivos diferentes se ha retrasado un
poco más que de costumbre, podemos decir con total seguridad, que el domingo
que viene... cada vez más cerca.
¿Quieres saber nuestro recorrido?