Aquel de AlfonsoyAmigos que no haya recorrido el camino de San Rafael al Alto del León más de 50 veces, que arroje la primera piedra
Y así
podrá ayudar a despejar algunos tramos del recorrido de hoy que, a pesar de
todo, hemos encontrado más limpios de lo esperado
La
intención era la de partir a las 8,00 como venimos haciendo últimamente, pero
hoy en el Paseo Rivera de San Rafael nos hemos entretenido celebrando el
encuentro de Andrés, Ángel, Enrique, Fer, Rafa, Santi, Alfonso y los regresos
de Jesús y de Luis Ángel luciendo moreno playa. Problemas
técnicos con mi GPS tampoco han sido aliados de la puntualidad.
Ya
ruedan nuestras bicicletas por el Paseo de San Juan hacia la estación de tren
de Gudillos y el siempre amigo camino de la “alfonsina”, con muchos restos de ramaje de las últimas cortas, para recorrer tramo
del Camino del Agua y otro duro de obligado cumplimiento que nos conduce hasta
el Alto del León a espaldas de la
eterna restauración de la antigua Casa Hilario (antes Hotel Restaurante La
Peña)
Cogemos
sendero siempre divertido en dirección al Collado de la Sevillana, pero en
explanada bajo tendido eléctrico giramos
a la derecha para descender por senda limpia y cómoda, cercana a la fuente del Lobo, hasta el Camino de los Lomitos (PR-M30)
Dejamos
atrás la peña que indica el ascenso hacia el Monumento del Arcipreste y en 400 metros hay que evitar pasarse el
desvío que surge sin señalizar por la derecha y ladera abajo.
Hemos
entrado en senda de casi un kilómetro, revirada y disfrutona con buen firme,
libre de pedrolos salvo para superar una lancha grande de piedra. No sería justo tildar este tramo de “trialera”,
tal vez uno de los más cómodos de recorrer de los que podemos encontrar por la
zona. A
todos va a dejar un buen recuerdo para nuevas ocasiones.
Tras
el descenso, estamos de nuevo en pista forestal que discurre por zona arbolada,
pero ésta nos lleva entre Los Lomitos y el trazado de las vías del tren hacia uno
de los extremos de la pantalla del Embalse
de los Irrios. (Ver vídeo)
La
verdad es que hemos visto este embalse en mejores tiempos, pero ahora apenas
parece una charca sin movimiento de sus aguas.
Su
construcción se inició en 1941 y finalizó en 1960, con diseño del ingeniero de
caminos J. Paz Maroto. Realizada
en mampostería de granito y mortero de cemento. Tiene una altura de 16 metros. Esta presa nunca llegó a funcionar porque
fue volada en el vertedero por miedo a que fallara la estructura. Actualmente en desuso, pero conserva su
estructura inicial. Datos
extraídos del Inventario de Patrimonio Industrial de la CM. (IPICM)
No
demasiada altura, poca agua, pero la verdad es que impone recorrer a pie parte
de la pantalla para sacar alguna foto. En
una de Fer se puede ver claramente y de cerca el “bocado”.
Circunvalamos
el Prado Montero, siempre por senderos muy secos flanqueados por arbustos y
piornos que, como gatos furiosos, se empeñan en dejarnos marcas en brazos y
piernas a más de uno. A
cielo descubierto el día coge más temperatura.
Avanzamos
a buen ritmo por el Cordel de la Calleja
de los Poyales, aunque haremos breve parada junto al Abrevadero del Prado del Peguero con caño de abundante agua fresca,
hasta alcanzar la Nacional VI y descender con precaución unos 400 metros para
tomar desvío por la derecha.
Estamos
en el punto más bajo de nuestra ruta y ahora tendremos que remontar para
regresar al Alto del León, primero por zona algo rota y después, tras atravesar
oscuro y largo túnel bajo la AP-6, forzando las piernas por cuesta de hormigón.
Alcanzamos
cruce conocido, el de los plátanos… (Nosotros
nos entendemos) y ahora cogeremos variante que hace mucho tiempo fue
desechada por su dureza. Algo
más de 3,600 metros en continúo y duro ascenso, entre el 10 y el 13%, donde
cada cual busca aliado para que le resulte más llevadero.
La
fuente y pilón de la Hondilla,
ofreciendo solamente un hilo de agua a estas alturas, nos indica que es momento
de parar, reagruparnos y cruzar más de una felicitación por lo ya superado.
Sin
llegar hasta el Alto del León tomaremos desvío por las Hondillas y los tres
tramos de “los toboganes” que nos acercan al arroyo La Gasca, para coger después variantes habilidosas y divertidas que
nos llevarán de nuevo hasta San Rafael, tras ruta muy variada de poco menos de
4 horas, a tiempo de compartir con agrado unas cervecitas y de compartir algún compañero
con sus compromisos familiares.
Alegra
saber que a Pawel le tendremos también en breve con nosotros. Fuerte abrazo amigo.
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