Varias semanas de
anticipación, comentando la ruta MTB que Alfonsoyamigos iba a realizar el día
26 de Octubre.
La logística ocupa tiempo,
mucho tiempo (a veces creo que hay que
tener vocación) y hay momentos en que llega a desesperar, sobre todo cuando
le dedicas tu horas de ocio.
Por la cabeza se te pasa la
idea de renunciar para próxima ocasión, de “no complicarte la vida”, pero al
final desistes y vuelves a caer.
Es enorme la satisfacción
que te produce, comprobar que a la llamada han acudido 32 amigos. Todos ellos
dispuestos a disfrutar de lo lindo, aportando lo mejor de si mismos para que el
encuentro resulte inolvidable.
Hago un esfuerzo y menciono
a todos los asistentes. No es memoria... repaso las fotografías.
Ángel Cogolludo, Ángel
Sierra, Belén, Daniel, Enrique, Ernesto, Eusebio, Ferluy, Fernando, Galo, José
“Bombi”, Juan Carlos, Juan Pérez, Lourdes, Luis Arce, Luis Ángel, Luis Ángel
JR., Miguel, Patrick, Samuel, Santi, Sofía, Toño, Alfonso y los amigos menos
habituales de Madrid, pero siempre bien recibidos, Ángel, Ángel Manuel, César,
Guillermo, Juan, Nany, Oscar y Roberto.
Desde varios puntos de
Madrid y Segovia, compartiendo vehículos o acudiendo en solitario, pero poco
antes de las 9,00 horas ya está dispuesta la mayoría para la ruta. Un último
repaso de la equipación y en marcha.
Tantos ciclistas, tan lejos de casa y con una
mínima demora en la partida, que demuestra las ganas puestas por todos para
este encuentro.
Mucho hombre, mucho machote
en el grupo, pero también cuatro féminas que a lo largo de la ruta darán para
el pelo a más de uno. ¡La mujer al poder!
Recordamos y bromeamos sobre
la última vez que realizamos esta misma ruta, allá por el mes de Noviembre de
2013, con frío, con nieve, con los extraterrestres Luis y Sofía que fueron los
únicos que acudieron con culotte corto.
Hoy es diferente, la mañana
se deja sentir fresca y solo algún despistado vestirá de largo.
Rodar callejeando por El Tiemblo
es divertido. A pesar de lo temprano de la mañana ya hay vecinos que nos ven
pasar y se sorprenden con grupo tan numeroso. No, no es ninguna prueba, le diré a algún paisano que
preguntaba.
|
El Grupo al completo |
Y abandonamos el adoquín de
las calles para coger los primeros senderos, con tramos complicados a veces,
con algún desnivel en descenso que al menos te hace dudar entre lanzarte o no
cuando todavía no has entrado en calor.
El ambiente refresca. Se siente
la humedad cuando nos encontramos bordeando el Embalse del Charco del Cura que
recoge las aguas del Río Alberche.
Merece la pena mirar a
nuestra izquierda, el sol temprano se refleja en las aguas. Pero no puedes
disfrutarlo, mas te vale no perder de vista el camino por el que ruedas y la
trazada del compañero que va delante, si no quieres irte al suelo.
A la zona le llaman “Los
Llanitos” y no entiendo el por qué. Desniveles no le faltan.
Hasta ahora divertido,
calienta piernas. Unos rememoramos la ruta del año pasado y otros avanzan sin
saber lo que les espera.
Creo recordar que alguno-na
me preguntó si habría trialeras en la ruta y contesté que no. Ahora tengo la
sensación de haberles engañado... me van llegando a la memoria los tramos
complicados que nos esperan. Ya veremos si se dan cuenta.
Estamos en cruce con la
carretera AV-504 y reagrupamos. Aprovechamos para hacernos una primera foto de
grupo, pero aquello resulta más difícil que mantener la atención de grupo
escolar en el zoológico. Lo mismo ocurrirá cada vez que lo intentemos y creo
haber conseguido una sola foto en la que estamos todos.
El grupo se estira y atravesamos
la pantalla del Embalse del Burguillo. Corre un vientecillo permanente en esta
zona que provoca olas en el agua retenida. No sabes si disfrutar de la vista,
hacer algunas fotografías o seguir al resto de compañeros que no se detienen.
Del grupo de Madrid, compañeros de Roberto (creo que se ha acercado el equipo élite)
me preguntan si todo va a ser por carretera. Están ansiosos por hacer sufrir
sus máquinas.
Y me viene a la cabeza: “De
todo hay en la viña del Señor, hijo mío” (será
porque estamos cerca del Charco del Cura).
Recorremos unos kilómetros,
efectivamente por carretera, con el embalse a la derecha, bajo los árboles y
con la Reserva Natural del Valle de Iruelas a nuestra izquierda.
Poniendo a prueba los
walkies que hoy hemos traído. En cabeza anuncian los coches que bajan, en
retaguardia avisan de los que suben... bueno, Juan lo anuncia todo y bromeo: “Juan
se queda sin pilas antes de finalizar, ya verás”.
Una nueva parada en zona
amplia y recreativa, junto a la Ermita de las Cruceras.
Otra foto (creo que aquí si estamos todos y no sin
esfuerzo), cambio de agua a los canarios y seguimos pedaleando.
Ahora si abandonamos la
carretera y entramos en pista forestal, con algunos primeros repechos a modo de
aperitivo.
La euforia se va a acabar,
ya no se escuchan tantas risas, apenas hay conversaciones.
Algunos marchan con mucha
alegría en el pedaleo... Están fuertes o no saben lo que les espera. Más de una
vez lanzaré aviso para que bajen el ritmo y el grupo no se estire demasiado,
pero debe ser que tienen los oídos taponados por la presión de la altura.
Cuando logro sujetar a alguno, aparece otro por detrás que no ha escuchado el
aviso.
Pero... mejor así, cada uno
se impone su propio ritmo, aquel en el que marcha más cómodo. Veo a muchos
amigos por delante, pero también veo grupo numeroso por detrás. Las zetas, en el
ascenso, te permiten tener unas vistas privilegiadas, del paisaje, de los
compañeros que sufren más que yo unos metros más abajo.
|
Puerto Casillas |
Ya no sorprendo a los que me
conocen, cuando les digo o comprueban que llevo hasta tres pañuelos preparados
para ponérmelos en la cabeza bajo el casco y recoger el sudor. La temperatura
del día se ha elevado más de lo previsto y el esfuerzo no me ayuda. Pierdo
mucho líquido y sales, que me hacen perder energía a pesar de beber con frecuencia.
¡¡Estoy deseando que llegue el invierno!!
La Curva de la Candeleda es
el lugar adecuado para realizar una parada de reagrupamiento, de respiro, pero
Lourdes (fiel a su costumbre) dirá al
llegar: Yo sigo. Soy muy mayor, me
acuerdo de la frase que hizo celebre Joe Rígoli.
Hasta alcanzar el Puerto de
Casillas, a 1467 m, no hay pérdida. El GPS de Patrick indicará, sin embargo,
que hemos alcanzado los 1519 m (¿?).
|
En el Puerto Casillas |
En el Puerto corre el aire,
pero el sol está presente. Foto aquí, foto allá mientras llegan los más
rezagados, aquellos a los que han dado cobertura Juan, Galo y Eusebio. Luis Ángel y alguno más han subido y bajado de nuevo para dar ánimos.
Aquello, el Alto, parece unos grandes
almacenes en hora punta. Mucho movimiento de buscadores de setas que se cruzan
con excursionistas y ciclistas. Grandes y chicos que han llegado a pie por
camino más sencillo o en coche.
Los “escaladores” han
disfrutado con el ascenso, ahora toca el turno de los “descender” y de todo
aquel que le encante volar sobre piedras y pedruscos.
Lo siento... dije que apenas
había trialeras.
|
Puerto de Casillas |
El año pasado tuvimos un
extravío... esta vez no va a ocurrir. Los Gepeseros Máster, Enrique y Santi, aguzan
su vista sobre sus artilugios de orientación. Todo está preparado. Descenso
rápido pero OJO, que nos desviamos a la izquierda.
En los primeros tramos
esquivamos rodadas y zanjas provocadas por la caída de agua, pero también hay
que tener mucho cuidado con los que ascienden a pie por el camino, con muchos
niños, con algunos perros. Todos quieren disfrutar el estupendo día que hace.
Atención, salida por la
izquierda y los gepeseros se vuelven a asegurar. Qué tranquilidad cuando no soy
yo el que marca los desvíos.
No sabemos si se trata de
una calzada romana muy, pero que muy, deteriorada o es que han echado en esta
zona todos los pedrolos que se han retirado de las zonas cercanas... pero allí
están.
Los cinco sentidos trabajan
a su máxima potencia. Todos ellos influyen para que realices la mejor de las
trazadas, para que la rueda delantera no golpee con alguna piedra que te haga
hocicar. Sí, he dicho los 5 sentidos, porque algún compañero llega a probar también el
sabor de la tierra del camino.
Alguna caída, una salida de pista, un vuelo
acrobático, varios resbalones y mucha precaución, pero todos nos reunimos unos
cientos de metros más abajo. Prueba superada... y no podrás imaginar, amigo
lector, lo complicado de este tramo recorrido si tu única referencia es esta
narración.
Y seguimos en descenso hasta
alcanzar Casillas, un pueblo pequeño y pintoresco en el que unos críos están
asando castañas en la misma calle. Castañas que abundan por el suelo y que ves
caer de vez en cuando de los árboles. Suerte de llevar casco.
No señores, no... No han
acabado los ascensos. Ahora llegan nuevas pendientes, duras, muy duras, por
terreno asfaltado o de hormigón, pero que hay que superar antes de introducirte
en camino que conduce al Castañar. Y todavía habrá un súper repecho antes de
acabar de coger altura. Estamos en la Sierra de Gredos.
Ahora si se puede decir que
hemos alcanzado el motivo principal de esta Ruta: El Castañar.
Nos tomamos un respiro para
retomar fuerzas y las hojas recién caídas nos rodean por doquier. También veo a
mi alrededor caras satisfechas.
Y a disfrutar del camino de
descenso entre robles y castaños, temiendo encontrar alguna sorpresa oculta
bajo las hojas.
Las cámaras fotográficas
toman protagonismo, no te puedes resistir, pero es que podrías quedarte allí
todo el día. Lástima que la fotografía no sea capaz de describir con exactitud
todo lo que estamos viendo.
El invierno pasado no
encontramos tanto excursionista, pero todos tenemos derecho a disfrutar, eso
sí, respetando también a los demás.
Alcanzamos el Refugio y esta
vez no se nos escapa el famoso ABUELO, un castaño con más de 500 años, más de
19 metros de altura y símbolo de este Castañar. Allí plantado, impertérrito,
viendo pasar el tiempo y a cuantos nos paramos a observarle.
|
Fue imposible reunir a todos |
El año pasado, por gentileza
de la avería de Daniel, tuvimos que descender hasta El Tiemblo por carretera,
pero en esta ocasión cumplimos nuestro track previsto. Mientras Santi y Enrique
se cercioran del recorrido, aprovechamos para hacer más fotos.
|
El Abuelo - Castañar de El Tiemblo |
A disfrutar de nuevo, con
pista forestal, senderos disfrutones, trialeras exigentes y arriesgadas... para todos los
gustos.
Y seguiría con mi relato,
pero acorto porque llega la hora de comer y ya nos tienen la mesa reservada y
preparada en Casa Mariano de El Tiemblo.
Eso sí, Daniel tendrá un
pinchazo de última hora y Juan habrá agotado las pilas de su walki.
Tengo dudas de si el banquetazo que
nos ventilamos en Casa Mariano es el premio a la ruta realizada o el motivo
principal de nuestra escapada, pero se ha disfrutado a tope.
Gracias a todos los que
habéis acudido y aportado vuestro entusiasmo.
Nuestra enhorabuena a los
que llegaron a destino superando el sufrimiento, a los que se sacrificaron por
echar una mano al compañero, a los que nos llevaron por la senda correcta.
|
Lourdes, Belén, Sofía y Nay - Cuatro campeonas |
Y sobretodo felicitar a las féminas, nuestras compañeras y amigas, por ser unas auténticas
campeonas y un orgullo para todos.
Y nuestro recuerdo para los
amigos que no pudieron asistir.