Cada año me cogen las
Navidades más descuidado pero es que hasta las convocatorias de ruta se me
acumulan en el calendario. Un calendario que ya va al encuentro de la última
hoja del año
Noche Buena, Navidad… y
acaso para algunos, la llegada de un Papá Noel que espero haya sido generoso
con vosotros. Por mi parte, prefiero esperar la llegada más lenta y pausada de
los Reyes Magos
En el
aparcamiento de La Herrería, en El Escorial, nos hemos dado cita quienes seguro
nos hemos esforzado para no abusar estos días de comida y bebida pues “había que montar en
bici”
Abrazos
más entrañables y sonrisas amplias en el encuentro, en este atípico lunes que
ha querido sentirse por una vez como domingo y puede que la mirada de más de
uno haya recorrido al compañero de pies a cabeza buscando algo nuevo estrenado.
Sí, Luis Ángel, te he visto
la chaqueta.
Pasamos
lista y responden: Andrés,
Barri, Enrique, Fer, Juan, Luis Ángel, Pawel, Rafa, Santi y Alfonso. Todos listos y equipados, las bicicletas a
punto, la mañana fresca pero sin lluvia, ¡vamos allá!
Con
precaución, cruzamos la M-505 que sube hasta el Puerto de la Cruz Verde sin
nada de tráfico a estas horas, para coger desvío a la derecha por el Camino del
Castañar y a espaldas de la ermita de la
Virgen de Gracia. La
Cruz de los Romeros sigue allí para evitarnos despistes, pero tal vez no sea
suficiente referencia.
La
senda es sinuosa y con pequeños repechos que ayudan a entrar en calor hasta
acercarnos a pista forestal y avanzar entre bosque de castaños por el prado de la Guadaña – malo, malo.
1, 2, 3, 4, 5… faltan Andrés
y Santi, que no llevan walkie pero sí track y como salieron antes “para ir
tirando”, pensamos que están por delante de nosotros.
Apenas
un par de fotos con el Monasterio de El
Escorial a nuestras espaldas, una curva cerrada dejando atrás la solitaria Fuente de la Reina y más adelante la cueva del Oso, que seguramente estaría
ya invernando.
Alcanzamos
la puerta de la cotera, en la zona de Los Ermitaños y no, allí no están las dos
ovejas descarriadas. Ha
habido extravío, seguro. Una
llamada telefónica y se confirma que ruedan por detrás de nosotros. Allí esperaremos.
Reemprendemos
marcha en rápido descenso hacia Zarzalejo
Estación, dejando dos montes a nuestra derecha, La Machota (1404 m) y La
Machota Alta (1461 m), sólo aptas para senderistas. Ya no hay pérdida.
Por
la avenida de la Estación hasta cruzar puente sobre la línea de ferrocarril y
tomar el camino de la Nava, volver a cruzar las vías por nuevo puente y continuar
ya por el margen contrario, por sendero que se irá estrechando y obligará a superar
duro y complicado repecho que todos nos esforzamos en superar.
Estamos
en lo alto de un cerro desde el que podemos ver el puerto de la Cruz Verde y la carretera que asciende desde La Paradilla. Aún quedan compañeros por llegar cuando
algunos ya recorren en rápido descenso los tres kilómetros que nos separan de Robledo de Chavela.
Atrás,
cerrando las puertas que nos van dejando abiertas pero nos detendremos para dar
aire a una rueda de Pawel que amenaza con venirse totalmente abajo. Necesitará otro empujón más adelante pero el
líquido tubeless parece haber hecho su trabajo. El
sol ya se deja ver y se agradece.
Nos
alejamos de Robledo por zona urbanizada para adentrarnos en zona forestal en
busca del Cerro Robledillo. Es curioso que, cuando todos nos creemos tan
civilizados, haya que colocar cartel de aviso de que está prohibido hacer fuego
y realizar vertidos…
De
nuevo hemos perdido de vista a los que marchan en cabeza, que no parecen
dispuestos a bajar el ritmo ni a detenerse en el mirador a pesar del duro
ascenso. Sólo
algunos saldremos en la foto y comentaremos anécdotas de anteriores visitas.
Nuestro
esfuerzo nos conduce después hasta la Ermita
de San Antonio, que nunca hemos comprobado si tenía sus puertas abiertas y
avanzamos por senderillo entre arbustos hasta dejarnos caer hacia la carretera
de Fresnedillas en busca de desvío por el camino
de Zarzalejo sentido sur.
Rápido,
divertido, sinuoso y en bajada, que tomamos a bastante velocidad uno tras otro
solventando sin problema los pasos más complicados, hasta coger desvío hacia el
camino del Canalizo del que
recorrimos un tramo en sentido contrario la semana pasada.
El camino de Peralejo y después de superar
el arroyo de la Moraleja, el cordel del Puente de San Juan, con tramos
rotos y alguno de pedrolos pero siempre divertido y donde se puede coger buen
ritmo sin peligro de molestar a nadie. Superamos
el puente sobre el río Perales con
las aguas crecidas y en una zona que siempre resulta especialmente bonita.
A
pesar de que el camino va tomando desnivel por la Cañada Real Segoviana, Pawel aprieta la marcha y me voy tras él
poco antes de que nos alcance Enrique. Los
dos están muy fuertes y rivalizan a la par que intentan ponerse a velocidad en
la que mi e-bike tenga poco que hacer… pero ahí aguanto durante algo más de
tres kilómetros. Merece
la pena el esfuerzo.
Ya
agrupados, tomamos desvío hacia Peralejo por la Colada Calleja de los Tinados, que hemos recorrido en otras
ocasiones pero que hoy encontramos con mucha agua sucia y tramos de barro.
Alguno ha metido el pie enterito.
Y de
Peralejo hacia El Escorial, por bonito y agradable camino en todo su recorrido,
bajo las ramas de grandes árboles y entre muros de piedra centenarios, además
de tener que atravesar algún tramo más complicado por zona de antiguas canteras.
Un inevitable
corto tramo por carretera y tomamos desvío por la colada del Chicharrón tras cruzar sobre puente romano. Teniendo cuidado de no coger el sendero
equivocado acabaremos cruzando puente sobre las vías del tren y regresando a
la zona de La Herrería, que ahora sí
encontramos con numerosos excursionistas.
Llegamos
contentos, eufóricos por la ruta realizada. Mucha
gente por todos lados y el aparcamiento a rebosar. Mi coche uno más perdido entre decenas.
Da
pena perder la alegría de raíz, al llegar al coche y encontrarte con las
consecuencias de quien se ha tomado algún trago de más, puede que de una mente
con pocas luces o de quien es capaz de disfrutar haciendo daño a los demás: Un arañazo hecho a propósito a lo largo de
todo el lateral del coche.
¡¡Felices
Fiestas para tod@s!!