Puede que un día descubras que no llegaste más lejos porque tú mismo te pusiste los límites
La Bola del Mundo o alto
de Guarramillas con su altitud de 2257 metros parece haberse convertido
últimamente en foco de atracción para retos y desafíos de AlfonsoyAmigos.
Muy cerca de la cumbre se
encuentra el Ventisquero de la Condesa que se considera el nacimiento del Río
Manzanares. Y en la cima aún se yerguen desafiantes las reconocibles antenas
que hasta el año 2010 dieron la señal de radio y televisión hacia Madrid y
Segovia.
La Bola del Mundo desde Cercedilla |
Ya hubo compañeros de AlfonsoyAmigos que no ha mucho
asumieron el reto de alcanzar este alto, el de Guarramillas, casi como desafío
personal. Otros les seguirían días más tarde.
De hace años tengo fotos
de haber estado yo mismo en ese punto emblemático, compartiendo emociones y foto con nuestro amigo Jorge, pero casi es del sentir
general que este logro hay que renovarlo cada cierto tiempo para que no
“caduque”.
Podía haber enviado propuesta para que seguro aparecieran voluntarios dispuestos a acompañarme,
pero preferí lanzarme solo tal día que el ánimo me lo permitiera y además con
la sana intención de explorar alguna variante que ofrecer a AlfonsoyAmigos.
Este es el día elegido y
a temprana hora ya me encuentro en la localidad de Cercedilla, donde sus
vecinos parecen negarse hoy a madrugar. Probablemente el día anterior, festivo
nacional, las calles bullirían de gente y deportistas a estas horas.
Junto al coche y antes de
iniciar el pedaleo cansino que me propongo, apunto el teleobjetivo de mi cámara
hacia el destino de referencia que quiero conquistar y la verdad es que no
anima mucho, pues parece encontrarse a mil kilómetros.
La vista de la mermada Presa de Navalmedio ayuda a recuperar
el aliento perdido en el esfuerzo reciente.
Me adentro en pinares
conocidos y sujeto las riendas de mi caballo para que no se desboque por sendas
sin apenas desnivel. Aún quedan muchas millas que recorrer.
Avanzo entre los Riscos
de la Majadilla Verde y El Ventorrillo, con la Casa de la Mariposa, (conocidos por otros recorridos).
A mi derecha, construida
con buena piedra, veo una capilla o ermita que, seguramente me equivoque, debió
formar parte de las instalaciones de algún campamento juvenil de tiempos
diferentes.
Encuentro el Pino Encadenado y recuerdo su leyenda, que ya contábamos en escapada del 2014
Encuentro el Pino Encadenado y recuerdo su leyenda, que ya contábamos en escapada del 2014
Pino Encadenado |
Las tapas de registro de
conducción de aguas del CYII me confirman que voy por buen camino y serán
compañeras fieles durante un buen trecho. Se escucha circular el agua con
fuerza bajo mis pies.
La dureza del recorrido
me obligará a poner pie en tierra en más de una ocasión, aprovechando para
hacer alguna foto y para reservar fuerzas ante lo que aún espera.
Antes de lo esperado (no quiero dar referencias horarias) aparezco
junto a la Capilla de la Virgen de las Nieves y la estación del eléctrico de
Navacerrada, tan popular años atrás.
El puerto de Navacerrada
(1858 m) es lugar de paso entre castillas, pero también punto de encuentro para
amantes del esquí en invierno, y todo el año como punto de partida para
caminantes y ciclistas que quieran alcanzar “La Bola”.
Por la ladera oeste y
casi desde el mismo aparcamiento parte pista de hormigón duro que, tras superar
barrera, rápidamente toma desniveles de hasta el 17%. El puesto de la Cruz Roja
parece mandar un mensaje de tranquilidad: “aquí estamos por si nos necesitas”.
Inicio la marcha con
suave pedaleo, obligándome a no tomarme alegrías y veo en mi GPS que el
desnivel se dispara.
Suave, intentando
acompasar respiración y pedaleo, ganando metro a metro que vas restando
mentalmente de los 3 kms que tienes por delante.
Procuro cambiar de
posición sobre el sillín en aquellas escasas ocasiones en las que el desnivel
parece suavizarse. Me resisto a levantar la vista de la rueda delantera y si lo
hago por descuido allí están las antenas rojas y blancas, desafiantes, que aún
se antojan muy lejanas.
Las piernas se tensan y
se quejan de un esfuerzo al que no están acostumbradas y en la cabeza empiezo a
oír el eco lejano de un “para, para, para” que cada vez resuena con más fuerza.
Hago por pensar en otra cosa y recuerdo la alegría de los compañeros que
subieron antes que yo.
En pleno esfuerzo, acabo
sintiendo dolor en todo el cuerpo y soy capaz de localizar cada costilla
dolorida o cada moratón fruto de golpes y caídas, que ahora se resienten.
No, no lo voy a negar,
aproveché el mirador natural de un par de curvas para detener la marcha y
disfrutar del paisaje, con una temperatura muy soportable y un aire acariciador
y refrescante.
Ahora recuerdo que
debería haber repuesto agua en el puerto, aunque hubiera sido de una máquina
expendedora.
Otros deportistas que han
madrugado más que yo me saludan de buen grado mientras descienden y me dan un
ánimo que se agradece.
Vuelta al pedaleo, a esos
desniveles de locura y me descubro haciendo zigzag en los tramos más duros.
Curva a derecha, curva a izquierda y sigues avanzando.
El GPS me da cuenta de
que me queda poco más de 500 metros y nuevos deportistas me alientan cuando ya
pensaba apearme para recuperar el aliento. Las pulsaciones hace rato que vienen
disparadas.
Cuando llego arriba
siento una alegría inmensa pero una emoción serena (recuerdo las palabras de Luis Ángel) lejos de las ganas de dar
brincos de otras ocasiones y en otros retos.
La paz y la tranquilidad
parecen haberme invadido. La ausencia de cualquier sonido parece hipnotizar y os garantizo que tuve que hacer esfuerzo para
iniciar el regreso, para abandonar el paisaje que estaba disfrutando.
El regreso, el
descubrimiento de nuevos senderos para compartir con AlfonsoyAmigos ya forman
parte de otra historia y de otras más que seguro escribiremos juntos.
Que grande eres makina. Aprender que los límites siempre los ponemos nosotros y es un fallo……a mi parecer
ResponderEliminarSiempre que cualquier amigo culmina esa cima me vienen a la cabeza magnificos recuerdos de cuando lo he hecho yo y recuerdo esa emocion indescriptible.
ResponderEliminarGrande Alfonso por haber coronado solo, sin la ayuda de amigos. Y ademas gracias por haber recorrido toda esa ruta con el animo de proponerla al grupo. Ese dia en que sea ruta oficial, la llegada arriba no me puedo ni imaginar como sera.
Mienttas tanto enhorabuena Alfonso por no poner limites al esfuerzo.
El abuelo siempre ha sido muy grande..., totalmente de acuerdo Toño... eso llevo diciéndole 13 años...
ResponderEliminarJeeeee
Por fin ha recapacitado 😝
Me paaarto
Un beso a tod@s
Enhorabuena Alfonso!
ResponderEliminarCotos, la bola, este año estás tachando varios retos pendientes.
Un fuerte abrazo.
Como me dice mi mujer: Aprovecha que nuncas vas a ser más joven que ahora.
EliminarMi admiración, Alfonso, por vencer tû cabeza y resto de tú cuerpo en esas rampas del demonio ( y solo),
ResponderEliminarEn tû reportaje se vislumbra la grandeza de un logro personal,
aunque el orgullo y la felicidad van por dentro.
Un abrazo, Valiente Comandante.
Me reconozco a cada pedalada descrita. Mi reto fue similar al tuyo, pero por el Camino Schmidt, dos días después de que una tarde de agosto, hiciera la ruta parte del grupo.
ResponderEliminarEsa reflexión previa en el puerto. Esa duda sobre si tu cabeza y piernas resistirán el reto, y esa satisfacción de dar la última pedalada y levantar la vista para ver las antenas en primera línea, quedan perfectamente descritas.
Se trata de un pedaleo cansino, que pone a prueba la fuerza física y mental del que asume el reto. Enhorabuena.
Me alegro muchísimo de que eso que parece miedo no lo sea y se quedé en respeto, asi funciona muchas veces nuestra cabeza, pero demostrado queda, los retos que uno se propone con la cabeza fría se consiguen, enhorabuena Alfonso, y al resto, recordar, me lo dijo un buen amigo y da resultado, siempre pensar que todo lo que empiezas acaba,gracias Luis Ángei
ResponderEliminarEse día que este reto se comboque en AyA también estaré yo.
Enhorabuena!!! Reto conseguido.
ResponderEliminarQuerer es poder,y tú lo has demostrado.
Un beso. Charo.
Grande!
ResponderEliminarJoss Marino