El mes de septiembre se hace notar, recordándonos que el otoño está llamando a las puertas
¡Caray!
que mañana tan fresca a la hora de nuestros encuentros y reencuentros. Los
abrazos son siempre bien recibidos, pero aún más lo son algunas amplias
sonrisas en estas primeras horas de la mañana.
Hoy
han acudido a divertirse: Andrés, Ángel, Asanta, Enrique, Ernesto, Eva, Juan,
Paco, Patrick, Pedro, Santi y Alfonso. Me
alegro de ver a todos, pero especialmente a los hijos pródigos, Eva y Ernesto.
Comenzamos nuestra ruta desde el Paseo Rivera de San Rafael, donde hoy se han acumulado numerosos vehículos por un encuentro deportivo juvenil. Nos dirigimos hacia Gudillos con cierta parsimonia y, a estas alturas, ninguno de los participantes desconoce el trazado, a tramos duro, que debemos superar para alcanzar el Puerto de Guadarrama.
1,2,3,4… 12, estamos todos.
¡Vámonos!
Disfrutando
de un kilómetro de sencillo recorrido por sendero que nos acerca hacia el Collado
de la Sevillana.
Seguimos
un tramo del Camino de los Lomitos, dejando a la izquierda el desvío que
hace años recorríamos en descenso desde el Monumento del Arcipreste.
Un estrecho senderillo nos guiará en descenso a la pista forestal que discurre paralela a la que abandonamos. A nuestras espaldas, queda el recorrido que nos llevará en próxima ocasión hacia Casa Tere, pero esa es otra ruta.
Hoy avanzamos
hacia el este, sin pérdida, encontrándonos con algunos tramos muy rotos, secos
y peligrosos, en dirección al Embalse de los Irrios, (Presa del
Bocado), que recoge el agua escasa del arroyo del mismo nombre, que nace
pocos metros más arriba.
Reiniciamos la marcha y el grupo se estira… No hay forma de arrancar todos a la vez
Pasando junto al Prado Montero y muy cerca de unas instalaciones de hípica, Ángel sufre una avería. Un grupo reducido se queda a ayudarle con la rotura de un eslabón de cadena, pero la solución se alarga más de lo esperado
Avisan
por walkie a los de cabeza, que prefieren “ir tirando”. Esperarán
más adelante, junto a fuente generosa en el Cordel de la Calleja de los Payales.
Ya
todos juntos, confrontamos los arañazos que hemos sufrido en brazos y piernas
al haber tenido que atravesar una zona estrecha flanqueada por altos cambroños
o piornos enfurecidos.
Tendremos
que descender 400 metros por la Nacional VI antes de desviarnos a la derecha. A
partir de ahí, nos aguardan casi ocho kilómetros de ascenso, con tramos que
irán oscilando entre el 10 y el 14% de desnivel.
Del
repecho de hormigón tras pasar por el túnel, mejor ni hablar. Superado
por los compañeros “musculares” o “pulmonares” sin una queja… no les quedaban
fuerzas.
En el
Cruce de las Conejeras, tomaremos la Vereda del Agua, más seca de lo que nos gustaría
volver a verla. La senda finaliza junto a la
fuente de la Chorrera y el arroyo del mismo nombre… sin una gota de agua. La
cascada de la Chorrera se ha ido de vacaciones.
Por
delante, pista y más pista, que apenas alivia el desnivel a cortos tramos para
dar algún pequeño respiro.
No se puede estar en misa y repicando
Dicho
que se remonta a tiempos antiguos, pero que nos recuerda la dificultad para
realizar dos actividades incompatibles a la vez: Guiar
al grupo y acompañar a los rezagados.
El
track asume el protagonismo, convirtiéndose en el auténtico guía y señor de la
ruta. Sin
embargo, al carecer de sentimientos, se pierde la oportunidad de explorar cualquier
variante del trazado original.
Habrá
algún compañero aguardando al cruce con la pista de la Mina, pero otros
ya habrán preferido avanzar hasta la puerta del Collado de Lagasca.
Desde
este punto, después de años, hemos explorado varios trazados para el descenso, con
diferentes niveles de dificultad: algunos más complicados, otros menos,
escalonados, revirados, con desniveles altos o bajos. Pero
hoy, vamos a recordar el primer descenso que conoció AlfonsoyAmigos, con
un tramo de 1 km casi sin pendiente, muy sencillo… que algún compañero
considerará a su término como “parque infantil”.
Después,
nos encontraremos con una zona algo más complicada debido a las zanjas producto
de tormentas pasadas, hasta tomar desvío por tramo más conocido en zona de Los
Talleres. Aquí, logro conectar con parte del grupo para guiarles
por una variante nueva.
De regreso al punto de partida, justo a tiempo para darnos un fuerte abrazo y de que algunos podamos acudir a disfrutar de una
merecida cervecita.
--Me ha parecido corta la ruta _ Comenta un compañero
--Ha sido dura _ Agrega otro
--Más sencilla que en las últimas ocasiones _ Susurra aquel
--Ya sabéis que yo lo paso mal en las trialeras - Se lamenta un sufridor habitual
El próximo domingo, MAS e intentaremos que sea MEJOR