PRUEBA SUPERADA
Nadie podrá negar que la prueba haya
sido superada, sobre todo cuando hoy teníamos varios notarios de ruta.
Resulta extraño quedar a las
puertas de la casa de Jorge en Collado Mediano y ver como él no aparece. Ya
avisó de que su catarro-gripe se había complicado.
Otros amigos no han podido
acompañarnos por la misma razón y algunos están como yo sufriendo las
consecuencias de la baja de forma. Tal y como viene este año, puede que ninguno
nos escapemos.
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Foto: Patrick |
Comentaba con Ferluy en el coche y ayer en ruta con Luis Ángel,
que hoy seríamos un grupo reducido, pero se nos olvidaba contar con los amigos
menos habituales que siempre aparecen, como queriendo cubrir las bajas.
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Foto: Patrick |
Primer conteo y nos salen 13. La
misma cifra de ansiosos del pedal en el segundo recuento. Está claro que hoy
completamos la ruta. Si hay algún supersticioso entre los presentes no se hace notar.
Y nos ponemos en marcha: Antonio,
Ángel, Bombi, Chupo, Enrique, Ferluy, Iraitz, Juan, Luis Ángel, Luis Ángel Jr.,
Patrick, Toño y Alfonso.
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Foto: Patrick |
Tras abandonar el barrio de
Jorge, la mayoría conoce el descenso trialero que nos llevará hacia Alpedrete y
se lanza a disfrutarlo. Hay algunas zonas complicadas que obligarán a extremar
la atención, pero cada uno se marca su límite. Ferluy, Chupo, alguno más, disfrutan a
tope.
Y nos vamos hacia Collado
Villalba, aprovechando los senderos que ya conocemos y que en esta ocasión
están muy cargados de agua.
Patrick tiene ganas de enseñarnos
algunas variantes y le dejamos hacer.
Nos hace callejear, a la izquierda, a la
derecha, por la cuestecita, por dirección prohibida... no importa.
Si pretendía
despistarnos, lo ha conseguido.
De memoria no hay quien repita el recorrido.
De lo que nadie nos libra es de tener
que subirnos duro repechón, muy duro, de casi dos kilómetros.
Mas vale no coger
ritmo ajeno y marcarte el propio si quieres llegar con resuello a la cima.
En
el instante en que escribo, recuerdo que Iraitz remonta a mi lado.
Todos
estamos frescos de momento.
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Foto: Patrick |
Un tramo rompe piernas que anima
a coger buen ritmo y nos detenemos en la primera bifurcación de caminos, justo
donde habitualmente tomamos el de la izquierda y que nos llevaría hacia el
tramo muy conocido de lanchas de piedra y la Cascada del Covacho.
Segunda variante propuesta por
Patrick. Está crecido.
Hemos subido... pa na, pues la
propuesta nos obliga a descender, descender y descender. Y descender más hasta perder toda la altura que antes habíamos
superado. Pero hay que reconocer que el descenso ha sido muy divertido. Algunos
trampales de barro hacen temer por clavar la rueda delantera y acabar en el
suelo, pero se superan sin consecuencias.
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Con Luis Arce y Miguel Ángel |
Hemos recorrido el Camino de
Moralzarzal que cambia su nombre por el de Camino de Galapagar cuando pasamos
junto a La Berzosa.
Este es el tramo que menos agrada
a la mayoría, pues hay que seguir hacia Hoyo de Manzanares por asfalto, en duro
desnivel. La opción hubiera sido también
dura, pero por zona trialera que siempre se hace más amena. Tomamos nota.
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Foto: Patrick |
Por la localidad de Hoyo
de Manzanares, por calles empedradas, hasta tomar la carretera M-618. Aquí si
tendremos 6 kms por carretera, pero estos formaban parte del recorrido
previsto.
Antonio, bien acostumbrado a
manejarse con la “flaca” por carretera está en su salsa, pero no será el único
que se escapa carretera adelante.
Allá vamos un grupito de cinco o seis,
tirando a tope por ese tramo que no está exento de tener que superar un
puertecillo que ya conocemos y donde nos empleamos a fondo.
¡Pues si que le hemos dado! El
grupo de cola tarda un poquito en llegar.
Dejamos el asfalto y cogemos el
Cordel de Cantalojas que nos pondrá en cruce con la M-607 en las cercanías del
Puente del Batán.
En esta zona nos encontraremos
con Luis, Sofía y Miguel Ángel, que están realizando ruta que finalizarán con
70 kms en la mochila. ¡Qué bárbaro! Muy agradable saludarles.
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Foto: José Arenas |
Llevamos 30 kms en las piernas
cuando tomamos parte del Camino de Santiago. Tendremos que recorrer 10 kms rompe
piernas antes de volver a cruzar bajo la M-607. Se baja el ritmo en
cabeza para intentar tenernos todos a la vista, pero algunos ya vienen "tocados".
Cañada Real Segoviana y
nuevamente toma Patrick las riendas. Hay una parte que conocemos, la que nos
hubiera llevado a Cerceda, pero hoy queremos llegar hasta Becerril de la Sierra
sin tocar carretera.
Los kilómetros van cayendo, uno
tras otro, pero siempre es en ascenso, suave o duro. No puedes dejar de pedalear y se nota en
las piernas. Algunos ya notamos que no estamos en el mejor momento físico e
Iraitz empezará a sufrir un “pajarón”. Luis Ángel le pasará glucosa y Enrique
alguna bebida energética, pero tal vez le haga efecto esta noche cuando intente
dormir sin conseguirlo – bromeamos.
Ferluy reconoce que ha tenido un
momento malo en el que las fuerzas le abandonaban, pero se ha recuperado. Toño
y yo con amagos de calambres en alguna de las piernas.
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Iraitz ya daba muestras de cansancio |
Y finalmente llegamos a
Becerril de
la Sierra sin tocar carretera.
Bravo Patrick,
lo compro.
Queda marcada para
próxima ocasión.
Un kilómetro todavía en ascenso y
ya caída libre hacia Collado Mediano. No sabemos por dónde, pero el aire
racheado hace acto de presencia y dificulta la marcha a alta velocidad, pega
bandazos y nos pone en peligro de caer por el arcén. Agachamos la cabeza, te pegas al de delante y
das pedales.
Pero ya estamos en nuestro bar de
destino, quiero decir punto de destino.
Felicitaciones, abrazos y a por las
cervecitas.
Observo que en esta ocasión muchos compañeros toman asiento, no es
habitual. ¿
Cansados? ¿
Relajados con la conversación?
Casi 53 kms, con una media alta (también de edad), con excelentes
compañeros y una temperatura de lujo que, según parece, esta semana cambiará
drásticamente.