En medio de las fiestas navideñas, la
ruta que se ha propuesto para hoy no es de las que pasan inadvertidas
Vertiente madrileña
Cuando suena el
despertador, el cuerpo parece avisarme de que sería un buen día para quedarme
en la cama acurrucado y calentito. Mejor ponerse en
pie sin remolonear y rápido al coche a poner a trabajar la calefacción.
A la altura de
Guadalix de la Sierra, un gran número de cigüeñas otean indiferentes el
horizonte desde sus enormes nidos. Han debido decidir
no emigrar a tierras más templadas a pesar de que el coche me indica que la
temperatura exterior es de -5º.
El encuentro de
hoy es en la localidad de Cerceda, que encontramos escarchada por las bajas
temperaturas. Con buen ánimo y seguro que después de
haber dado en estos días buena cuenta de más de un langostino, aparecemos:
Ángel, Enrique, Juan, Luis Ángel, Miguel Ángel
y Alfonso.
Grupo reducido de
obstinados y cabezones. Algún familiar habrá quedado en
casa acurrucándose entre las mantas al oírnos tirar de la puerta.
Los percances
varios de la semana pasada parecen no haber amedrentado a un Ángel que
rápidamente ha conseguido llanta de repuesto y a un Enrique que ya ha pedido
casco nuevo a los Reyes Magos y aún tiene un hombro resentido.
Los presentes no
estamos dispuestos a perdernos la ruta propuesta y menos cuando la Comunidad
está lamentablemente cambiando nuevamente de color (Cuestión de colores) y ninguno sabemos si la
semana próxima la diosa fortuna o el dios del infortunio nos elegirá para
quedarnos o no confinados.
Frío, sí, hace
frío, pero el ánimo es bueno y bien pertrechados echamos a rodar por unos
campos teñidos de blanco y congelados que crujen bajo nuestras ruedas y nos
hacen extremar la precaución.
Nos acercamos a
Moralzarzal por el Cordel Cerca de la Ladera de la Dehesa y extraña no ver por
la zona tantos ciclistas como suele ser habitual. Si acaso algún running muy embozado o algún perro que ha sacado a
pasear a un dueño que está deseando volver a casa.
A espaldas del
pueblo y en las proximidades del Arroyo del Valle iniciamos ascenso por pista
forestal que se va endureciendo a medida que avanzamos y que en las zonas de
mayor desnivel incluso se encuentra hormigonada. Para próxima
ocasión dejamos el continuar trazado siguiendo la misma pista, pero hoy nos
desviamos a la derecha con el sol en vago intento de calentar la temperatura y
con formidables vistas de Moralzarzal.
En la pantalla del
Embalse de Navacerrada corre aire bastante frío, pero no podemos evitar
hacernos unas fotos con el nivel de agua tan alto. Un senderillo habilidoso, que compartiremos ahora sí con andarines, nos
llevará al pie del ascenso a la ladera del Alto del Hilo.
Por la zona de Los
Almorchones avanzamos pletóricos y nos detenemos junto a Embalse de los
Almorchones, con cascada conocida que hoy hace lo imposible por detener al Río
Navacerrada que llama la atención con fuerte estruendo.
Y ahora a pedalear
con paciencia en continuo ascenso hacia la Fuente
de la Becella primero y por fin hasta el Embalse de Majalespino o de la Maliciosa. A nuestra
izquierda podemos ver los restos del abandonado (hace 25 años) Sanatorio Antituberculoso del Santo Ángel o de La
Barranca (de 1941).
Hacía años que no
veíamos el embalse con el nivel de agua de hoy, casi al límite de sus
posibilidades y el sol quiere hacerse notar mientras nos hacemos unas fotos.
Junto al Collado
de los Escondidos iniciamos el descenso por las pista de hormigón que a tramos
está muy rota, donde se alcanza bastante velocidad, se queman frenos y alguna
curva parece estar trazada con la intención de que salgas disparado en un
recto. Aun así, nos cruzamos con valientes que se
retuercen en el ascenso.
Zona de senderos
habilidosos, divertidos, con agua que corre por sus trazados y crea numerosas
zonas de charcos.
A espaldas de Mataelpino la pista está cerrada. Pensamos que se trata de alguna prueba deportiva, pues allí se encuentran representantes de la prensa con cámara y micrófono y personal de Protección Civil, pero nos informan
de que poco más adelante el puente ha caído por el torrencial de agua y no se
puede vadear.
Algún lugareño nos sugiere optar por ascenso hasta coger
pista del Canal (si alguien lo conoce que nos dé referencias), pero preferimos
descender hasta la M-617 y dar el rodeo por el sur a coger de nuevo el trazado previsto.
Enfilamos hacia
Manzanares El Real, tomando durante el recorrido la cañada y cuantos desvíos
nos permiten coger zonas divertidas de trialeras que hoy encontraremos muy
embarradas en muchos tramos. Dejamos atrás la Ermita de San Isidro, con zona de
aparcamiento plagada de vehículos.
Siguiendo el
margen del Arroyo del Campuzano rodamos rápido hacia la M-608, que cruzamos con
precaución. De nuevo zona de aparcamiento con muchísimos vehículos.
Cruzamos por
puente el río Samburiel o río Navacerrada y a partir de aquí comenzamos el ascenso más duro de la
jornada por la ladera de las Viñas hacia el Alto el Chaparral de las Viñas. Camino por el que discurre gran cantidad de agua encharcando toda la
zona y convirtiendo algunos tramos en auténticos trampales donde mejor no
pisar.
Un par de
resbalones y Ángel y Enrique hacen lo imposible por no dar de bruces contra el
barro. Quedo admirado al ver avanzar a mis
compañeros con empeño y duro esfuerzo. Un pequeño reposo en canchal de piedras,
mirador privilegiado de toda la cuerda de la Sierra de Guadarrama y el Embalse
de Santillana. Y aún quedan un par de duros repechos para
alcanzar las antenas en el punto más alto.
El cielo se ha
cubierto, se nota que han bajado las temperaturas y ahora sólo queda descenso
rápido y rodar sorteando charcos y lagunillas de agua y barro que a primeras
horas de la mañana estuvieron congelados. La ruta llega a su fin y me quedo con lo que comentó Juan: "Ruta para disfrutar"
Hoy, hombres y
equipación directos al baño sin excusa, pero todos más contentos que unas
Pascuas. ¡¡FELICES PASCUAS NAVIDEÑAS!!