Esta no es una Navidad diferente, es "otra cosa"

 Estaba yo pensando…

Que nos ha tocado lidiar con malos tiempos, tiempos de duda y zozobra, tiempos de miedos e inquietudes en los que fácilmente aflora el negacionismo… ¿a qué? A todo, a cuanto nos rodea, a lo bajo y a lo alto, a lo blanco y a lo negro, a lo que viene de fuera y a lo que se genera dentro, a la enfermedad y a las vacunas e incluso a nosotros mismos, porque hay muchas ocasiones en las que llegamos a perder la identidad y nos cuesta ser reconocidos.

Y es que creo que todo es fruto del inconformismo y malestar generalizado que nos provoca tanta inquietud, tanto miedo al que irremediablemente somos sensibles como seres humanos, pero que nos esforzamos en ocultar.

Tiempos malos para el optimista de siempre, al que cada vez le cuesta más argumentar para convencer, pero  seguro que aún podrás verlo sonreír porque ha sido capaz de encontrar su chispa de felicidad.

El domingo pasado, un grupo de amigos hicimos casi lo imposible, rayamos la frontera de lo lícito por llegar a encontrarnos durante unos breves minutos en medio de la naturaleza, casi en tierra de nadie. Disculpas si ofendimos a alguien.

Es cierto que nos quedamos con muchas ganas de cruzar abrazos largos y sentidos, incluso de ponernos a dar saltos como niños, de detenernos tranquilamente para contarnos muchas cosas pendientes y para poder compartir unas cervezas a la salud de todos.

Ninguno quedó finalmente satisfecho, seguro, porque hubiéramos prolongado aquel encuentro durante horas, pero al menos representó una recarga de pilas que necesitábamos, un chute de adrenalina que ni los percances posteriores pudieron disipar.

Necesitamos de amigos, sí, pero también precisamos de nuestros familiares y de nuestros allegados, que se merecen todo lo que los queremos. En nuestras manos está que este año no lo recordemos como el del último encuentro, el de la última celebración.

Seamos SENSATOS  y seamos FELICES.

Desde AlfonsoyAmigos os deseamos a todos