Guijasalbas
figura en los mapas de carreteras y es localizable con el navegador del coche,
como localidad situada a 22 kms de Segovia, en la N-110 con dirección a Ávila,
pero estamos hablando de una pedanía despoblada, situada a poco más de 5 Kms de
Valdeprados y a cuyo Municipio
pertenece.
Entre Valdeprados
y Guijasalbas desciende el cauce del
Río Moros, cortando a través de un
espectacular cañón de paredes verticales que se conoce como “La Risca”, de la que hablaremos en una
próxima ocasión.
Pero estamos en Guijasalbas
y al acercarte, desde el exterior, se diría que aún tiene vida, que todavía te
puedes encontrar a sus pobladores tras una esquina. Diferente es cuando te acercas y compruebas que,
a duras penas, aguantan los muros de la
Casona y de otras viviendas más recientes.
Inmensa tristeza la que te produce si eres un poco
sensible.
Un poco de historia:
Según las referencias que se consulten, podemos
encontrar datos sobre este poblado en el año 1247 con el nombre de Elglesias Albas y de Eclessiae Albae en 1462, en 1591 como Grijas Albas y a
mediados del siglo XIX como Guijas Albas
(guijarros blancos), derivando en el actual.
En 1450 Enrique
IV cede derechos sobre estas tierras a D.
Diego Arias Dávila, señor de Puñonrostro,
concediéndole el mayorazgo de la población, lo que suponía que los vecinos
pasaran a ser arrendatarios de sus casas y de las tierras que trabajaban.
En el siglo XV, Juan
Arias Dávila, cuarto señor de Puñonrostro
es nombrado Conde y arrendador del término, casas y pastos a los vecinos, por
quinientas cincuenta fanegas por mitad de trigo y cebada cada año, teniendo
además arrendado un molino con morada por noventa fanegas, mitad de trigo y
cebada.
Se encuentra alguna reseña de que en el año 1831, Guijasalbas tenía 73 vecinos y a final
de siglo ya contaba con 82, que se ocupaban de cultivar, criar el ganado y
mantener un molino harinero que hoy podemos ver totalmente en ruinas a orillas
del Río Moros. El cura residía en Valdeprados y la casa aneja a la
Iglesia la ocupaba el maestro.
La Iglesia, en honor a San Martín data del año
1725. Hoy totalmente en
ruinas después de que el Obispado no autorizara el intento de restauración y
vendiera sus tejas.
Después de varios traspasos y herencias, ya en el
siglo XX, Guijasalbas pasará a ser
propiedad de D. Alfonso Velarde de la
Piñera, Conde de Velarde y Vizconde
del Dos de Mayo, nacido en Getafe
(03/12/1916) y fallecido en Madrid
(15/03/2008).
D. Alfonso rescinde el contrato con los renteros en
1954, tomando la decisión de comprar maquinaria agrícola y contratar personal
asalariado, que también acabará viviendo en el pueblo pero que, poco a poco, lo irán abandonando. En el lugar solamente quedarán
pastores y los trabajadores directamente al servicio del “Hotel del Señorito” o “Casa
Grande”
En la actualidad, Guijasalbas se encuentra vallada con alambre de
espino y parte de la finca en propiedad de otros particulares, tiene prohibido
el acceso público y en su interior pasta libre el ganado
Podemos ver reseñas en el BOE:
Núm. 137 de 9 de Junio de 1959: Autorizando a Don Alfonso Velarde para derivar y
aprovechar aguas del Río Moros.
Núm. 141 de 11 de Junio de 2008: Solicitud de
sucesión en el título de Conde de
Velarde, Vizconde del Dos de Mayo,
por parte de Dña. María Pilar Velarde
Pujadas.
Núm. 198 de 16 de Agosto de 2008: Expidiendo
Real Carta de Sucesión a la solicitante.
En el BOCM
(Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid):
Núm.
65 de 18 de Marzo de 2011: Extinción de los derechos de uso privativo de las aguas del Río Moros.
Quiero advertir a quien quiera visitar Guijasalbas, que
deberá estar dispuesto a infringir la ley saltando puerta metálica con candado
o aprovechar algún agujero en la cerca, que se aprecia ya ha sido remendada en
varias ocasiones y por diferentes lugares.
Guijasalbas, lugar abandonado a su suerte, triste y nostálgico, en
el que si se guarda silencio total, se pueden llegar a escuchar, tal vez
imaginar, los ecos de sus gentes en plena labor y del bullicio de los
chavalines correteando por sus calles.
Notas: Como ya indiqué al principio, el nombre de Guijasalbas parece provenir etimológicamente de Grijas Albas. En los mapas de carreteras figura con este mismo nombre, al igual que en el Atlas de España consultado (me fío poco de internet). En el Ayuntamiento de Segovia, me vuelven a confirmar el nombre: Guijasalbas.
Pero, a estas alturas del reportaje, no se si alguien se habrá fijado en que el cartel del MOP, a la entrada del pueblo indica Guijasalvas, con "V" Lástima que ahora ya nadie proteste.
Mi agradecimiento a mi buen amigo Javier Baranda, entusiasta seguidor, por animarme a continuar con sus amables elogios y por sus sabios consejos. En esta ocasión, compartió de primera mano esta hermosa visita.