Crónica: Javier Baranda
Edición: Alfonso
El 27 de junio de 1792
el ilustre Jovellanos escribía refiriéndose a su paso por la Cordillera Cantábrica desde Asturias a
León ".. a la derecha la famosa Peña Ubiña, que se cree ser la más alta de
España...". También escribía haciendo referencia a Peña Ubiña "...
vese desde tierra de Segovia y desde muy dentro del mar...". Sin duda alguna Jovellanos quedó tan impresionado por estas montañas que le hicieron exagerar
un poco.
Después de un par de meses preparando la salida, solo resta que el tiempo nos acompañe. Durante la última semana las previsiones son: lluvia severa el viernes, nos mojamos el sábado y el domingo nos empapamos.
Después de un par de meses preparando la salida, solo resta que el tiempo nos acompañe. Durante la última semana las previsiones son: lluvia severa el viernes, nos mojamos el sábado y el domingo nos empapamos.
Pero, quién no conoce a
algunos que van de vacaciones al norte de España y que afirman que han disfrutado del buen tiempo. Pensamos que tan solo ha sido “a ratos”.
En nuestro caso, os
juramos que las previsiones de internet y los meteorólogos de las televisiones
se han equivocado. “A ratos”, algunos nos hemos mojado.
Salimos de El Espinar vestidos de verano pero con exceso de equipaje ya que contamos con vaticinio de profesionales y agoreros. Por cierto, escribiendo esta crónica oigo en la radio que ha diluviado en Tarragona y Castellón.
Salimos de El Espinar vestidos de verano pero con exceso de equipaje ya que contamos con vaticinio de profesionales y agoreros. Por cierto, escribiendo esta crónica oigo en la radio que ha diluviado en Tarragona y Castellón.
Viernes 1 de agosto.
Cruzamos Castilla León y entramos en Asturias por la
autopista del Huerna. La niebla y la humedad son tan intensas que el cambio de
provincia nos supone pasar del día a la noche, del espectáculo soleado a ese
“mira por donde vamos, atento”.
Desde Campomanes, fin de la autopista, solo
restan 20km hasta el alto del puerto de Pajares y de aquí 2,5 km al Brañilín
donde está situada la estación de esquí de Valgrande y donde tenemos reservado
el alojamiento en el Albergue Hotel Toribión.
Son las 9 de la noche y por goteo van llegando los coches. Forlan, Juan y yo mismo, en el coche de Dani con el super remolque (gentileza de Paco Martín) en el que hemos transportado cinco bicicletas; Alfonso, Enrique y Jorge; Luis Angel, Luis Angel Jr y Santi; y directos desde Madrid, Luis Arce y Miguel Ángel.
Son las 9 de la noche y por goteo van llegando los coches. Forlan, Juan y yo mismo, en el coche de Dani con el super remolque (gentileza de Paco Martín) en el que hemos transportado cinco bicicletas; Alfonso, Enrique y Jorge; Luis Angel, Luis Angel Jr y Santi; y directos desde Madrid, Luis Arce y Miguel Ángel.
Paco gracias por el remolque, una maravilla. Repetiremos.
Genial, tenemos un hotel solo para nosotros. Laura, la responsable, nos reparte llaves y que nos instalemos como nos apetezca. Sorpresa, las habitaciones fantásticas, y a las 22.30h estamos listos para cenar. Laura se burla porque no somos capaces de comernos todo lo que pone.
Genial, tenemos un hotel solo para nosotros. Laura, la responsable, nos reparte llaves y que nos instalemos como nos apetezca. Sorpresa, las habitaciones fantásticas, y a las 22.30h estamos listos para cenar. Laura se burla porque no somos capaces de comernos todo lo que pone.
A las ocho desayuno, para salir hacia Tuiza a las
nueve.
Bajamos el puerto de Pajares y el cielo está cubierto de nubes amenazantes que pronostican un mal día para la bicicleta. Desembarcamos en el parking del “centro de interpretación del Parque de las Ubiñas” en Tuiza, y pasadas las diez empezamos a ascender el puerto de la Cubilla.
Bajamos el puerto de Pajares y el cielo está cubierto de nubes amenazantes que pronostican un mal día para la bicicleta. Desembarcamos en el parking del “centro de interpretación del Parque de las Ubiñas” en Tuiza, y pasadas las diez empezamos a ascender el puerto de la Cubilla.
Nueve kilómetros con una
pendiente continuada entre el 5% y el 10%. Por ratos nos falta ropa, las rachas
de aire son frías, y en otros sobra casi todo. Sobre nuestras cabezas las
cumbres están cubiertas, pero el paisaje que vamos dejando detrás es fantástico.
Antes de coronar desaparece el arbolado y solo hay pastos de alta montaña y
roca.
Por experiencia, indico que debemos esperar a llegar a “la Casa Mieres”, refugio de ganaderos, que tiene servicio de cocina y bar, restan poco más de dos kilómetros en bajada.
Por experiencia, indico que debemos esperar a llegar a “la Casa Mieres”, refugio de ganaderos, que tiene servicio de cocina y bar, restan poco más de dos kilómetros en bajada.
Cuando llegamos está cerrado a cal y canto. Más adelante un pastor me
comenta que las disputas por estos pastos de altura, propiedad del ayuntamiento
de Mieres desde 1925 pero situado en el municipio leonés de San Emiliano, ha
llevado a las autoridades sanitarias leonesas a denegar la licencia de apertura
del bar.
En fin, ganaderos, montañeros, ciclistas y turistas, jodidos, y los políticos como estamos en agosto, de vacaciones. Tiramos de barrita.
Nos quedan cerca de cuatrocientos metros de desnivel para llegar a la cota
mas alta, por un paraje de pastos y fuertes pendientes que a ratos nos permiten
pedalear sobre una alfombra verde y en otros momentos nos obliga a echar
pie a tierra.
Mi referencia es Peña Ubiña, pero el monte está oculto por las nubes,
solamente Ubiña la Pequeña a nuestra izquierda y Peña Cerreos enfrente se
encuentran visibles. Tendremos que ir dejando esta última cumbre siempre a nuestra derecha para alcanzar el Alto de Terreros.
Cuando alcanzamos el pie de Ubiña coincidimos con un grupo de montañeros
que había subido a la Casa Mieres en autobús y que al igual que nosotros se
dirigían a la vega del Meizín y luego a Tuiza.
Desde León y por detrás de nosotros, procedentes de San Emiliano y también
por la Casa Mieres –que buen día de caja si el bar estuviese abierto- aparece
un grupo de bikers de Cuenca que están pasando una semana por la zona.
Casa Mieres - León - Cerrado a cal y canto |
En el Alto de Terreros a 1845 m, comienza la bajada, los primeros 350
metros de desnivel en 1 kilómetro de descenso son una verdadera locura que
desafía a la ley de la gravedad.
Que otro calcule la pendiente media que yo estoy sujetando la bicicleta. La hierba está mojada por la fuerte humedad del ambiente, así que después de algunos sustos el tramo superior lo tomamos evitando disgustos. Pero después, cada uno a su aire.
Que otro calcule la pendiente media que yo estoy sujetando la bicicleta. La hierba está mojada por la fuerte humedad del ambiente, así que después de algunos sustos el tramo superior lo tomamos evitando disgustos. Pero después, cada uno a su aire.
En la vega nos espera el guarda del refugio con unas esplendidas cervezas a
dos euros. Pensamos que muy baratas, aquí las sube en caballería o en la
mochila. Nos comenta que bajadas como esta ha visto a muy pocos, quizás uno
el pasado verano.
Que majete, repetimos cerveza. Mientras tanto, Peña Ubiña se despeja dejándonos contemplar su inmensa mole y el circo glaciar de cumbres que todavía mantiene algún rastro de nieve al pie de los Castillines.
Que majete, repetimos cerveza. Mientras tanto, Peña Ubiña se despeja dejándonos contemplar su inmensa mole y el circo glaciar de cumbres que todavía mantiene algún rastro de nieve al pie de los Castillines.
Pero nos espera la comida en Tuiza, así que otros dos kilómetros cuesta
abajo y a comer, nos lo merecemos.
Tras la sobremesa y ya cerca de las cinco de la tarde decidimos regresar a
nuestro hotel.
Bajada a Campomanes, solo son 20 kilómetros cuesta abajo en los que se salvan más de 1000 metros de desnivel por una carreta complicada, llena de curvas sobre la ladera izquierda del río Huerna que discurre muy al fondo.
Bajada a Campomanes, solo son 20 kilómetros cuesta abajo en los que se salvan más de 1000 metros de desnivel por una carreta complicada, llena de curvas sobre la ladera izquierda del río Huerna que discurre muy al fondo.
Bajar en bici es una tentación, dividimos fuerzas, unos en coche y otros en las bicis alcanzamos Campomanes. Como cualquiera que toma vacaciones por estas tierras, “a ratos”, tres kilómetros antes de llegar comienza a llover, entramos en el pueblo caladitos.
Son casi las siete de la tarde, una duchita para salir a Villamanín, cervezas y cecina en Ezequiel.
Luis y Miguel Ángel, no se entretienen
deshojando margaritas, “Ezequiel o subida al Cuitu Negro”, directamente optan
por la segunda, y como no, Luis Ángel amigo de cuitas de ellos dos decide no
dejarles solos.
Dicho y hecho, bajan las bicis del coche y sube la niebla, que por estos
parajes hay que abrirla a cuchillo. Alcanzan las rampas iniciales y desaparecen
tapados por una niebla que oculta la ruta, y que hace más épica la ascensión.
Lo siento, el cronista debe aplicar su imaginación ya que no lo vivió en primera persona.
Lo siento, el cronista debe aplicar su imaginación ya que no lo vivió en primera persona.
Coincidimos para la cena, el trío está eufórico. Les anocheció
en esta cumbre mítica donde los grandes campeones del ciclismo español han
dejado su impronta.
Comentan con todo lujo de detalles la ascensión de casi 3 kilómetros y un desnivel medio próximo al 13% y amplios tramos entre el 20 y 25 %.
Vivimos, sentimos y sufrimos junto a ellos a través de su relato.
Nos alimentan el gusanillo, lo que provoca un cambio de planes. Mañana todos al Cuitu y la Carisa la dejaremos para la próxima temporada.
Comentan con todo lujo de detalles la ascensión de casi 3 kilómetros y un desnivel medio próximo al 13% y amplios tramos entre el 20 y 25 %.
Vivimos, sentimos y sufrimos junto a ellos a través de su relato.
Nos alimentan el gusanillo, lo que provoca un cambio de planes. Mañana todos al Cuitu y la Carisa la dejaremos para la próxima temporada.
Domingo 3 de Agosto
La mañana soleada, despejada y luminosa. Un buen augurio, así que ajustamos adrenalina y descargamos bicicletas.
Luis, lleva desde la tarde de ayer con un dolor en el empeine del pie, prefiere descansar. Deciden emprender el regreso a Madrid para llegar a comer.
Los nueve restantes nos preparamos para la “mítica”. Me adelanto, y comienzo las primeras rampas, recuerdo los paseos que en otros veranos me he dado por estas laderas. Poco a poco voy ascendiendo y en un descanso previo al tramo de rampas más duras me siento en el prado, bebo y disfruto del paisaje mientras espero a mis amigos.
Reto conseguido |
Luis Ángel, nos comenta que casi arriba hay una pintada en el suelo que pone 15M, “ojo no es una referencia de distancia”, su referencia al levantar la vista era la niebla. Yo aquí veo que solo restan 100 metros de carretera, así y todo, me bajo de la bici y empujo, ya he llegado.
Tras las muchas fotos de rigor, la contemplación de la cordillera Cantábrica con las Ubiñas al fondo y los neveros que hay en la ladera de los Castillines, se abre un coloquio y un riguroso turno de palabra.
Llega la Guardia Civil en dos vehículos y una ambulancia, han recibido una llamada en el 112 de una persona que la pasada noche se ha perdido entre la niebla.
Lo curioso es que cuando llegamos al Cuitu hay un paisano sentado en una piedra y es al mismo que atienden y bajan. No nos había dicho ni pedido nada, solo el buenos días de rigor. Lo que hay que ver.
Unos quieren bajar hacia las “tres Marías” y el embalse de Casares” otros
se apuntan a ciclitear por la estación y descender por las pistas de skí,
actividad muy de moda en los Alpes de la Francia y que ayer hemos realizado en
los “Alpes Tuizos”.
En fin, que hoy también toca esquiar.
Forli, a pico, se abren las apuestas y gana Forli, hasta abajo sin caerse.
Otros, mientras bajamos tomamos impulso para subir a un par de collados y contemplar el paisaje de la vertiente leonesa, al final tomamos pista –esta es azul- y llegamos a taquillas con la intención de coger un remonte de subida. En verano no abren.
Laura no ha hecho todavía las habitaciones para que podamos ducharnos y recoger, así que limpitos nos subimos a los coches y nos dirigimos a comer una estupenda fabada en Ezequiel.
Otros, mientras bajamos tomamos impulso para subir a un par de collados y contemplar el paisaje de la vertiente leonesa, al final tomamos pista –esta es azul- y llegamos a taquillas con la intención de coger un remonte de subida. En verano no abren.
Laura no ha hecho todavía las habitaciones para que podamos ducharnos y recoger, así que limpitos nos subimos a los coches y nos dirigimos a comer una estupenda fabada en Ezequiel.
Albergue Hotel Toribión |
PD 2. Luis Angel Jr pasó de fabada y pidió un chuletón. No pudo acabarlo.
El
Espinar lunes 4 de agosto de 2014
Enhorabuena soy todos unos deportistas natos,me alegro mucho que lo pasarais tan bien,os veo y me acuerdo del año que estuve yo, me dais mucha envidia y reconoceros el merito tan grandioso que es subirse el Cuitu Negro..
ResponderEliminarDe verdad a todos daros mi enhorabuena y pensar que os ais puesto morados de fabada,chuletones...
Se te echó de menos por allí Fernando, otra vez será.
EliminarMenuda excursión os habéis montado.
ResponderEliminarAventuras y buen comer.
Me alegro hayáis disfrutado y que el tiempo os fuera no del todo mal.
Buena crónica y maravillosas fotografías con paisajes preciosos vividos en directo.
Javier el agua se quedó en Tarragona, Castellón ni una gota.
Un saludo. CHARO.
Charo, el la tele halan de Tarragona y Castellón, gracias por la corrección, a lo que añado que ayer hable con un amigo que está en Tarragona y también se libó de la lluvia.
ResponderEliminarEsto me confirma el "a ratos" de la crónica.
Un beso para ti y un abrazo a Miguel.
JB
Impresionante ruta y mejor compañía. Fue un fin de semana inolvidable. La subida al Cuitu Negru fue la guinda, ya que el subidón de endorfinas y de autoestima que provoca no tiene precio.
ResponderEliminarLa crónica a la altura de la ruta y las fotos reflejan parte de la belleza de esos parajes.
Un abrazo.
Pd.- El oso no me quiso a mi... :-(
Muy,muy,muy, buena, me jode por que no pude ir, me traen recuerdos las fotos, por que el año pasado si que participe, y me llega, y pensar que hay compañeros que podían a ver ido y no lo hicieron, lo que se han perdido,
ResponderEliminaral año que viene no fallo, tenerlo por seguro