Frío, niebla, lluvia, nieve… nos hicieron cambiar los planes
Estoy
a punto de abandonar la Comunidad de Madrid y no consigo distinguir ninguno de
los picos de la Sierra de Guadarrama que habitualmente se aprecian en este
recorrido, pues todos ellos están cubiertos por una densa capa de nubes.
No
es diferente cuando supero el Alto del León, aunque la niebla parece ir abriéndome
paso a medida que voy avanzando hacia San Rafael.
El
termómetro marca apenas cinco grados cuando llego al encuentro de los
compañeros que hoy han estado dispuestos a saltar pronto de la cama: Andrés,
Ángel, Enrique, Fer, Galo, Jesús, Luis Ángel y Alfonso.
No
hace viento pero la sensación térmica es fría, acorde con unos grados que
incluso parecen querer descender. Galo
y Ángel puede que no hayan encontrado en el armario el culote largo y se
presentan desafiantes con las piernas al aire; Fer tira de "piratas".
Esperábamos
que otros compañeros espinariegos se hubieran animado, pero es posible que ya hayan colgado
sus bicicletas hasta la próxima primavera. También
se esperaba que el tiempo nos diera tregua y sin embargo…
Nuestra
salida estaba prevista para las 9,00 pero algunos problemillas de última hora
retrasan la puesta en marcha. Andrés
y Galo se adelantan por el recorrido más habitual, pero tendrán que recurrir a
una llamada de móvil para que consigamos unir al grupo tras una variante.
Marchemos
por un lado o por otro, todos los caminos parecen confluir en el tramo hacia el
mirador de Peña el Águila, donde todo grupo se concentra y recupera fuerzas.
Tenemos
ahora dos opciones: Por
los pedrolos o por los duros mini toboganes, da igual, hoy todos superamos con
éxito la opción elegida para llegar a donde empieza la pista de la Cañada
Leonesa.
Llegamos
varios al Collado Hornillo y aprovechamos la demora de compañeros para ponernos,
ahora sí, un chubasquero que se hace necesario ante la lluvia que empieza a
caer con intensidad.
¡Ay amigo! Lo
peor para un ciclista no es el viento, ni la lluvia… Créetelo, son los níscalos y los hongos, esos
seres invertebrados y sin conciencia que, con muy mala leche, se plantan al
borde de caminos y senderos para desafiar a todo aquel que se atreve a
acercarse.
Los
hongos, esos seres sin corazón que parecen camuflarse para no ser encontrados…
pero no te dejes engañar, lo hacen a propósito. Se
asomarán brevemente a tu paso, jugando contigo al escondite.
El
ciclista que detenga su marcha y se agache para recoger un hongo, por pequeño
que sea, ya estará perdido. Habrá
sido contaminado irremisiblemente.
A
partir de ese momento, la vida del desafortunado ciclista correrá grave
peligro, habrá perdido el control, pues seguirá pedaleando pero con la cabeza
girando convulsivamente a derecha e izquierda, buscando ansioso nuevos hongos que
llevarse a la mochila y olvidando atender a los peligros del camino.
En
el grupo de hoy ya llevamos varios infectados.
Seguimos
adelante, por zonas complicadas, con duras pendientes llenas de piedras y la
lluvia cede el paso primero a la niebla y después a la primera nieve que vemos
y sentimos caer en este otoño. La temperatura ha bajado rápidamente y se nota en los cuerpos húmedos por lluvia y sudor.
Nos
alejamos de Cueva Valiente descendiendo por la pista pedregosa que nos acerca
hasta el Collado Gargantilla, donde decidiremos tomar camino de retorno a San
Rafael. La
visita a la Cruz de Pedroálamo quedará aplazada. Las
raíces que encontraríamos por el camino estarían muy peligrosas, tememos que la temperatura descienda más y no hay trazas de que deje de llover.
Descenso
de todos con precaución, pero los contaminados por “honguitis” aún realizarán
nuevas paradas sin poder contener sus impulsos. Enfermedad o grave trastorno que los no infectados no aciertan
a comprender pero que provocará las risas de todos al escuchar aquí o allá: "Otro, otro, otro más". Regresamos sanos y salvos, pero algunos se llevan un buen aperitivo a casa.
Ya en los coches, con más frío del esperado y sintiendo no haber podido completar la ruta
propuesta, pero la sensatez ha primado. Apenas 16 kms, pero muy duros. Nuevos
encuentros y nuevas rutas no nos van a faltar.
¡¡Hasta pronto!!
- En las manos de Ángel probablemente una “Amanita Muscaria”, no comestible.
Nuestro álbum de fotos
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Buff, todavía estoy tiritando.
ResponderEliminarHay ocasiones que una retirada a tiempo es un triunfo y a fe que ayer la lluvia y el bajón del temperatura con varios momentos a 0º o menos es un poco traicionera. Ruta ideal para volver tras 3 semanas de inactividad, rodadora, sin pendientes pronuciadas, por senderos limpios, sin piedras ni raíces húmedas.....
Uff creo que los níscalos y los boletus de la cena me han alterado la percepción.
La Cruz de Pedroálamo merece la pena visitarse por las vistas y ayer eran imposibles pero la compañía y el buen rato pasado con los amigos lo compensa todo.
Un abrazo y nos vemos en la siguiente.
Bueno,ya veo que el tema de los hongos revoluciona a todo el personal,y no sólo a ciclistas.
ResponderEliminarPero como el tiempo no acompañaba mucho,no hay mal que por bien no venga.
Por lo menos se han regresado a casa contentos.
Por cierto,Llevo todo el fin de semana limpiando y comiendo niscalos je je ...
Un saludo Charo
Ruta fría y lluviosa, quién iba a imaginar terminar con la cabeza caliente, sin Rolex que llevarse a la muñeca y los pie helados...pelillos a la mar.
ResponderEliminarLa próxima será mejor, ya sea por los hongos o por... un momento, oigo...
parece la voz de Fer. y, un poco más allá.. Alfonso...
Sed bueeenoss.
Un abrazo.
Pues teniendo razón como teníais con el tema de los niscalos, y aun habiendo tenido que recortar por ese motivo y aun mas por la lluvia y frió (no ha sido ni la primera ni la última), yo pase una mañana fantástica y disfrute de mi grupo como siempre.
ResponderEliminarVendrán rutas mejores de tiempo que nos permitan completar destino, pero mejor grupo imposible. No hay mas que verme la cara en las fotos.
Nos gusta la bici...................y los niscalos!!