domingo, 12 de abril de 2020

No te pierdas, no estás solo


El día transcurre y sé que es así porque desayuno, como y ceno, tal vez más de lo deseado por culpa de una ansiedad que cada vez resulta más difícil de contener. ¡Maldito coronavirus!

AlfonsoyAmigos
Intento mantener rutinas, pero a cada día que dejo atrás resulta más complicado. ¿Quién se resiste a estar unos minutos más en la cama, a retrasar la comida por culpa de un aperitivo previo o a demorar la hora de acostarse por culpa de esa película que empezaste más tarde a ver?
Afortunado, porque hace tiempo que trabajo desde casa con un cordón umbilical que me une a mi PC y que ahora me absorbe casi tanto como antes a pesar de que el “parón” se nota para todos.

El desayuno más pausado que antes, hasta me siento para disfrutarlo. No hay que olvidar realizar en la casa algunas tareas que antes se delegaban en quien ahora sufre también el confinamiento.
Llamar a los familiares y amigos se ha convertido en una de las propuestas fijas del día, siempre con el temor a que algún interlocutor te transmita una mala noticia y no siempre con la garantía de que te acaben devolviendo la llamada.


Tiempo reservado para el deporte… Bueno, entendamos que deporte es realizar unos estiramientos que eviten que las vértebras se encojan sin solución, unas abdominales (las que permite la hernia de ombligo sin quejarse), unas planchas, un poco de cardio con saltos que no molesten al vecino de abajo y unos ejercicios con pesas para evitar perder más musculatura de la que la edad ya se encarga de fundir.
He aprendido a ser más pausado con mi rutina de ejercicios. Los dos primeros días fui muy intenso y tardé casi tres en recuperarme. Lo dicho, bajar intensidad para mantener la constancia.


Me he dado cuenta de que, después de la comida, me bastaba con una “cabezadita” de diez minutos para recuperar las energías y ahora es fácil que caiga la media hora. Nada comparado con los que se están acostumbrando a bajar las persianas y meterse en la cama con el pijama puesto, dejándose ir hasta que el cuerpo les dice basta.
Las noticias del día no te las puedes perder, primordial, aunque en algunas ocasiones acabas pensando que son repetición de las de días anteriores. Buscas palabras de ánimo, un atisbo de esperanza, quizá que te engañen y te digan que esto se acabará pronto.


Un día nos fuimos a la cama después de ver una de tantas películas americanas catastrofistas y al siguiente nos levantamos inmersos en otra como protagonistas.
Dicen que estamos en guerra. Tenemos un enemigo común que amenaza ya a toda la humanidad y como en todas las guerras, lamentablemente hay desertores que dan la espalda a sus compañeros como si nada fuera con ellos, aquellos otros que intentan enriquecerse en los peores momentos con la tragedia ajena y quienes sufren en silencio, resignados pero con valor, todas las miserias.


Afortunadamente también hay héroes anónimos que nunca pretendieron serlo pero que llevan su deber más allá de lo que se les podría pedir.
Esto es un sinvivir. Cuando te quieres dar cuenta el reloj marca ya las 19,30 y las agujas parecen acelerarse en busca de la 20,00 sin dejar que cunda cualquier actividad que ahora emprendas.


Parece mentira, pero casi ha transcurrido un día más. No necesitas mirar el reloj, el eco de los aplausos ya resuena en las calles vacías y te atrae como potente imán hacia tu ventana, a la que te dejas arrastrar sin vergüenza para asomar tus brazos y aplaudir con ganas renovadas.
Aplausos de reconocimiento para tantos y tantas que están en las trincheras, pero también para nosotros mismos que con fe en la humanidad esperamos el final de esta guerra.


Ánimo para todos, va a ser todavía muy duro lo que nos espera, pero sobreviviremos más fuertes que nunca. 


No te pierdas, NO ESTÁS SOLO


El 13 de Abril de 2014, hace 6 años, este Grupo realizaba una ruta inédita hasta el Cerro de la Camorca, que después ya resultaría muy conocida para todos. En el relato, curiosamente, se hablaba de virus y de pandemia...



AlfonsoyAmigos - Cerro Camorca


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4 comentarios:

  1. Alfonso, aunque la rutina puede desesperarnos, y aunque intentemos todos los días hacer ejercicio para estar lo mejor posible, será inevitable perder algo de forma.
    Lo que nunca perdemos ni perderemos, cuando todo esto pase, son las ganas de volvernos a reunir para seguir con nuestras rutas y aventuras.
    Va quedando menos, seguro. Volverán esos días en los que los domingos volverán a ser nuestros.
    Un abrazo para todos y mucho animo.

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  2. Así es
    Los días van pasando a pesar de la rutina cotidiana.
    Se intenta que las horas pasen lo mejor posible para no caer en la nostalgia y la depresión.
    Pero esto terminará y volveremos a vernos y abrazaron.
    Hasta llegará un dia que todo esto lo recordemos como una pesadilla lejana que vivimos
    Charo

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  3. Precioso relato de tu día a día, gracias por compartirlo.
    Javier Carballo

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  4. Interesante!!!
    Sensacional el reportaje. Siempre a la altura de lo que escribe Patrick.
    Cuantas veces hemos pasado al lado de toda esa flora sin percatarnos de tantos detalles como nos revela Patrick.
    Gracias por estos reportaje tan genuinos.

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