El esfuerzo libera su recompensa cuando te niegas a abandonar
En carretera hacia el punto de encuentro y ya de mañana luce el sol, pero al frente se abre un arco iris completo y bien definido que deja claro que la lluvia cae con intensidad a sus espaldas.
Hemos
quedado junto a la antigua estación de tren en Miraflores de la Sierra, aquella
de la línea Madrid-Burgos que quedó en desuso en 1998, aunque sus instalaciones
aún se mantienen en pie y las traviesas de la vía comparten espacio con las
malas hierbas.
En
el aparcamiento, junto a las paredes desvencijadas de la que ahora parece
antigua casona, con puertas con candados oxidados y ventanas con los cristales
rotos, un coche aparca en batería. Su
dueño espera compañía.
Es
Juan, que confía en no haber sido el único en desafiar las malas previsiones
climatológicas. Llego
yo y aparco junto a su coche y otro vehículo lo hace junto al mío… y en apenas
cinco minutos ya estamos cruzando abrazos los atrevidos de hoy:
Eva,
Jesús, Juan, Pawel, Patrick, Alfonso y José María, que se nos une por primera
vez pero con muchas ganas de pasarlo bien.
Al
grupo le acompaña un ligero chirimiri que poco antes prefería jarrear, pero los
claros que se dejan ver animan a emprender ruta. Allá
vamos, calentando con el primer kilómetro en ascenso por el camino empedrado de
la estación, dejando a la derecha la plaza de toros inaugurada en agosto de
1989.
Recorremos
zona urbana por Miraflores y nos acercamos hacia el Área Recreativa Fuente del
Cura, después de cruzar el puente sobre el Río Guadalix.
Seguimos
la pista forestal que se encumbra hacia el Puerto de la Morcuera. Llover no llueve y es mejor quitarse algún
chubasquero que sobra, pero el viento fuerte y racheado sacude las ramas
húmedas de los árboles como perro mojado.
Mucho
robledal de impresionante y variado colorido flanquea nuestra marcha y siembra
la pista de hojas secas. El
ritmo es bueno pero tal vez algo más moderado que de costumbre.
No
descarto que más de uno haya mirado a diestra y siniestra intentando localizar
algún hongo que llevarse a casa pero, afortunadamente, otros debieron pasar
antes limpiando el camino para que no nos entretuviéramos demasiado.
Al
tomar giro junto a la Fuente Fría en la Hoya del Puerto, el viento se recrudece
y apenas es generoso durante unos metros situándose y empujando de cola. Aprovechamos para tomar algún alimento en la
zona que da el sol y que encontramos más resguardada.
Por
delante tenemos dos kilómetros por carretera para alcanzar el Puerto de la Morcuera (1796 m) y
arrancamos con un 7% de desnivel que se irá endureciendo según avanzamos. De a uno, dando pedales de forma cansina y
luchando para no caer por los duros golpes del viento racheado que en ocasiones
golpea fuerte de lado y otras muchas se empeña en frenarnos atacando sin piedad
de frente.
La
última curva y ya estamos arriba, nos felicitamos y nos protegemos como podemos
para no salir volando. Somos
los únicos en la zona que se han detenido y lo hacemos para registrar alguna
foto mientras el cielo se oscurece y parece anochecer. Avanzar sería entrar en boca del diablo.
Sentimos
no seguir adelante con nuestra propuesta pero lo sensato es tomar derroteros
alternativos. Nos agarramos fuerte a la Puerta de Cuerda Larga para no salir volando mientras dejamos recuerdo de nuestro paso. El
Camino del Monte Aguirre nos protege del viento y descendemos con precaución y
con habilidad, gozando con cada metro avanzado.
Regresamos
a la pista principal y más abajo disfrutamos recorriendo variante por el Camino
del Mostajo hasta alcanzar camino trialero muy conocido donde no faltarán los
sabios consejos a un José María que, a pesar de no ser muy avezado en estas
lides, montar bici sin doble suspensión y con frenos de zapatas, es valiente y
voluntarioso. Lamentaríamos que hubiera podido quedar infectado por el gusanillo de AlfonsoyAmigos… Ya se verá.
Foto
con la casa forestal a nuestra espalda para coger después en descenso el Camino
de la Peña del Madroño, alejándonos de zona arbolada y acercarnos a la coqueta Ermita de San Blas. ¿Os he dicho que el viento no se ha detenido?
Pues eso.
El
fino oído de Pawel se percata y las asistencias estarán prestas para ayudarme a
cambiar las pastillas traseras que han desgastado de más y doblado el fleje. Así da gusto.
Nos
queda ascender de nuevo hacia el Puerto de la Morcuera… bueno, solamente una
parte, con repecho duro incluido hasta el “mirador de AlfonsoyAmigos”, pero ya es
el último esfuerzo antes de desviarnos de nuevo hacia la Fuente del Cura en
descenso y con precaución, pues ya encontramos excursionistas y coches por la
pista.
Con
buena hora aprovechamos para sentarnos en terraza al sol que alivia ese viento
que no descansa, para disfrutar de unas cervecitas y reírnos un buen rato
satisfechos con la ruta realizada. Sólo
Jesús está como ausente, parece destemplado. Esperamos
que no sea nada.
Nos
van a faltar fines de semana para todas las propuestas que se acumulan, pero
irán cayendo una a una… que ganas nos sobran.
Muy buenas¡¡
ResponderEliminarQué horror el viento.Uno de los peores inconvenientes para montar,ó por lo menos es mi opinión.
Bonita ruta.El campo en esta época del año es precioso por su variedad de colores.
Me alegro que se disfrutara.
Un saludo. Charo.
Gracias Charo. Como aficionado a la fotografía, es la época que más me gusta. Hay varias fotos que realmente parecen cuadros. Disfruta del otoño.
EliminarPues sí
EliminarLa foto del arco iris me ha gustado mucho
La verdad es que si, el viento, los arboles y los ciclistas mala combinacion, jajaja
ResponderEliminarFrancisco Javier Sanchez Alonso
Bahhhhh.. airecillo... de 60 km hora.... ����������para refrescar la cara
ResponderEliminarJeburmoece B M Delacruz
En algunos momentos lo pasamos muy mal por peligro de acabar en el suelo o en la cuneta.
EliminarMe imagino... por San Martín de Valdeiglesias también soplaba fuerte... me alegro que pudierais contra el..
EliminarJeburmoece B M Delacruz