Una piedra en el camino me enseñó que mi destino era rodar y rodar (rodar y rodar, rodar y rodar…)
No lo
tengo nada claro, pero estoy empezando a pensar que por las noches, al amparo
de la oscuridad, cuando incluso los animales nocturnos dan una cabezadita,
alguien acude al monte a añadir más y más piedras a los caminos y senderos.
Por
los azares de la vida y confiando en que no hubiera ningún compañero despistado,
esta semana hemos cambiado nuestra convocatoria dominical por una sabatina y al
encuentro acudimos: Juan,
Luis Ángel, Patrick, Pawel, Rafa, Samuel y Alfonso. Parece que los compromisos familiares se
acumulan y hay que intentar sacar tiempo para disfrutar de todo.
El
punto de encuentro el habitual, tal vez pensando más en el refrigerio final que
en el lugar más óptimo de partida, pero aquí estamos y desde aquí damos
comienzo nuestra ruta, empeñándonos en hacer visita turística por las calles
empedradas de Cercedilla marchando en dirección a la estación de Renfe, que ha
retomado desde el día 3 de septiembre el servicio de cercanías hasta
Navacerrada y Cotos.
La Senda Ródenas nos da acceso al familiar
Camino Puricelli, del que ya hemos
dado referencias en otras ocasiones, rodando varios kilómetros por zona
empedrada ¿cómo no? para entrar en calor antes de cruzarnos con el Camino de los Campamentos.
Por
el Camino Viejo de Segovia nos
acabamos incorporando a la carretera de las Dehesas, cogiendo siempre un corto tramo
a contra corriente, pero a primera hora aún no bajan coches.
Poco
hay que decir de nuestro recorrido por la carretera
de la República (GR-10) pues casi ponemos el piloto automático a partir de
superar explanada con el cruce de todos los caminos históricos, con la Calzada
Romana y la Calzada Borbónica o Cañada de la Fuenfría y dejando a nuestra
izquierda el desvío al abandonado Refugio
de Peñalara. Más
tarde volveremos a este mismo punto.
Rafa
apareció esta mañana más contento de lo habitual pues, sabiendo que alguna trialerilla
íbamos a encontrar, estrenaba pastillas y discos de freno, pero su alegría
empezó a dar pronto paso al desespero al comprobar que la maneta derecha iba perdiendo
presión poco a poco, pero aún estamos en ascenso.
Damos
por hecho que la mayoría de ciclistas hemos oído hablar del camino Schmid y que muchos lo hemos
transitado más allá del puerto de la Fuenfría hasta el de Navacerrada pero, comentar,
que este camino da realmente comienzo, aunque sólo para tránsito de duros andarines,
una vez que superamos la primera curva de nuestra pista y que se nos volverá a
cruzar a la altura de la monumental fuente
de Antón Ruiz.
Pawel está aún cogiendo fuerzas tras su caída pero no ha perdido el pundonor y hoy quiere ponerse a prueba. Empieza a apretar la marcha poco a poco e intenta alejarse del resto. Rafa se pega a su pupilo y yo al mío, Luis Ángel. Se acelera el ritmo, pero a veces hay que aflojar para recuperar antes de volver a apretar.
Duro
y divertido pique que nos lleva hasta el Mirador
de los Poetas, Vicente Aleixandre y Luis Rosales, manteniéndose Pawel no
sin sufrimiento en cabeza pero al que vemos seguidamente dejarse caer al suelo y
en el que adivinamos un susurro de “de aquí no me muevo”.
El
día está verdaderamente espléndido, pero ya hemos hecho muchas fotos en este
lugar en anteriores ocasiones. Alguna
cae pero sin alejarnos de la pista, pues pronto nos ponemos de nuevo en marcha.
Superamos
la Pradera de Navarrulaque y el
monolito de la Puerta de la Fuenfría
acercándonos al mirador de la Reina
y en poco tiempo situarnos en el Puerto de la Fuenfría (1796m).
Tomamos
a buen ritmo la Vereda del Infante,
dejando pronto atrás la Fuente del
Infante, que ofrece sólo un chorrito de agua, para plantarnos enseguida en
el Collado de Marichiva (1753 m). ¡No paréis!, seguimos rodando.
Nos encontramos con el que
será después el inicio de nuestro descenso, pero el día y los ánimos de todos
invitan a alargar nuestro recorrido y acercarnos, tras largo descenso que luego
habrá que recuperar, al Collado del Rey (1614 m).
Unas
cuantas fotos que seguramente no reflejan lo precioso del día pero sí nuestro
contento. Ladera
abajo podemos ver el Pino de San Roque o
Pino Solitario (no Fer, no han cambiado de sitio "tu pino solitario”).
Dos
kilómetros ahora en ascenso y antes de empezar a bajar por la Vereda de la Piñuela Rafa nos dice que
tiene que abandonar, se ha quedado totalmente sin freno y es arriesgado, tendrá
que regresar por pista para encontrarnos más abajo.
Con
mucha precaución descendemos por la Ladera
del Infierno, cuidadito con el nombre y con la pista pero aun así nos
sorprendemos al ir superando los tramos más complicados y pedroleros para
acabar en soleada explanada muy cerca del Hospital de la Fuenfría. Luis Ángel recuerda: ¿Quién dice que bajar no cansa?
Repetimos tramo de ascenso de casi 3 kms que ya hemos recorrido esta mañana, puede
que uno de los más duros, para llegar al encuentro de Rafa en cruce de caminos. Pawel intenta reparación de emergencia por si
se trata de burbuja de aire en los frenos, pero es que han perdido todo el
líquido. Despedimos
a Rafa que hará de nuevo por pista lo que queda de descenso.
Una
vez más piedras escalonadas y raíces traicioneras, pero los que van delante
marcan el trazado al resto y ahora toca dura subida que apetece menos ya avanzada
la mañana, pero vamos juntos. El
arroyo de la Fuenfría y el arroyo de Cerromalejo, por la vereda alta en la ladera
de las Berceas, hacia el Camino del Agua.
Camino
largo para dejarte llevar y disfrutar, la apoteosis de la ruta de hoy, pero
obligándote a no relajar la atención en ningún momento durante algo más de tres
kilómetros, aunque a estas horas hay que aflojar a tramos la marcha porque te
encuentras a grupos de andarines y familias con niños y perros. Todos podemos disfrutar poniendo voluntad en
ser amables.
Regreso
hasta los coches por zona urbana muy ambientada y nuestro gozo en un pozo
porque el bareto al que queríamos acudir está cerrado. Hoy no hay cervezas pero sí grandes sonrisas y
abrazos que transmiten la adrenalina que hemos generado.
Buena ruta os habéis marcado, mi pino seguro que no lo han movido, bueno por lo menos eso espero, ni me acuerdo de la última vez que lo visitamos todos juntos, yo estuve en abril y allí seguía.
ResponderEliminarSiento mucho lo ocurrido Rafa, esto de los talleres se pone feo, sacas la bici del taller y resulta que falla más que cuando la dejas.
El domingo nos vemos.
Cercedilla no defrauda, una lástima que la bici de rafa haya fallado, pero lo importante es que se tomaron las decisiones correctas y todo llegamos sanos y salvos sin más contratiempos. Fue una bonita ruta, de las que te dejan en cuerpo bien trabajado, el día explendido y como tal el día fenomenal! Que bonito día para encontrarme con mis amigos de bici!! Un abrazo a todos, nos vemos pronto! 😉😘
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