Fueron muchas las ocasiones en las que mi amigo Pedro Postigo, compañero sanitario en el centro de salud de Caramuel en Madrid, me habló de su pueblo, de su belleza y su entorno, de su riqueza histórica y sus monumentos
Resulta que dentro de una pequeña provincia como es
Segovia hay tanto por descubrir que en esta ocasión animé a mis compañeros a
que me acompañasen a conocer estas tierras y estas aguas.
La Villa de Fuentidueña con sus 120 habitantes censados, se alza sobre un estrecho valle que forma el río Duratón. El origen de esta localidad se remonta al siglo X, dada su importancia militar como enclave de la reconquista con continuos enfrentamientos desde la época de Abderramán II y frecuentes incursiones de Almanzor. De aquella época surge la fortaleza que se conserva en gran parte, su muralla y los restos de iglesias (San Martín y Santa María) y ermitas. El puente medieval que cruza por encima del río es otra joya digna de mención.
Estas eran sin duda más que suficientes motivaciones para convocar a los compañeros a conocer el lugar y no costó mucho convencerlos durante la semana. Fieles a la cita nos presentamos: Fer, Nati, Pawel, Santi Fernández (mi tocayo), Toño y yo mismo. Hubo que madrugar un poco pues la distancia desde El Espinar es de poco más de 100 km y el recorrido se alarga 1 h y 20 m.
La salida la situamos al margen derecho del río junto al puente medieval. El breve recorrido paralelo al tranquilo discurrir del río permite un suave calentamiento. Poco después se termina la tranquilidad pues toca remontar una pista que nos llevará a hasta el mirador por encima de la presa del embalse de las Vencías, que retiene el agua del río y permite una amplia superficie para entre otras cosas disfrutar de los deportes náuticos. Aquí las piraguas son las protagonistas como casi todo el mundo sabe.
Un pequeño retroceso en el camino ya recorrido y vuelta al ascenso por una pista de piedra y senda single track fantástica con los farallones de roca a nuestra izquierda del valle del Duratón.
Por encima de nuestras cabezas los buitres negros y
sus nidos se hacen muy presentes. Un pequeño desajuste en el cambio de mi bicicleta hizo que parasemos
unos minutos a deshacer el nudo que formó la cadena con la piñonera. Las
hábiles manos de Toño hicieron casi todo el trabajo.
De nuevo en marcha coronamos hacia la planicie. El cambio de terreno es evidente, la campiña
segoviana se muestra de nuevo esplendida con sus campos de cereal a rebosar. En esta zona el viento se ceba con el grupo y la
amenaza de lluvia es algo que tenemos bien presente. Poco a poco nos acercamos a la localidad de San
Miguel de Bernuy sin entrar en sus calles, quedará para otra ocasión su visita.
Desde allí en un corto recorrido por carretera primera visita a la localidad de Cobos de Fuentidueña, pero sin entretenernos en sus calles pues justo a la salida del pueblo se toma desvió por pista que en constante ascenso nos llevará durante los siguientes 7 km hasta las proximidades de Castro de Fuentidueña, donde disfrutaremos de su parque recreativo a las afueras con sus bancos y barbacoas y aprovecharemos para tomar un refrigerio. Las piernas nos lo estaban pidiendo.
Esta zona merece mención aparte en esta ruta. Se trata de un estrecho valle con paredes verticales de roca caliza y formaciones caprichosas del mismo material allá hacia donde dirijas la mirada. Un verdadero espectáculo. La ruta discurre por ambos márgenes del arroyo por sendas esculpidas en la misma roca. Por encima, los nidos de los buitres leonados los cuales pudimos ver posados en sus nidos, pues están en la época de nidificación.
La vegetación (sabinares y tomillares) y en su
conjunto la primavera hacen el resto. Un lugar increíblemente bello que merece
la pena conocer. Como todo en esta
vida el valle se va abriendo y poco a poco nos acercamos a la localidad de
Carrascal del Rio. Esta vez
no nos resistimos y visitamos sus calles, ayuntamiento y curiosa Iglesia de
Nuestra Señora de la Asunción (la iglesia de las dos heridas, pues sus muros están
literalmente grapados por dos grietas verticales que amenazaron con
derrumbarla). De momento sigue
en pie.
Desde Carrascal tomamos dirección de nuevo hacia
Cobos de Fuentidueña, donde en esta segunda visita sí que nos pararemos a
admirar la construcción del románico tardío de la Iglesia de San Julián Mártir.
A la salida de la localidad
cruzaremos el rio Duratón a su margen izquierda por la cual discurrirá el resto
de nuestra ruta.
El tiempo cambiante nos regala alguna breve llovizna. Más tarde algo más. Las piernas cansadas afrontan nuestras últimas dos dificultades del recorrido. Tendremos por delante sinuosas sendas y pistas que nos llevan hasta la zona recreativa de la playa del embalse de las Vencías. La lluvia en ese momento nos hace una breve visita y apretamos el ritmo en las duras cuestas que tenemos por delante.
Recorremos calles de Fuentidueña hasta encontrarnos con el puente medieval y nuestros coches.
El cruce de abrazos y la cara de satisfacción era evidente tras completar esta fantástica ruta. Han sido casi 50 km de recorrido y 900m de desnivel acumulado. Ruta ideal para repetir con los amigos en cualquier otro momento.
En esta ocasión el refrigerio no será en la casa caracol de Toño y Nati, si no que nos dejaremos bien tratar en el chiringuito-terraza de Rufino junto al río.
Un abrazo amigos y cuidaros mucho. El estado de alarma ha cesado y ya será muy pronto
el reencuentro esperado, aunque aún tendremos que esperar un poco más para
estar todos juntos.
Cuando Santi propuso está ruta estaba claro, sin perder un minuto decidimos que allí estaríamos, sin duda no me arrepiento de la decisión tomada
ResponderEliminarRuton de los buenos,terreno agusto de todos, pista, trialeras duras en subidas y bajadas de piedra con veredas impresionantes recorriendo el río.
El paisaje sensacional y los pueblos de lujo, si ahora sabemos cómo escribe Santi toda su historia entoces comprenderéis que sin duda tenemos que volver.
Un abrazo.
Gracias Fernando, tendremos que enseñar la zona a los compañeros cuando se presente la ocasión.
EliminarComo anécdota añadida el Chiringuito de Rufino donde comimos resulta que pertenece al hermano de mi amigo y compañero de trabajo Pedro, el cual me confirmó que pasamos por la puerta de su casa cuando atravesamos el puente del rio en Cobos de Fuentidueña....
A la vista de las espectaculares fotos y la estupenda narración de Santi, ruta que no nos podemos perder los que no la conocemos, seguros de que a los demás no les importará repetir. No se han podido publicar todas las fotos, pero os recomiendo que pinchéis en la carpeta para ver el resto. Un abrazo.
ResponderEliminarGrande Santi. Buena ruta buscaste, al final el tiempo nos acompañó y la compañía fue de lujo, aunque nos acordamos mucho de la gente que no pudo ir.... lo pasamos fenomenal y si hay que volver se vuelve ……… buena crónica y fotos. Un placer rodar con vosotros
ResponderEliminarGran Cronica Santi!!! Muy bien documentada y perfectamente redactada.
ResponderEliminarSolo digo una cosa: ¡Ponle fecha para volver alli con el grupo completo!
Un abrazo
Gran Cronica Santi!!! Muy bien documentada y perfectamente redactada.
ResponderEliminarSolo digo una cosa: ¡Ponle fecha para volver alli con el grupo!