El jueves 26 se lanza convocatoria para el domingo y lo primero que pienso “por fin pisamos nieve en San Rafael”
Se me
había encargado preparar recorrido, a ser posible sin coger mucha altura para
evitar las bajas temperaturas, e inmediatamente me puse a ello.
Mentalmente
viajé por aquí y por allá, arriba y abajo, intentando enlazar puntos para
completar un trazado. Ya
está, lo tengo claro, les traspaso mi idea a mis compañeros Andrés y Santi
conocedores de esta zona sobradamente y me dan el visto bueno. Mando la propuesta a Alfonso para que
publique, aunque él no podría acompañarnos esta semana.
A las
8,45 en un solitario Paseo Rivera, con baja temperatura pero ninguna sensación de frio helador, aparecemos: Andrés,
Ángel, Santi y un servidor, Fer, cuatro intrépidos conocedores y leales a
nuestra zona.
Puntualmente
arrancamos con ánimo la marcha, PERO, de repente Andrés comenta “se me ha
quedado loco el pedalier”. No
cabe duda, el núcleo ha roto, ninguna solución posible. - Me voy para casa -comenta, pero Santi responde
- de eso nada, vamos a por mí antigua bici que la tengo en el rodillo –.
Ándrés
y Ángel esperan dentro de un coche y Santi y yo marchamos con la furgoneta. En casa de Santi desmontamos la bici del
rodillo, buscamos la rueda trasera y está desinflada… no hay forma de inflar la
ruedecita, no talona, ¡!PLOF!! – Vámonos
a la gasolinera – pero no hay forma, no tenemos cámara de 26" y la máquina se ha comido la moneda sin apenas dar aire.
El
tiempo va corriendo y decidimos ir a mi casa donde tengo más recursos, desmontamos
la cubierta y por fin, conseguimos hincharla añadiendo líquido tubeless por si
acaso, POR FIN, al punto de encuentro.
Después
de hora y media de irremediable demora, nos ponemos en marcha hacia la Cerca de Las Monjas para subir y
recorrer la zona de los toboganes, coger altura y dejarnos caer por trialerilla
a los depósitos de Gudillos.
Delante
de nosotros el túnel que cruza bajo la N-VI por el puerto, donde nos
encontramos espectáculo que no recordamos haber visto antes: Hielo colgando de sus muros de arriba abajo,
creando una columna espectacular. No
nos resistimos a hacernos unas fotos.
Estamos
entrando al Baldío, por vereda junto
al río Gudillos que nos acerca a la Cerca Montosa, para tomar el Camino del
Agua que vamos a recorrer con facilidad.
La
intención era subir hacia La Chimenea, pero en la misma curva de la última
subida un canchal de hielo nos lo impide, así que tiramos de frente por corta
pero durísima subida. La
tierra va chascando a nuestro paso, como el caballo de Troya, Jejeje, pero ya estamos
arriba.
Sin
pérdida hasta la trialera de la línea de alta tensión por la que descendemos
todo lo subido. Ahora
toca bordear el Baldío para llegar a Peña
El Roble y tomar otra trialera hasta el camino del Tío Cheli. Pero
no nos queda más remedio que recortar la ruta a causa del gran retraso inicial,
20 km de recorte que quedan PARA LA PROXIMA OCASIÓN.
No hay
pérdida por la pista y la trialera que nos conduce hasta el Apeadero de Renfe de San Rafael y al
Paseo de Rivera.
Y colorín colorado este cuento se ha acabado, gran paseo con buenos amigos, disfrutando de la nieve y del sol que se dejaba ver, un paisaje helado pero espectacular con el monte congelado y ciclable totalmente, lo mires por donde lo mires.
Tal y como fue.
ResponderEliminarFer
Una mañana en Narnia, también podría haber sido el título de la ruta.
EliminarLa verdad es que frio no pasamos y disfrutamos de un paisaje por fin blanco.
Nos intentó acompañar también Santi Fernández pero debió adelantarse a nuestra llegada al paseo Rivera y pensando que acabariamos de partir salio a buscarnos. Lastima que no pudimos conectar por teléfono para haber podido ir juntos. Me comenta que se apuntará si es posible la próxima vez.
ResponderEliminarSubiendo al Alto del León, soplaba el aire y rachas de niebla cruzaban la carretera y pensaba, apestoso se presenta el día si abajo hacemos este viento pero no, fue la avería ya descrita la que hizo que parara frío.
ResponderEliminarHora y media parado a 4 bajo cero, daba igual fuera o dentro del coche.
Pero arrancamos y aunque llegamos en algunos momentos a -6, el aíre no hizo acto de presencia en toda la ruta, algo corta por la circunstancia ya descrita.
Por lugares de sobra conocidos por todos y, en el puente del Arroyo Lagasca, sorpresón de hielo, y a medida que íbamos subiendo hizo aparición la nieve.
Nieve de no más de dos o tres centímetros en polvo, y montar en ésas circunstancias me gustó... salvo algun susto cuando el hielo crujia debajo.
Bien llevada la ruta. Gracias Fer.
Sed Felices. un abrazo.