Pedalea hoy y descansa mañana
Instalados en una larga montaña rusa
Villanueva
del Pardillo nos recibe hoy a -4º, con un engañoso cielo despejado de nubes y
con un sol madrugador que nos acompañará en nuestro esfuerzo.
Los
esforzados de hoy: Andrés,
Ángel, Barri, Enrique, Fer, Juan, Luis Ángel, Pawel, Santi y Alfonso.
Nos
ponemos en marcha rodando sobre instalaciones del Canal de Isabel II. Bajo nuestras ruedas circula el agua que, partiendo
del Embalse de San Juan y pasando por el de Valmayor, abastece a Madrid. El frío se nota sobre todo en las manos.
Nos
desviamos por la vereda del Madroñal,
que tal vez sorprende por lo rota que está o es que no la recordábamos así del
año pasado, pero vamos tomando altura mientras entramos en calor para alcanzar
el primer cerro y reagrupar en el mirador improvisado.
Ahora,
toca perder toda la altura conquistada, dejándonos caer hacia el Campo de
Ultraligeros, vadeando el arroyo de los
Toconales. Ojo
con las zonas rotas.
Nos
preparamos para nuevo ascenso, ahora por la colada a la Venta de San Antonio, muy bacheado, con restos de
antiguo asfaltado (al parecer declarado ilegal
en su día) y un tramo del camino de
los Toconales. Hemos
alcanzado punto al que regresaremos más tarde, el segundo cerro, aunque pronto
perderemos la cuenta con el continuo sube-baja que nos aguarda.
¡¡Abran paso que allá vamos!! Si, 4 kms de descenso por el cordel de la Espernada (uno de los caminos históricos más
importantes, pues parte de su trazado coincide con la Vía XIV de Antonino,
utilizada por los romanos) y la variante por la colada de Cabeza Aguda hasta vadear el río Aulencia que desemboca en el río Guadarrama.
Los
más atrevidos o impacientes no se lo piensan y cruzan mojándose los pies porque
el río tiene algún agujero y va cargado de agua (no hay constancia gráfica), pero la mayoría cogiendo
pequeño desvío por la derecha que nos permitirá cruzar por estrecho puente.
Avanzamos
ahora por la vereda de la Espernada,
por un tramo más suave que invita a coger ritmo y que no pierde su nombre a
pesar de cruzar la M-600. Tendremos ocasión de disfrutar de la vista de campos
llenos de color y de detenernos para alguna foto divertida.
Se acabó el zanganear pues comienza el camino del Carrizal, que va tomando desnivel, duro desnivel, a medida que avanzamos, con un 12%, un 15% y hasta el 21% durante casi 100 metros, lo que pone a prueba a todos y hace perder el resuello a más de uno. ¡¡Tremendo!!
En
nuestro avance estaremos cerca de la Escuela de Vuelo y veremos algún
ultraligero sobrevolarnos. Cruzamos
la M-600 por túnel oscuro y sucio bajo la carretera, pero que nos libra del
abundante tráfico a estas horas y ya por camino paralelo nos acercamos a la población
de Valdemorillo.
Cogemos
desvío por el camino de la Mina del
Capitán que nos dirige hacia el punto más alto de la ruta y dejando a la
izquierda finca picadero iniciamos descenso rápido… ¿he dicho que muy roto? con
alguna cárcava de gran tamaño que casi podría engullir la bicicleta entera. Con rapidez y mucha precaución estamos de
nuevo junto al río Aulencia, que
nace en el puerto de la Paradilla, más allá de la Cruz Verde.
La
historia se repite: Unos
mojándose los pies y otros por el puente, dejando a nuestra izquierda una
variante que discurriría junto al río pero cuya exploración dejaremos para
próxima ocasión.
Lo
que sí hacemos es ascender, no sin esfuerzo para no variar, por el desvío de la
vereda del Madroñal hasta retomar la
colada de Cabeza Aguda y después un tramo del Cordel de la Espernada por donde
ya hemos pasado en sentido contrario. Nos
agruparemos antes de tomar desvío por la
derecha por el camino del Cerro del
Madroñal, toca descenso rápido, cruzándonos con grupo de andarines y un
perro suelto extraviado.
Tras
un giro a izquierdas, que es fácil pasarse de largo, tomamos la colada del Camino del Pardillo, la zona
de mayor valor paisajístico, que va a ser nuestro último ascenso, pero no el
más sencillo. Un
sendero revirado de algo más de 2 kms con zonas cortas en las que tener que
apretar, esquivar ramas bajas, guardar el equilibrio o superar escalones de
piedra.
Llevo delante a Pawel, al que me pego y del que copio todo el trazado para llegar hasta arriba sin poner pie, ayudado además con sus avisos ante cada obstáculo ¡Bravo!
Duro
esfuerzo para todos, suspiros y caras de satisfacción al reagruparnos antes de
girar y tomar la colada del Cerro del
Burro. Ahora
sí, ¿no me engañas? es el último y rápido descenso, pasando por los restos de la antigua “Mina Pilar” de cobre.
La marcha se acelera por zona revirada, con la adrenalina rebosando y los reflejos activados al límite. Logro comentar a Ángel: "Esto no lo puedo contar en casa". Sólo parecerá que los ánimos se sosiegan al regresar al tramo junto a la conducción del Embalse.
Ya en los coches, sin incidentes, con un frío que se ha superado con el esfuerzo y con cansancio lógico tras ruta tan dura, pero muy satisfechos. Las felicitaciones son más que merecidas.
"¡Estamos locos!" oigo a mi conciencia... "¡Esto no lo puedo contar en casa!" Oigo detras de mi!. No es mi conciencia! ni "Pepito Grillo" es Alfonso con dopamina y adrenalina rebosante por los poros y los reflejos activados en toda su extensión.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo.
Parece una etapa pistera pero, tiene cuatro o cinco circunstancias que la hacen muy interesante.
Y no sabía que rodabamos por una calzada romana lo cual la hace mas interesante para mí.
Ya tenía ganas de juntarme con vosotros, y pasar una gran mañana de Domingo en vuestra compañía, con momentos de adrenalina a tope y abrazos en cantidad, para quitar el frio matutino.
Gracias por estar ahí.
Sed Felices toda la semana!
Un abrazo.
Me pareció dura, tiene tres repechos muy agresivos y otro más todavía, mortal, hemos superado rampas con más desniveles pero a este se une longitud y técnica de algún paso que otro.
ResponderEliminarTiene bastante pista que además te aprietas por qué invita a meter la quinta, descensos pisteros y alguno un poco más técnico y rotos.
Una más a la saca, sorpréndete la forma física del grup
El paisaje lo dejo sin calificar.
Fer.
Frío al inicio, pero el sol que calentaba y las cuestas una detrás de otra nos hicieron entrar en calor. La zona es fea de paisaje, pero la ruta es dura porque son una subida-bajada tras otra.
ResponderEliminarA por la siguiente.