LA SIERRA DE LAS QUILAMAS
Recuerdo con felicidad los veranos de mi infancia en San Miguel de Valero (Salamanca), el pueblo de mis padres, abuelos, bisabuelos…
No teníamos piscina ni internet ni móvil,
pero podía bañarme en las charcas o en el rio de la Viñuela, podía ir de nidos,
trillar, comer moras, cazar ranas… y disfrutar de la libertad que no tenía en invierno
en la capital... Luego
vino el primer beso, la primera borrachera, los primeros bailes, los amigos
para toda la vida y mil anécdotas e historias que contar. Allí tengo familia cercana y como me
dijeron este verano, en el pueblo todos somos una gran familia.
He montado en bici por muchos sitios,
pero sobre todo conozco la Sierra de
Guadarrama y los Montes de Toledo.
Muchas
veces me he lamentado de conocer mejor la Sierra de Madrid y Toledo que los
montes de mi propio pueblo, no porque no me gusten los primeros (todo lo
contrario) sino porque no conocía los de mi tierra. Así se lo dije a Luis Ángel, quien no
recuerdo si me contestó ¡¡Ponle fecha!! o directamente ¡¡Voy!!!’, pero sus
ánimos y ayuda al proponerlo me dieron las fuerzas necesarias para organizarlo.
Tras las oportunas deliberaciones sobre
fechas y en espera de recibir las confirmaciones de los que querían/podían
apuntarse, finalmente se decidió ir del 23 al 25 de septiembre. Las rutas hace tiempo que las tenía en
la cabeza y sólo las tenía que meter en un archivo para los GPSs, el
alojamiento también fue fácil de encontrar y sitios donde comer conocía de
sobra. Así
que allí nos presentamos el viernes 23 de septiembre Andrés, Enrique, Jesús
Alberto (Nano), Juan, Luis Ángel, Miguel Ángel, Santi y Ernesto, lo cual
celebramos con una estupenda cena.
Reconozco que dormí poco esa noche. Yo soy el nativo y el que en teoría
conocía la zona y había embaucado al resto, gran responsabilidad, pero hacía 45
años que no iba por la Sierra de las
Quilamas. Había
preparado tracks que en cuanto a distancia y desnivel se adecuaran a nuestra
condición pero… ¿y si los caminos estaban impracticables? ¿o cortados y no se
podía pasar? Para
colmo le dije a alguno de mi pueblo donde íbamos a ir y noté miradas que decían
estáis locos, vosotros veréis, para qué ir tan lejos, ¿en bicicletaaaaa????… Pues sí, di unas cuantas vueltas en la
cama.
Costó arrancar por la mañana pero a las
8:45 tras opíparo desayuno ya estábamos en marcha. Primera foto en el Arco que está a la
entrada del pueblo y luego, tras cruzar este, foto a la estatua del Rey Rodrigo
y la Reina Quilama, los dos enamorados que fueron perseguidos por el padre de
ella. Decidieron
refugiarse en este Espacio Natural donde escondieron en una cueva el tesoro
visigodo de Toledo que Rodrigo llevó consigo. Dicen que todavía está allí para quien
lo encuentre. Rodrigo
fue muerto en la batalla de Segoyuela de las Cornejas pero la Reina Quilama
nunca abandonó la zona y se dice que todavía muchas noches se oyen sus
sollozos, lamentándose por su amado. Yo la he oído, doy fe.
Tras los primeros 6km con desniveles que llegaron al 11% y que todos superamos de forma fortísima, llegamos al área recreativa de la Honfría, que admiramos por ser un paraje increíble. No paramos pues íbamos en modo ascenso y sabíamos que el plato fuerte llegaría en otros 6km cuando subiéramos al Pico Cervero. Tiene 1522m de altitud, desnivel de 500m y con un último km al 9%. Todos subimos a buen ritmo, y alguno reservándose en exceso pues se esperaba superior dureza. Este es el punto más alto de la Sierra de las Quilamas con magníficas vistas de todo el campo charro al Norte y Oeste y de toda la sierra al sur, incluida la Peña de Francia (visitada por AlfonsoyAmigos hace unos años).
Tras disfrutar del Pico y sus magníficas vistas, emprendimos la bajada dejando una antigua cantera a la derecha. Al llegar al km 18 encontramos la ascensión más dura del día con porcentajes del 20% sostenidos según Enrique. Yo no veía el GPS, solo la rueda trasera de la bici de Juan, y bastante tenía con intentar regular la respiración y el dolor de piernas. La Cueva de la Mora iba quedando en todo momento a nuestra izquierda.
A partir de aquí terreno fácil de
sube-baja por la zona del Castillo de Valero, con abundancia de buitres, y que
nos guiaría a una bajada prolongada hasta un merendero a la altura de Garcibuey
donde repusimos fuerzas con cervezas, refrescos y hasta un mini-bocadillo
preparado por muy amable señora. La piscina natural estaba disponible,
pero Andrés pasó en esta ocasión y prefirió tomar un baño de sol en confortable
silla del merendero.
Continuamos la bajada que nos llevaría
hasta los Puentes del Alagón, paraje
donde se juntan el río Alagón
(afluente del Tajo) con el río Quilamas.
La
bajada es disfrutona y nos tiramos para abajo a saco. Al terminar paramos para reparar la
rueda trasera de Enrique con agujero que el líquido no taponaba.
Ya iba relajándome, pues los 12km que
nos quedaban eran fáciles de seguir, cuando noto que Jesús Alberto y Andrés no
llegan, no pueden tardar tanto. Menos mal, ahí viene Nano pero… ¿y
Andrés? Intentamos
llamar pero no hay señal de móvil. Me temo lo peor y paso un mal rato que
intento no exteriorizar para no preocupar a los demás. Al final conseguimos contactar y
resulta que Andrés se había perdido un desvío y está a 4km. Enrique va en su busca y lo trae de
vuelta al redil.
Ya sólo quedaba llegar a Valero y subir
el puerto que sube a San Miguel (6km al 6,6%) que iba a ser la guinda del
pastel. Los
compañeros tiraron con fuerza hacia adelante. Andrés y yo decidimos tomarnos la
subida con calma mientras le contaba las mil historias que me venían a la mente.
Todavía
le debe estar doliendo la cabeza.
La ruta terminó con una estupenda
comida, en la que Nano y yo tuvimos la suerte de que hubiera Chanfaina en el
menú, cosa que a los salmantinos nos vuelve locos. A los demás les gustaron más los chuletones
de la barbacoa que por la noche Santi y Nano se encargaron de preparar. Un buen final para un día perfecto y,
aunque Juan y Andrés tenían ganas de salir a ver cuál era el origen de la
música que se oía en el Hotel cercano, decidimos acostarnos pues al día
siguiente también había ruta.
Accede a la siguiente ruta:
Fin de semana espectacular con un grupo de amigos inmejorable, hemos comido, bebido y disfrutado de lo lindo. Además hemos montado en bici que es lo que más nos gusta. Para colmo está zona sur de Salamanca y la sierra de la Quilama no podía ser más bonita. La subida al pico Cervero, los bosques infinitos de robles y las sendas "single track"....en fin que buen recuerdo nos dejas Ernesto de tú pueblo San Miguel de Valero.
ResponderEliminarMuchas gracias por todo.
Inmejorable fin de semana, y sobre todo inmejorable organización por parte de Ernesto. Con toda la ilusión puesta en las rutas, en la logística, etc.. era dificil que saliese mal. Las rutas han sido magnificas, con unos entornos increibles, cogiendo altura con el esfuerzo necesario y pasando por unos pueblos muy bonitos ( Monleón sobre todo) y unas sendas que han hecho sacar lo mejor de cada uno. En estos casos, aunque todo estuviese medido y el entorno fuese bestial, si el grupo no es bueno y no hay amistad, no vale de nada. En este caso el grupo ha estado a la altura del evento. Muchas gracias Ernesto... contigo al fin del mundo ¡¡ y muchas gracias al resto por tan buen fin de semana. A por el siguiente ¡¡
ResponderEliminarVaya ruta y vaya cronica! La verdad que me ha emocionado leerla ya que se nota mucho y transmites muy bien la emocion que tienes al narrarla con todos estos recuerdos de tiempos pasados muy felices y que son parte de ti para siempre. Las raices tiran mucho y en ciertas circunstancias mas todavia!... Me alegro leer que ha sido una ruta muy especial y que lo hayais disfrutado tanto! Habra que volver aunque sea para probar la Chanfaina local. Un abrazo Ernesto.
ResponderEliminarFormidable fin de semana, siento no estar en esas estupendas fotos, me alegro muchísimo de que toda saliera perfecto como no podía ser de otra forma después de la ilusión que le pusiste.
ResponderEliminarTrasmites tu infancia con anhelo, no saben los chavales lo que se están perdiendo, yo no lo cambiaría por nada.
La próxima por tu tierra no me la pierdo, tendrás que repetirla.
Fer
Conociendo a Ernesto y sabiendo la ilusión y esmero que pone en cualquier cosa que tenga que organizar, sabía que este fin de semana sería de los que recordaríamos siempre. Preciosas las rutas y todo el entorno de la Sierra de Quilamas y la ruta hacia Monleon.
ResponderEliminarSoberbio fin de semana con un grupo de amigos que supieron hacer de estos dos días momentos especiales y de los que merece la pena apuntarse siempre. Es por eso por lo que cuando Ernesto me lo comentó lo secundé inmediatamente, sin la menor duda.
Que buenos e importantes son estos desplazamientos para poder compartir mas tiempo del que lo hacemos habitualmente los domingos.
Muchas gracias amigos y gracias en especial a Ernesto por llevarnos a su pueblo, donde nació y vivió tantos años con sus padres y en donde el recuerdo de su madre, como cada día, estuvo tan presente durante las dos jornadas en San Miguel de Valero.
Muchas gracias Ernesto por organizar este magnífico fin de semana y permitirnos disfrutar de tu tierra y compartir con nosotros tus recuerdos. Si las rutas fueron estupendas, la compañia aún mejor.
ResponderEliminarDeseando leer la crónica de la segunda jornada.
Un abrazo.