Había más ganas de vernos que de pedalear
Por
el relato de nuestras rutas MTB, se
diría que los miembros de AlfonsoyAmigos
no somos humanos, que somos capaces de afrontar cualquier reto y de mejorar día
a día…
Y
así lo puede parecer cuando comprobamos que algunas de las rutas más duras de
nuestra historia deportiva se han superado en este año y más en los últimos
meses. Pero
detrás ha habido constancia, tesón, esfuerzo y, en muchos casos, un sufrimiento
que el ánimo del compañero ha logrado mitigar.
En
la comida que compartíamos hace un par de semanas, nos reíamos algunos al
intentar recordar en qué año y en qué ruta se incorporó cada uno al Grupo, contando
cómo lo hizo atraído por la lectura de nuestras crónicas o por las referencias
de un amigo.
Recordábamos
también que la mayoría acudió con curiosidad, con cierto resquemor y,
seguramente, aportando más ánimo que forma física. Llegaron
y quedaron enganchados. La
constancia decíamos y el aprender del compañero que más sabía nos ha hecho
mejorar a todos.
Pocos
descansos nos hemos tomado este año. La
lluvia (nuestro peor enemigo) nos ha
respetado lo suficiente como para no hacernos abandonar y las vacaciones de
algunos nos han servido no para descansar sino para incrementar aún más el número de rutas
realizadas. Hasta los profesionales de élite
cumplen con ciclos de trabajo y descanso, pero nosotros somos así de bici-osos.
Mezclando
pócimas diversas, Chicho y yo habíamos diseñado esta semana una nueva ruta con
variedad de ingredientes y especias picantes, para intentar dar gusto al
paladar más exigente… vamos, una ruta más.
Pero
hoy no era una ruta más. Los
kilómetros se han ido acumulando en las piernas de todos durante meses y con las últimas propuestas
realizadas (fruto de las mentes más
maquiavélicas), el cansancio ha hecho acto de presencia de manera que sólo el subconsciente era consciente de
ello.
O
tal vez no era cansancio y sí el relajo que entra cuando miras atrás y ves que
el trabajo realizado en el año ha quedado concluido y bien hecho.
Fechas de buenos propósitos y ruta de despropósitos
En
Collado Mediano habíamos quedado a la hora habitual y en una mañana fría pero
que no atemorizaba: Andrés, Ángel, Chicho,
Enrique, Eva, Fer, Jesús, Juan Carlos, Juan Patricio, Luis Ángel, Rafa, Santi y
Alfonso.
El
grupo inicia marcha desde la calle Pensamientos
y en verdad parece que todos van ensimismados en los propios.
El
enfrentarnos con un fuerte repechón a las primeras de cambio no parece animar
mucho a coger buen ritmo y esta parece que va a ser la tónica general de la
mañana.
Una
tija que se niega a trabajar será pretexto más que sobrado para que se detenga
la marcha y disfrutemos de charla y el calorcito del sol que se escapa entre
las nubes. Nuestro
primer objetivo es llegar hasta el Embalse de Navacerrada pero, a juzgar por lo
que nos cuesta llegar, da la impresión de que las gentes del lugar lo han
trasladado más lejos.
Nos
da alegría encontrarnos a nuestro amigo Chupo, que prepara metas más duras con
unos compañeros, lo que inexcusablemente da lugar a fotito y charla. Se animarán a acompañarnos durante
unos kilómetros, pero pronto se despedirán para seguir a ritmos que hoy se
escapan de nuestro ánimo.
Un
vistazo al reloj y nos damos cuenta de que hay que “recalcular la ruta” si no
queremos acabar muy tarde.
La
visita al “pino encadenado” y el trazado original queda en la agenda para otra ocasión y con la variante nos
introducimos en pinares que no hemos visitado antes, a la busca y captura de un
sendero perdido. Habrá
quien en una pista crea reconocer otra más habitual y, por seguirle, acabe
provocando un bonito lazo en mi track y el grupo desperdigado por el monte.
Como
después apuntará Enrique, “si no es porque llevamos walkies”… y por las voces
que hemos dado en medio del pinar, porque yo he acabado afónico. Por
fin en la senda correcta disfrutaremos de ascenso durillo y habilidoso con
multitud de toboganes rompepiernas, que ya imaginamos de bajada para otra
ocasión. Así,
en paralelo con la M-601, nos acercamos hasta las cercanías de El Ventorillo.
El Ventorrillo - Años 60 |
Pasarán largos minutos antes de reencontrarnos y que podamos coger sendero por debajo del Mirador de las Canchas, que disfrutaremos en descenso a
pesar de que bajamos muy despacio y reducimos aún más la marcha cuando nos
cruzamos con amables andarines, (aunque hubo uno que quiso su dosis de protagonismo)
La
hora se nos echa encima como oso hambriento y Chicho tiene que reorganizar la
ruta para que en el regreso no nos perdamos todas las bajadas divertidas que teníamos
previstas.
Dejamos
atrás el embalse del Ejército del Aire y el del Pueblo de Navacerrada hacia la
zona de los Almorchones, donde Eva saca una rueda fuera de trazado y se va al
suelo cayendo en blando, sin consecuencias... y con una gran sonrisa. Pasaremos
por Becerril de la Sierra y para evitar el regreso por carretera, tomaremos un
desvío inédito que será más duro de lo esperado y que nos acabará llevando de
nuevo hasta la pantalla del Embalse de Navacerrada.
El
cruce de la carretera es siempre peligroso en este lugar donde los coches
circulan rápido. Atravesamos
la urbanización Reajo del Roble en busca de las Laderas del Castillo y seguimos
adelante.
Es conocido que en esta zona siempre encontramos gran acumulación de agua, que ha servido para muchas risas en rutas pasadas, pero hoy no sé si es que nadie teme mojarse o es que el cansancio hace mella como para coger una variante que sólo tres tomarán.
Recalculando…
Es conocido que en esta zona siempre encontramos gran acumulación de agua, que ha servido para muchas risas en rutas pasadas, pero hoy no sé si es que nadie teme mojarse o es que el cansancio hace mella como para coger una variante que sólo tres tomarán.
Recalculando…
Ya
nada más queda dejarnos caer por encima de Collado Mediano saliendo a la pista
de esta mañana, eso sí, ahora en bajada. Aún
da tiempo para que Fer coja una bajada diferente y le acabemos perdiendo
durante largos minutos, mientras el resto encontramos buen
lugar al entrar en el pueblo para tomar las cervezas y aperitivos, para cruzar
anécdotas y darnos el último abrazo del año.
Ruta
rara, rara, rara. Había
más ganas de vernos que de pedalear. En
fin, así ha ocurrido y así lo hemos contado.
Desde
AlfonsoyAmigos os deseamos que
despidáis el 2018 con el mejor de los talantes; que dejéis atrás las
enfermedades, las penas y los rencores; que tengáis fuerzas para plantar cara a la adversidad...,
...que disfrutéis de las uvas y que el Año Nuevo 2019 sea generoso con todos.
¡¡Paz y Salud para todos!!... y buenas pedaladas.
...que disfrutéis de las uvas y que el Año Nuevo 2019 sea generoso con todos.
¡¡Paz y Salud para todos!!... y buenas pedaladas.
Esta fue nuestra ruta con más ingredientes de improvisación que de planificación
Te deseo lo mismo a ti y a todos, feliz 2019
ResponderEliminarMercedes Alonso
Feliz 2019
ResponderEliminarMayte Magadan
Feliz año a todo el grupo.Que sigais disfrutando de esas vistas y paisajes que,con esfuerzo,nos haceis compartir.
ResponderEliminarAbrazos
Emilio Mendez De Vigo
Muchas gracias y feliz año para todo el grupo, un abrazo fuerte
ResponderEliminarFrancisco Valiente
Felíz año nuevo
ResponderEliminarMarisa Rodriguez
feliz año¡¡ mucha salud para dar pedales¡¡
ResponderEliminarJavier Canorea Horcajada
A mi la ruta me gusto y mucho, prácticamente como todas. Seria bueno hacerla de nuevo y pronto, sin recortes, para quitarnos el sinsabor que haya podido quedar. Creo que es una ruta que merece la pena tenerla en la agends.
ResponderEliminarAmig@s, por un año con tantas o mas rutas que en el 2018 y por tantísimos e innumerables buenos momentos, Seguiremos en los caminos compartiendo bici y amistad, nuestras señas de identidad.
Un abrazo para tod@s tan grande como los de final de ruta.
El año que viene......cada vez mas cerca.
Feliz Año 2019.
Feliz año 2019, lleno salud y risas.
ResponderEliminarEn especial, para los que entran en este blog, para leer las crónicas, de Alfonso y ayudantes-narradores. Y agradeceros vuestros comentarios de nuestras andanzas y peripecias.
Un abrazo.