A la Ermita del Cubillo en Agosto

La convocatoria está realizada. Se sabe hora y punto de encuentro. Se conoce el objetivo a conseguir para los que quieran acudir y nos hemos atrevido con esta ruta gracias a que las previsiones no indicaban temperaturas elevadas.

Los destinos veraniegos y tal vez las fiestas que ya han empezado en El Espinar nos “roban” compañeros con los que compartir una nueva Ruta MTB.

A pesar de ello, hoy nos juntaremos diez amigos:

Andrés, Ángel Herrán, Ángel Sierra, Diego, Ferluy, Javier, Juan Carlos, Miguel Ángel, Rafa y Alfonso.

Nos estamos saludando, temperatura agradablemente fresca, pero las calles NO las encontramos vacías... grupos de jóvenes deambulan con claras muestras de no haber cerrado un ojo en toda la noche. ¡Fiesta, fiesta!

Salimos agrupados, comentando esto o aquello mientras bordeamos el polígono industrial.

El primer hito es alcanzar el Telégrafo Óptico.

El tramo más duro lo afrontaremos pronto, abandonando las pistas y dejándonos conducir por Javier, que nos quiere mostrar una variante más larga pero que suaviza parte del ascenso. Parece ser que se lo enseñó Santi Fernández, al que mandamos un saludo.

La próxima vez habrá que acudir con unas tijeras de podar.

Pero por mucho que pretendas suavizar... el sofocón no te lo quita nadie.

Rafa avisa de que ha roto la cadena. ¡Menos mal! Si, porque nos permite tomarnos un respiro.

Mecánicos y equipo de apoyo no le faltarán y apenas nos darán tiempo a otros para remontar el cerro a menor ritmo, ahora a pié, ahora andando, antes de que nos alcancen.

Allí siguen las antenas de comunicaciones. Vemos y fotografiamos  la torre del TelégrafoÓptico, tal vez con alguna piedra menos en sus desvencijadas paredes; sigo sintiendo cierta pena por ello.

El cielo cubierto, se agradece, pero ya todos hemos entrado en calor a pesar de llevar muy pocos kilómetros en las piernas.

Ahora, descenso largo hacia las Navas de San Antonio.

Es imposible no acordarse de cuando hicimos este recorrido en el mes de Febrero y nos encontramos con grandes placas de hielo que dieron con Luis Ángel JR. por los suelos. Un saludo para padre e hijo que disfrutan de sus vacaciones.

Telégrafo Óptico de El Espinar

En esta ocasión no encontramos agua por ningún lado, ni siquiera en los cauces de los arroyos.

Mucha piedra suelta, el terreno muy seco, zonas complicadas pero... ¿dije que íbamos agrupados? Vale, solamente hasta aquí, donde los más atrevidos se lanzan cuesta abajo a toda velocidad, confiando en su propia habilidad y en la respuesta de sus máquinas.

No hay problema, abajo nos reunimos todos y agradecemos no haber sufrido ningún corte en las cubiertas.

Tenemos que recorrer bastantes kilómetros en suave ascenso, a veces con el suelo muy roto y el grupo se estira y se encoje, se estira y se encoje, realizando escapadas los que van delante, pero sin perder de vista a los que marchan detrás.

En esta zona descubrimos junto a cerca de ganado, a varias decenas de buitres que reposan o vuelan tras haber cogido un trozo de la pieza muerta que yace a los pies. Ferluy arremeterá contra ellos con su bicicleta, como Don Quijote con su cabalgadura, para intentar espantarles de cara a conseguir una foto.

Foto: Miguel Ángel

Digno de figurar en el registro de anécdotas del diario de AlfonsoyAmigos:

Juan ha marchado en cabeza casi toda la ruta, disfrutando, metiendo presión y acelerando una y otra vez al grupo.

Preguntado por su cambio de actitud, simplemente ha respondido:

“He visto que marchabais bién”

Y tal vez haya sido así, pero “un puntito menos...” hubiera venido de lujo.

Ermita del Cubillo

Alcanzamos la Ermita del Cubillo, satisfechos y contentos, tal vez mientras otros españoles regresan de sus vacaciones o marchan hacia nuevos destinos.

Ermita Santa María del Cubillo

Hemos acudido a este punto ya en numerosas ocasiones pero es la primera vez, al menos para mí, que accedemos al interior para quedar sorprendidos con lo que podemos ver.

Ermita Santa María del Cubillo

Nos acercamos también a fuente en zona recreativa, pero las tuberías deben circular muy en superficie y el agua no sale precisamente fresca.

Regreso desandando en parte el camino recorrido. Y después las variantes que ya conocemos.

Interior de la Ermita del Cubillo

Las conocemos y todas esa rutas las ha recorrido Juan con nosotros, pero dejarle en cabeza provoca a menudo que todos corramos el riesgo de acabar perdidos. La perspectiva cambia de ir atrás a ir adelante. Un par de gritos a tiempo pone todo en su lugar.

Foto_Miguel Ángel

Ascendemos por zona divertida y trialera junto al cauce del Arroyo de la Tejera. El cauce seco, porque del agua nada de nada.

Se disfruta este tramo, por “sendero de vacas”, pero va castigando las piernas y los diez se estiran y vuelven a esperar a los rezagados.

Tramo largo en ascenso llevadero que nos sitúa para coger el Camino de Vallestuertos que, según apunta Ángel Sierra, se cruza con el conocido como Camino de los Fruteros.

Uno, dos, tres, cuatro y hasta cinco tramos duros y muy duros para alcanzar el Collado, del que seguimos desconociendo nombre, en la zona de Peña Morena.

Creo que Juan culmina en cabeza... desborda energía, aunque después regresará para ver cómo marcha la cola de convoy.

Nos recuperamos del ascenso y allá vamos; el sendero a coger queda a nuestra izquierda pero Ferluy se olvida de todo cuando tiene descenso rápido a la vista y ataja y ataja campo a través, por la zona de La Solana, entre un mar de cardos que ponen a prueba nuestras ruedas y nuestras espinillas.

Cruce con la Cañada Real Soriana Occidental que tomaremos a partir de ahora, salvo Javier que, muy tocado, decide atajar por la Cerca Portillo y con él se va Ángel Herrán para acompañarle.

Bordeamos el Cerro del Potril y ya todo es descenso. Rafa con amago de tirones se recupera como puede.

No tomamos las curvas como Jorge Lorenzo o Márquez, o si. Realizamos una bajada muy rápida, vertiginosa no exenta de riesgo y más Ferluy que regresa con prisa, soltando gas a tope, derrapando en las curvas y salvando con habilidad los numerosos bancales de arena que encontraremos. El resto al rebufo.

Aún quedan unos pocos kilómetros hasta El Espinar y echamos el resto, consiguiendo que los cuádriceps ganen volumen con el esfuerzo.

Como avisaba Miguel Ángel, o tal vez fue Andrés... “habrá que tomarse un par de rondas, pues de la primera ni nos vamos a enterar”.

Y así ha sido.

Muchas de las fotografías han sido realizadas por Juan Carlos. 

La Ruta en Wikiloc

Y para el próximo miércoles 19 de Agosto, os lanzamos una propuesta diferente para la VII RUta MTB Nocturna.

Intenta confirmar tu asistencia por el tema de los desplazamientos.