Hoy
estaba convocada una nueva Ruta de la Abuela, a la que hemos acudido los nueve
amigos que cito: Andrés, Galo, Javier, Jorge, José “Kona”, José Villena, Juan, Samuel y yo mismo.
Después
de ver unas fotos de una laguna que nos
envió Santi Calleja por WhatsApp, tuve la intención de llevar al grupo a
enseñarles la localización de tan espectacular lugar, que algunos desconocían.
Quedamos
junto a la fábrica de maderas y emprendemos recorrido por las cercanías de El
Estepar. Pretendemos no alejarnos mucho y regresar pronto a tomar el aperitivo.
El
primer propósito se cumple, llegando sin problemas a las cercanías de la
laguna. Tendremos que superar, por paso habilitado, valla que delimita la zona
y que desconozco si marca zona privada o está instalada por seguridad.
Seguimos
adelante, muy cerca de La Estación de El Espinar y hacia La Panera. Aquí es donde me equivoco, pues se trata de zona donde es fácil pinchar en cualquier época del año y hoy no iba a ser menos... Iba a ser más.
Jorge sufre avería en su bicicleta que retiene la marcha, pero coincide con pinchazo de José Villena. Se forman dos grupos que intentar solucionar los problemas.
Unas decenas de metros y es Javier Baranda el que detecta pinchazo. Galo ve que su rueda trasera ha perdido aire, pero poco, pero aprovechará la obligada obligatoria para hinchar un poco su rueda.
Y antes de llegar a La Panera, también habremos caído Samuel y yo con sendos pinchazos. Mejor tomárselo a broma.
Subiremos cuesta dura hacia la puerta de Campanillas y allí nos encontramos el panorama que se muestra en las fotografías.
Samuel sigue perdiendo aire en una de sus ruedas, Galo lo mismo. Paran de vez en cuando para reponer aire.
Y ahora el que ha pinchado es José "Kona" y cuando reiniciamos marcha, Jorge nota baja una de sus ruedas. Intentará llegar a destino sin cambiar la rueda.
No se como lo logramos pero acabamos llegando a la Cafetería Jara, donde siempre nos atienden de lujo.
Jorge ha tenido que abandonarnos, con una de sus ruedas totalmente en el suelo. Galo y Samuel aprovecharán a cambiar dos ruedas en la misma puerta de la cafetería.
Fin de ruta, plagada de incidentes, con nueve pinchazos que recuerde y alguno más que aparecerá cuando vayamos a coger las bicicletas mañana.
No ha sido la Ruta de la Abuela...
Esta ha sido la Ruta de Pinchos.
Pensaba que nunca iba a terminar de sacar pinchos.... Y venga pinchos, y venga pinchos!! ni el nuestro mejor rincón nos sacan tantos!! jeje
ResponderEliminarComo veras, Alfonso, ya he podido entrar y hacer mi comentario.
ResponderEliminarNo me extraña nada que hayas cambiado el titulo de la ruta de los Sabados, pues despues de leer la cronica, mi pregunta es ¿quedo alguna bici sin pinchazo?.
Menuda pena tanta perdida de tiempo, con el dia tan bonito que hizo, podiais haber disfrutado de lo lindo. Un saludo. CHARO.