Nuestro compañero Daniel “Forlán”,
como buen comercial que cuida a sus clientes, evita siempre comer alimentos que
después le puedan impedir tener un aliento fresco.
Pero esta vez se ha equivocado,
pues ha dejado de tomar las estupendas patatas alioli, con salsa casera, que
nos han puesto en Jara de aperitivo.
No importa, yo siempre hago de coche-escoba y apuro el plato.
Pero antes de llegar a este punto
hay que sufrir, un poco al menos y con este fin nos juntamos Fernando, Ferluy,
Forlán, Javi “galo”, Jorge y este narrador que todavía tiene agujetas del sábado.
Hemos salido muy puntuales, pues
todos tenemos ganas de rodar y más aún Ferluy, que se nos une cuando ya lleva
un buen rato pedaleando.
Fernando y Jorge informan de que
estamos entre 29,5 y 30º, lo que nos hace dirigirnos hacia los árboles.
Robledales y pinares que nos resultan siempre muy familiares y acogedores, pero
con senderos y caminos que volvemos a encontrar muy secos y sucios de ramas
abandonadas. Aprovechamos para limpiar cuanto podemos.
Llamada telefónica de Santi “pinturín”,
que ha llegado más tarde al punto de encuentro. Reducimos la velocidad de
marcha para dar lugar a que nos alcance y llegamos a coincidir a la altura de
la, abandonada a su suerte, Casa de las Lanchas.
En la Fuente de la Barranca
tomaremos sendero en ascenso, que a tramos resulta complicado y nos obliga a
alguno a poner pié en tierra.
Estamos junto al Prado Goyato (o
Boyato según otras referencias) y optamos por realizar recorrido inverso al
habitual, lo que nos obliga a subir duro repecho que todos superamos, hasta
llegar al Arroyo de Prado Goyato, con apenas agua.
Santi avisa de pinchazo y todos
nos detenemos. Nos viene bien después del último esfuerzo.
El arreglo se demora y Daniel decide ir ganando tiempo prosiguiendo despacio la marcha. Al ver que se ha pasado el desvío voy a su encuentro.
Le veo y ahora ya no le veo, ¿dónde
está Daniel? Le llamo un par de veces y se acerca a mí renqueante, a pié y con
sangre en una pierna.
Mucha sangre que le ayudo a
limpiar con mi botiquín de urgencia, en el que no falta Betadine para
desinfectar. Al final se trata de un par de pequeños cortes, nada importante.
Todos juntos seguiremos la
marcha, siempre a la sombra, por senderos habilidosos que en su mayor parte nos
obligan a marchar en fila india.
Ahora recibo llamada de Santi
Calleja, que ha salido muy tarde. Difícil ya coincidir cuando estamos a punto
de emprender regreso.
Alguno o algunos ya reclaman las
cervezas y tomamos el recorrido de vuelta que nos llevará, después de
despedirnos de Santi “pinturín”, hasta el Bar de Tapas Jara, pero esto ya lo he
contado. Mandamos un saludo a Javi, Raúl y Raquel.
Muy buenas, envídio vuestros 30º, por aquí éstos días tenemos entre 7 y 9º más.
ResponderEliminarBonitos parajes los que se ven en las fotos, así que la ruta seguro es divertida y de las que hincha el espíritu.
Me alegro que los pequeños percances no sean importantes.
Un saludo desde la llanura.
Ya veo que todos andáis muy cansados y os apetece poco mandar comentarios.
ResponderEliminarA ver si despertáis, ¡leche!, que estáis amodorrados.... y a veces para que está uno hablando solo.