La bicicleta es tu compañera haciendo deporte, pero también es amiga fiel con la que compartes otro tipo de escapadas
No sé
si el madrugar se va a acabar, pero
lo cierto es que ya nos estamos acostumbrando a saltar de la cama sin apenas
remolonear y más cuando lo haces por gusto. Un
día más, abandono la cama antes de que suene el despertador y en pocos minutos ya estoy cogiendo mi
bicicleta.
Habiendo vivido desde niño a escasos metros de una de las puertas del Buen Retiro, este gran parque me guarda pocos rincones desconocidos o que no me haya pateado en buena compañía miles de veces, pero hoy intentaré verlo de manera diferente con un recorrido nostálgico.
La Rosaleda es un bello y apacible rincón, pero aún permanece cerrado al público por lo que me dirijo directamente hasta la fuente del Ángel Caído, inaugurada en 1885, construida sobre solar de la fábrica de Porcelanas de la China y destruida durante la Guerra de la Independencia en 1913. Representa a Lucifer y, según nos apunta David con su comentario, se encuentra situada a 666 metros sobre el nivel del mar. ¿Acaso sea una puerta al infierno?
Poco más adelante se encuentra la Noria de Agua, en el Huerto del Francés, reconstruida de la que fuera utilizada en la misma fábrica de porcelanas para facilitar el suministro de agua.
De camino hacia la calle de Alfonso XII giro a la derecha para encontrarme con el Bosque del Recuerdo (antes de los ausentes), homenaje a las 191 víctimas de los atentados del 11 de marzo de 2004. En su memoria se plantaron 191 cipreses y olivos.
Más adelante, el Centro Deportivo Municipal de la Chopera está cerrado temporalmente. Allí se encontraba una amplia explanada flanqueada por hermosos chopos y en sus extremos dos casetas (actualmente Puntos de Información), en las que siendo niños podíamos alquilar vetustas bicicletas e incluso triciclos de grandes ruedas aquellos que no tuvimos bicicleta propia hasta pasados muchos años.
Preciosa
zona para perderse huyendo de los rigores de cualquier verano y por donde nos
acercamos hacia el Estanque Grande del
Retiro. Antes,
nos damos de frente con la Fuente de la
Alcachofa, que se trasladó hasta este punto en 1880 desde la antigua Puerta
de Vallecas. Esta
fuente tiene una réplica en bronce en la Glorieta de Atocha desde 1986.
A la derecha y no me resisto a la fotografía, delimitados por verjas de hierro se encuentran unos servicios públicos, actualmente adaptados para acceso a mayores y minusválidos, donde recuerdo haber acudido más de una vez siendo crío. El cartel de porcelana que indicaba “Evacuatorios” hace tiempo que fue retirado. En su interior siempre encontrábamos, según el caso, al señor o la señora que cuidaban del interior y que amablemente solicitaban alguna propinilla dejando a la vista un pequeño cestito de mimbre o bandeja.
Habiendo vivido desde niño a escasos metros de una de las puertas del Buen Retiro, este gran parque me guarda pocos rincones desconocidos o que no me haya pateado en buena compañía miles de veces, pero hoy intentaré verlo de manera diferente con un recorrido nostálgico.
La Rosaleda es un bello y apacible rincón, pero aún permanece cerrado al público por lo que me dirijo directamente hasta la fuente del Ángel Caído, inaugurada en 1885, construida sobre solar de la fábrica de Porcelanas de la China y destruida durante la Guerra de la Independencia en 1913. Representa a Lucifer y, según nos apunta David con su comentario, se encuentra situada a 666 metros sobre el nivel del mar. ¿Acaso sea una puerta al infierno?
Poco más adelante se encuentra la Noria de Agua, en el Huerto del Francés, reconstruida de la que fuera utilizada en la misma fábrica de porcelanas para facilitar el suministro de agua.
De camino hacia la calle de Alfonso XII giro a la derecha para encontrarme con el Bosque del Recuerdo (antes de los ausentes), homenaje a las 191 víctimas de los atentados del 11 de marzo de 2004. En su memoria se plantaron 191 cipreses y olivos.
Más adelante, el Centro Deportivo Municipal de la Chopera está cerrado temporalmente. Allí se encontraba una amplia explanada flanqueada por hermosos chopos y en sus extremos dos casetas (actualmente Puntos de Información), en las que siendo niños podíamos alquilar vetustas bicicletas e incluso triciclos de grandes ruedas aquellos que no tuvimos bicicleta propia hasta pasados muchos años.
![]() |
No es foto familiar |
A la derecha y no me resisto a la fotografía, delimitados por verjas de hierro se encuentran unos servicios públicos, actualmente adaptados para acceso a mayores y minusválidos, donde recuerdo haber acudido más de una vez siendo crío. El cartel de porcelana que indicaba “Evacuatorios” hace tiempo que fue retirado. En su interior siempre encontrábamos, según el caso, al señor o la señora que cuidaban del interior y que amablemente solicitaban alguna propinilla dejando a la vista un pequeño cestito de mimbre o bandeja.
En el
estanque hoy campan a sus anchas los patos y las carpas, no hay barcas en
movimiento que los perturben ya que están todas amarradas junto al Embarcadero,
pero tampoco hay visitantes arrojando trozos de pan duro.
Presidiendo el estanque se encuentra el formidable Monumento a la Patria, más conocido como Monumento a Alfonso XII, inaugurado el 22 de julio de 1922. Participaron en su elaboración más de veinte escultores. La figura ecuestre del rey, fundida en bronce, fue realizada por Mariano Benlliure en 1904. A sus pies se encuentra la representación de La Paz, La Libertad y El Progreso.
Los quioscos cercanos como el Bar Mirador, la Terraza El Ancla o El Retiro, permanecen cerrados, pero ya tienen dispuestas sus sombrillas para su pronta apertura.
Presidiendo el estanque se encuentra el formidable Monumento a la Patria, más conocido como Monumento a Alfonso XII, inaugurado el 22 de julio de 1922. Participaron en su elaboración más de veinte escultores. La figura ecuestre del rey, fundida en bronce, fue realizada por Mariano Benlliure en 1904. A sus pies se encuentra la representación de La Paz, La Libertad y El Progreso.
Los quioscos cercanos como el Bar Mirador, la Terraza El Ancla o El Retiro, permanecen cerrados, pero ya tienen dispuestas sus sombrillas para su pronta apertura.
Esquivando
algunas obras de restauración del parque, encuentro el Templete de Música donde he podido disfrutar en varias ocasiones de
los conciertos de la Banda Sinfónica Municipal. A la izquierda, otros antiguos urinarios.
Entre castaños me dirijo hasta el Monumento a Arsenio Martínez Campos, de enero de 1907 y también obra de Mariano Benlliure, con figura ecuestre en bronce del general, que suele soportar con paciencia la visita de numerosas palomas, hoy sólo una.
Entre castaños me dirijo hasta el Monumento a Arsenio Martínez Campos, de enero de 1907 y también obra de Mariano Benlliure, con figura ecuestre en bronce del general, que suele soportar con paciencia la visita de numerosas palomas, hoy sólo una.
Desde
aquí, enfrente y al otro lado del Paseo de Coches, podemos ver las paredes de
la sala Florida Retiro con su emblemática
cúpula. Antes
había cerrado sus puertas en 2013 el “Florida
Park”, mítica sala de fiestas y restaurante, cuyo recinto de 1800 m2 fue
capilla, galería de caza de reyes, balneario y sala de eventos antes de
convertirse en lugar mítico de las noches madrileñas. Puede que más de uno recuerde emisión en
directo por TV en la que, ante un sorprendido Iñigo, Lola Flores buscaba
angustiada un pendiente de oro que se la había caído durante su actuación.
En 1874 se inaugura el Paseo de Carruajes, escaparate de la aristocracia madrileña, donde se permitía pasear a caballo o en carruajes de caballo. Hubo que esperar a 1885 para que se viera circular al primer “velocípedo” y se pudieran alquilar bicicletas a dos pesetas la hora.
En 1874 se inaugura el Paseo de Carruajes, escaparate de la aristocracia madrileña, donde se permitía pasear a caballo o en carruajes de caballo. Hubo que esperar a 1885 para que se viera circular al primer “velocípedo” y se pudieran alquilar bicicletas a dos pesetas la hora.
Con
la llegada de los primeros automóviles pasó a llamarse Paseo de Coches y durante muchos años se conocerán problemas de
circulación y de aparcamiento en la que se convertiría en una de las vías más
transitadas. Tuvo
que llegar en 1979 el alcalde Tierno Galván para que se cerrara el recinto del
Retiro al tráfico de coches.
Estando tan cerca, no puedo dejar de visitar la antigua Casa de Fieras para realizar un corto recorrido nostálgico. Una biblioteca ha sustituido a La Leonera, edificio de dos plantas con reducidas jaulas en los bajos, donde recuerdo haber llegado a ver leones, hienas y algún tigre.
Allí se encuentra también la “gruta del oso”, sobre la que se ha instalado en tiempos más modernos un duende flautista. Cuesta creer que hace años no extrañara ver a los pobres animales en recintos tan reducidos.
Estando tan cerca, no puedo dejar de visitar la antigua Casa de Fieras para realizar un corto recorrido nostálgico. Una biblioteca ha sustituido a La Leonera, edificio de dos plantas con reducidas jaulas en los bajos, donde recuerdo haber llegado a ver leones, hienas y algún tigre.
Allí se encuentra también la “gruta del oso”, sobre la que se ha instalado en tiempos más modernos un duende flautista. Cuesta creer que hace años no extrañara ver a los pobres animales en recintos tan reducidos.
Más
suerte tenían los monos (babuinos),
que instalados en un gran foso saltaban sobre las ramas de un árbol seco. El
elefante, la jirafa, el dromedario, alguna cebra, las cabras, los patos mandarines y la gran
jaula de aves rapaces… recuerdos y recuerdos de un coqueto mini-zoo que hizo
las delicias de grandes y pequeños hasta que fue trasladado en 1972, para gozo
de animales y visitantes, al actual Zoo
de Madrid en la Casa de Campo.
Sigo mi camino y no debo olvidar el Palacio de Cristal, obra del arquitecto Ricardo Velázquez, que se inauguró 1887 a modo de invernadero para una exposición dedicada a Filipinas. Construcción a base de hierro y cristal sede de multitud de exposiciones, frente a un precioso estanque que aun resalta más la belleza de la construcción y del entorno.
Hubiera seguido por horas con el tranquilo y nostálgico recorrido y sé que me dejé bellos rincones por visitar, pero cuando hice este reportaje aún estaban limitados los horarios y no me quedó más remedio que pedalear con ganas para regresar a casa antes de las 10.
Sigo mi camino y no debo olvidar el Palacio de Cristal, obra del arquitecto Ricardo Velázquez, que se inauguró 1887 a modo de invernadero para una exposición dedicada a Filipinas. Construcción a base de hierro y cristal sede de multitud de exposiciones, frente a un precioso estanque que aun resalta más la belleza de la construcción y del entorno.
Hubiera seguido por horas con el tranquilo y nostálgico recorrido y sé que me dejé bellos rincones por visitar, pero cuando hice este reportaje aún estaban limitados los horarios y no me quedó más remedio que pedalear con ganas para regresar a casa antes de las 10.





Muy bonito y enriquecedor. Maruchi Sanchez
ResponderEliminarBonito Alfonso muy bonito un abrazo amigo
ResponderEliminarAndres Urda
Con la de gente que hay siempre en El Retiro... ¿cómo te las has arreglado? Me ha gustado mucho. Saludos. Alvaro Espina
ResponderEliminarMuy interesante Alfonso. Mira que es bonito Madrid y con ese punto de nostalgia, mucho más. Abrazos
ResponderEliminarPrecioso reportaje de un sitio por casi todos conocido. Apetece poder volver y utilizar este texto y estas fotografías para reconocer de nuevo todos esos rincones.
ResponderEliminarGran trabajo.
Curiosamente la fuente del Ángel Caído se encuentra topográficamente a 666 metros sobre el nivel del mar.
ResponderEliminar¿Acaso una puerta al Infierno?. Gracias por la aportación David. Un saludo.
Eliminar