Apenas acaba de finalizar una ruta y los mensajes eufóricos se amontonan en el WhatsApp. AlfonsoyAmigos lo ha dado todo en una nueva ruta MTB
Habrá quienes intenten recuperar fuerzas en una siestecilla acaso improvisada o tal
vez más premeditada de las de pijama y orinal (que decían los abuelos).
Pero, mirando por un
agujerillo, quizá descubramos a algunas hormigas laboriosas que dedican su
tiempo a reorganizar fotos y recuerdos que, en ocasiones, se vuelven borrosos
por culpa del cansancio pero que se empeñan en volcar en una
crónica que da fe, ruta a ruta, de la historia de AlfonsoyAmigos.
La noria no para, apenas
para coger fuerzas y seguir adelante, un poco más alto, un poco más, aún más.
Todavía aflora la
adrenalina por todos los poros de nuestro cuerpo, sin que las pulsaciones hayan
vuelto a su ritmo relajado y la cabeza de todos ya viaja al futuro
preguntándose: Y la semana próxima ¿qué?
Ideas propias no faltan y
otras son tomadas de grupos amigos que como nosotros disfrutan de la bicicleta,
pero el derroche de información precisa de un tamizado.
Consultamos previsiones
meteorológicas, rutas que no obliguen a desplazamientos exagerados y que se
adapten a nuestra forma física y estilo de pedaleo. Revisamos el tiempo preciso
para su ejecución y, solo a veces, que haya tal vez alguna vía de escape.
A lo largo de la semana
pasada, Chicho y yo repasamos varias
rutas que teníamos en cartera, unas novedosas y otras recicladas fruto de un
corta-pega que siempre añade un puntito especial, la guinda.
Nos decidimos por una y
la retocamos en varios puntos, pero finalmente quedó lista para ser propuesta en viernes como es habitual.
Tenemos compañeros que no
acuden por temor a que la propuesta se nos vaya un poco de hora, pero esta vez
se ha ofrecido una posibilidad de
recorte que otros aprovechan.
En el aparcamiento de La
Herrería y con temperatura bajo cero nos juntamos bien abrigaditos:
Andrés, Ángel, Barri,
Enrique, Eva, Fer, Fernando, Galo, Gema, José, Juan Carlos, Juan Patricio, Luis
Ángel, Pawel, Sergio, Toño y Alfonso.
Desde la primera pedalada
y aún sin haber entrado en calor el ritmo ya es vivo en los primeros
desniveles, pero hoy la parada es obligada junto a la Silla de Felipe II y
frente al majestuoso Monasterio de El Escorial.
Foto emblemática en 2018
para la colección y seguimos adelante, situándonos en La Estación y Pajares -
Zarzalejo en un plis plas.
Hoy no nos encontrarnos
ninguna marcha MTB organizada y podemos coger en descenso y disfrutar a tope un
sendero que siempre hace las delicias de todos. Hoy hasta se nos hace corto el recorrido.
Se hace por arreglar un
problema con mis frenos, que chillan más que si hubiéramos pisado la cola a un
gato y que aleja a los compañeros de mi lado, y poco más adelante nos volvemos a detener porque Toño ha destalonado su
rueda trasera. De esta forma y sin buscarlo, vamos dando tiempo a que nos
alcance Chicho, que ha comenzado ruta casi una hora más tarde. ¿Por qué habrá sido'?
A muchos no les servirá
de referencia pero a otros sí y es en la encrucijada de caminos, allí donde nuestro
compañero Paco tuvo hace tiempo una importante caída, que nos desviamos del
recorrido habitual y enfilamos hacia la localidad de Valdemorillo, donde
finalmente nos acabará dando alcance Chicho tras unos minutos de espera.
A partir de aquí nos
enfrentamos a una serie de toboganes, a veces por caminos anchos y otros por
senderos habilidosos, siempre con buen pedaleo pero que van castigando las piernas. He avisado en varias ocasiones que lo más duro está por
llegar, que esta se puede convertir en otra ruta épica, pero nadie parece querer
aflojar la marcha o acaso es que ya ni me creen
Por mi parte, hago serios
esfuerzos por seguir, por completar una ruta a la que tenía ganas, pero una “gripe
de guardería” y unos antibióticos demoledores agotan las fuerzas que me
quedaban.
Cuando alcanzamos la
localidad de La Estación y Pajares, Juan Patricio y yo nos unimos al grupo “Atlético”
que coge atajo para regresar a los coches.
Alfonso
El resto…, os lo sigue contando Chicho:
Siempre se echa de menos
a los que no acaban la ruta con el resto del grupo, pero os aseguro que los que
marchan se han librado de una buena encerrona.
Me cuentan que el grupo
ha llevado un ritmo muy alegre toda la mañana y que los gallos han aprovechado
para exprimir al máximo sus piernas y llevar a unos cuantos con el gancho al
cuello.
Hoy la ruta tiene una
sorpresa final, así lo hemos preparado, que consiste en rodear o más bien
atravesar Las Machotas antes de dejarnos caer al bosque de La Herrería para
disfrutar de alguna trialera de final de ruta.
Así que, hacia allí nos
dirigimos primero superando las duras zetas de asfalto que nos llevan a
Zarzalejo donde la mayoría del grupo pasa de largo el bonito mirador que
normalmente nos sirve de punto de avituallamiento.
Tras atravesar el pueblo,
abandonamos la carretera para iniciar un pequeño descenso que acaba en un
brusco aunque corto rampón, que pone a prueba las fuerzas que le quedan a cada
uno. Un ligero descanso y otro repecho fuerte antes de conectar con la pista
del pinar conocida por todos de otras ocasiones.
El terreno sigue picando
hacia arriba antes de llegar a la barrera, en la que hoy nos desviamos hacia la
derecha para afrontar otro duro tramo de ascenso hasta la carretera que sube al
Puerto de la Cruz Verde. Los más osados del grupo se niegan a echar pie a
tierra aún a costa de disparar sus pulsaciones y seguir vaciando las reservas.
Reagrupamos en la
carretera y a pocos metros iniciamos el ascenso por “Los Laderones”, una pista
de pinar sin demasiado desnivel que se encarama por la ladera de La Machota
Alta para ofrecernos al final de la misma unas espectaculares y novedosas
vistas de todo el valle que va desde el
Puerto de La Paradilla hasta El Escorial.
Son varios los que han
acabado hartos de subir y rápidamente descartan la posibilidad de acercarnos hasta
una cercana caseta de vigilancia forestal. Aquejados de un principio de mal de
altura, incluso sugieren bajar campo a través hasta los coches para poner fin a
la ruta y a la agonía.
Pero, como encargado de
seguir el track al pie de la letra y sin recortes, hago oídos sordos y pronto
descubrimos el sendero difuminado y en ocasiones lleno de retamas que nos
permite seguir rodeando Las Machotas.
Una empinada trialera nos deja al pie de
la pista asfaltada de La Herrería y tras atravesarla nos permite seguir
disfrutando de una bajada sinuosa y rápida hasta las inmediaciones del
Castañar.
Aquí se ofrece
escapatoria de nuevo a los que andan más justos de tiempo o de fuerzas. El
resto del grupo, donde tampoco sobran ya las fuerzas, decide rodear El Castañar
por una de esas trialeras que solo deberían estar permitidas en sentido
descendente.
Después de escuchar latir
algún corazón a mil por hora y de esquivar a algún compañero que se empeña en
chocar contra los escalones en lugar de superarlos, la agonía acaba y enlazamos
bajada por la trialera gemela que pone fin a la ruta entre abrazos, sonrisas y
alguna cara de “pájara”.
Chicho
Chicho
La próxima semana... más y mejor.
Nota de los autores
Machote: Persona vigorosa y valiente... sin connotación sexista.
Nota de los autores
Machote: Persona vigorosa y valiente... sin connotación sexista.
Me da la sensación al leer la crónica, que esto,no se puede llamar ruton.
ResponderEliminarMás bien,súper ruton.
Me he cansado hasta,yo al leerlo,jeje.
Impresionante.Cada día, demostrado vuestra excelente forma física.
Enhorabuena a todos.
Un saludo. Charo.
Que te hayas cansado al imaginar la ruta y no por lo plastas que somos escribiendo. Un abrazo Charo.
EliminarLa crónica tiene que estar a la altura de la ruta , y lo está ..... siempre me quedo con ganas de más. Gracias Alfonso y Chicho por la ruta apta para machotes y por vuestra “pluma “
EliminarPor supuesto que era por la ruta!!!!!.
EliminarOtro abrazo para ti. Charo.
Anónimo dijo...
ResponderEliminarLa crónica tiene que estar a la altura de la ruta , y lo está ..... siempre me quedo con ganas de más. Gracias Alfonso y Chicho por la ruta apta para machotes y por vuestra “pluma “
En pocas ocasiones digo esto, la ruta es dura y en tramos lo suficientemente técnica como para contrarrestar los cuestiones que nos sirvió Chicho en bandeja y nos tragamos uno a uno, que rampas, y algunas que mal estaba el suelo, y el aperitivo final que, que solo es 1'5 km, ya se me ha pasado, pero creí en momentos que era el peor 1'5 km de mi vida, lo buena que es esa trialera de bajada, pues como no podía ser de otra forma teniamos que probarla de subida, la guinda del pastel, menudo regalito, pero ya está, como se dice en alguna ocasión, esta ya no nos la cuentan.
ResponderEliminarBuff, leyendo los comentarios, creo que lo que se preveía como final duro acabó siendo una encerrona en toda regla. Una "lástima" que mis obligaciones colchoneras me obligaran a perderme ese final.
EliminarEl domingo que viene lo damos todo.
Un abrazo amigos.
Dura la hicimos desde el inicio, porque había qué entrar en calor, supongo,y según el relato el final fue peor.
ResponderEliminarHubiera merecido la pena terminar con el grupo a tenor de las vistas ilustradas por las fotografías, pero, también, como a Enrique mis obligaciones, me obligaron a cambiar el final.
Y en compañía de Alfonso y de Juan Patricio, los dos griposos, terminamos sin prisas, y siempre contentos.
Un abrazo. Sed Felices.
Que como llamaria yo a esta ruta? La Inacabable.
ResponderEliminarAparte de ser mas larga de lo que los propios 45 km pueden apuntar, diria que en esa ultima parte desde Zarzalejos fue de las que desfondan al maximo con un trazado interminable y tremendo de subida.
Llegar a los coches fue un premio a una mañana dura pero preciosa de recorrido y entorno.
Hoy creo que fue un dia en el que el grupo supo sufrir hasta el final, incluso en las trialeras finales.
Si, muy cansados, pero al final todos nos preguntabamos.....Nos gusta la bici??
Un abrazo, igual que la ruta de hoy, interminable.