Por alguna broma de mi
metabolismo que todavía no llego a comprender, cada día soporto menos el calor
cuando practico el deporte que hoy en día me apasiona, el
ciclismo.
Mis compañeros de pedaleo
saben de mí pesar pero, a la larga, me temo que ya se lo toman a guasa.
Toño bajo la nieve |
Llegan estas fechas, con temperaturas que aún son templadas para la época que corre y me sorprende oír comentar que ya
se les quedan las manos y los píos fríos, observar que se cubren con tres capas
de equipación, que calzan botas que aguantarían los 25 grados bajo cero y que
se cubren su cabeza y rostro para conservar un calor que yo produzco de forma
generosa e incluso derrochona.
Me gusta el sol, el buen
tiempo, el poder prescindir del máximo de ropa, pero con el ejercicio se
convierte para mí en un suplicio. Las medias y altas temperaturas atacan mi
cuerpo y los golpes de calor son cada vez más frecuentes aunque me hidrate y
alimente sobremanera.
Haciendo el ángel |
Tomároslo en serio pues,
en mi caso, "las bicicletas son para el
invierno”.
Os confesaré que tengo un
héroe al que admiro y ahora comprenderéis el por qué. No, no es Spiderman, Lobezno o cualquiera de los múltiples protagonistas de los Marvel Comics. Mi héroe es real, de
unos años atrás, pero real.
Le llamaban El Ángel de las Montañas… ¿no os parece
genial?
Charly Gaul en el Tour de 1958 El Ángel de las Montañas |
Estoy hablando de Charly Gaul, luxemburgués y campeón ciclista… mira tú por dónde.
Era de otra época sí, de
aquella en la que ni las máquinas, ni la equipación, ni la preparación
programada de forma individual guardaban parecido con las actuales.
Gaul en 1956 bajo la lluvia |
De mi héroe Charly Gaul se decía que era amigo de
la lluvia, de la nieve que bordeaba la carretera y que se crecía y hacía más
fuerte cuanto peor eran las condiciones climatológicas.
Fue ciclista profesional
entre los años 1953 y 1965 y en ese tiempo obtuvo 52 victorias, con triunfos
como el Tour de Francia de 1958, en
el que venció en dos etapas contrarreloj y en la cronoescalada del Mont Ventoux en la que luchó cara a
cara con nuestro campeón español Federico
Martín Bahamontes.
Gaul y Bahamontes en 1959 |
En la etapa final, la de los Alpes, llegó a sacar más de quince minutos al que hasta entonces
era el líder.
Ese día, un 16 de Julio de
1958, en la carrera más importante del mundo ciclista, el frío, la lluvia y la
niebla estuvieron presentes para dar más gloria al Ángel de las Montañas.
ooOoo
Sin lluvia, sin nieve y con temperaturas
templadas se nos presenta el próximo fin de semana. Nuestra convocatoria
va a ser un tanto especial, atentos:
Visitaremos una vez más y encantados por
ello, la Garganta del Río Moros y la ruta estará al
alcance de todos, pues lo que queremos en esta ocasión es tener la
oportunidad de juntarnos para darnos un fuerte abrazo.
Regresaremos pronto, pondremos un fondo entre todos y compartiremos en Las Farolas unos generosos aperitivos y refrescos para brindar juntos por unas Felices
Fiestas.
Hora de Inicio de Ruta: 9,00
Lugar: Paseo Rivera de San Rafael.
¡¡Nos Vemos!! ... y que usted vote bien.
Otra bonita historia Alfonso, me encanta. Saludos y felices fiestas para todos. Virginia Pelayo
ResponderEliminarQué gestas las del ciclismo de aquellos tiempos! Con bicis que pesaban sobre los 12 ks.(las de los ciclistas pros actuales pesan la mitad), con cuatro o cinco piñones y con ropa de lana muy lejos del goretex. Con razón se les llamaba "los forzados de la carretera"! A mí me encanta el ciclismo clásico, de hecho tengo una bici de carretera Peugeot de acero que tiene 25 años y sigue en uso, me encanta!
ResponderEliminarYo al contrario que tú, Alfonso, como soy friolera, cuanto más calor hace, mejor ando, cada cuerpo es un mundo.
Y ya aprovecho para desearos a todos los miembros de Alfonso y Amigos unas felices fiestas navideñas, con turrones, mazapanes, polvorones y ... BICIS!!!
Besos.
Me gusta mucho vuestro blog, aunqque ya no tengo edad para montar en bicicleta disfruto mucho con vuestras escapadas y con las historias que contais. Os deseo que disfrueis de las fiestas de la bicicleta y de la amistad. Abrazos. Rubén.
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