Algunos truenos y relámpagos a
media tarde, incluso algunas gotas de lluvia que caen arrastradas por un escaso
viento te hacen pensar que en algún momento caerá un buen chaparrón que sea capaz
de asentar el polvo de los caminos y refrescar el ambiente.
La temperatura sigue elevada como
en los últimos días, se va acercando la hora del encuentro y el ambiente no
refresca.
No se si será por compromisos
ineludibles o porque más de uno se ha derretido por el camino. Faltan amigos, pero
los que acudimos al Paseo Rivera estamos dispuestos a lidiar el toro y cogerlo
por los cuernos.
Encontramos a Andrés, Ángel, Antonio,
Daniel, Ferluy, Juan Carlos, Luis Ángel, Miguel, Paco, Santi Calleja, Toño y
Alfonso.
Por allí se acerca a saludarnos
Carlos Soto-Largo y nos lanza la foto de grupo.
Ya leímos la crónica del pasado
domingo, con las aventuras por Gredos, pero durante el recorrido de hoy no
faltará el relato detallado de las aventuras, contadas de primera mano por
parte de algunos de los protagonistas supervivientes.
Si en algo coinciden todos es en
reconocer que se acordaron de mí, imaginando lo mal, muy mal, que lo hubiera
pasado.
Y tienen razón, pues apenas hemos
dado hoy un par de pedaladas después de las 21,00 horas y ya soy presa del
calor.
Nos acercamos hacia el Apeadero de San Rafael y cogemos pista paralela a las vías del tren que nos lleva hacía
Gudillos.
Pasaron máquinas de mantenimiento
no hace mucho y el terreno se ha asentado algo, pero nos toca levantar polvo.
Foto: Luis Ángel |
Dejamos la Cerca Montosa a
nuestra derecha, siguiendo el cauce del río que a estas alturas está más seco
que mi boca.
Podíamos haberlo evitado, apenas
llevamos unos pocos kilómetros recorridos, pero nadie se queja cuando
proponemos acercarnos al pilón que ya es como de la familia. Siempre nos da la
bienvenida, generoso todo el año.
Bebemos y nos refrescamos con
agua fresca, que aprovechamos a cambiar por la de nuestras botijas pero que a
los pocos minutos ya estará muy caliente. Los relatos sobre la odisea de Gredos
continúan.
Foto: Toño Montero |
La emoción de los que
participaron se contagia. Tal vez en otra ocasión...
El Camino del Agua que conduce
hacia los restos de la Casilla del Peón Caminero, pero cogemos pequeña variante
a la izquierda que siempre gusta a todos y en nueva bifurcación de caminos...
esta vez de nuevo a la izquierda, siguiendo la senda del Arcipreste que pondrá
los dientes largos a alguno y temerosos de lo peor a otros sabiendo lo que
llega a continuación.
La noche nos va alcanzando y se
encienden los primeros focos.
Foto: Luis Ángel |
Pero no os preocupéis, pues antes
de comenzar a ponernos a prueba para superar pedrolos giramos a la derecha,
echamos el culo atrás en nuestros sillines y descendemos por tramo empinado,
seco y resbaladizo, de nuevo hacia la pista principal.
Ha parecido sencillo este pequeño
descenso, pero recuerdo que hace no mucho se tomaba con bastante más precaución
y hoy además con luz escasa.
Se ha ganado en habilidad para
superar muchos tramos, pero poco más adelante nos tenemos que poner de nuevo a
prueba y, sin embargo, la mayoría hemos puesto pie en tierra. Ferluy y Juan Carlos
lo hicieron montados (no se si alguno más),
pero derrapando en el descenso.
Pocas veces ya recorremos el
Camino del Agua de un tirón. Todos disfrutamos más cogiendo las variantes que
se presentan a izquierda o derecha, aunque sea repitiendo algún tramo (como apunta Santi).
Foto: Luis Ángel |
Tal vez por repetir parte del
recorrido, algunos compañeros se lanzan sin pensarlo dos veces y cogen el
desvío equivocado. Los que vamos en cabeza esperaremos preocupados a que se nos
unan, sin saber qué es lo que ha ocurrido.
Juntos hacia la nueva parada, el
punto donde cogemos desvío para ascender al Alto del León por detrás de la
Antigua Casa Hilario.
Unos cientos de metros que a
tramos son realmente duros pero superables con fuerza y habilidad.
Ya nos conocemos la trazada buena
para evitar resbalar ¿o no?, pues Antonio se va prácticamente al suelo en el
mismo lugar en el que otros cayeron en anteriores ocasiones.
Foto: Luis Ángel |
Estamos junto al monumento en el
puerto, el famoso león, en el que siendo de día y con un poco de imaginación (inscripción muy deteriorada) podríamos
leer:
“Fernandus VI pater
Patriae viam utrique castellae
Superatir motibus fecit an
Sallutis MDCCXLIX Regni sui IV”
O lo que es lo mismo y para que
nos entendamos:
“Fernando VI padre de la patria,
hizo el camino para ambas Castillas por encima de los montes, el año de nuestra
salvación 1749, IV de su reinado”
Claro que ese año nos coge un
poco lejos, pero aquí estamos de nuevo pasando junto al monumento en bicicleta
y de noche. Si nos pudieran ver ahora los antiguos...
El año pasado por estas fechas
había que abrigarse en este punto, pero hoy apenas corre algo de
viento y la temperatura sigue alta.
El Asador Alto del León, que
todavía tiene clientes en sus terrazas, ha instalado un hórreo que no nos
resistimos a fotografiar.
De pies o por los suelos, todos
buscamos acomodo para sacar los bocatas que llevamos en las mochilas y retomar
la charla.
Luis Ángel, Toño y Juan |
A los lejos podemos distinguir
incendio que nos parece identificar en la zona de Collado Mediano.
Y emprendemos el regreso desandando
camino hasta que cogemos variante que se convertirá en descenso vertiginoso
para algunos y de disfrute (incluso
silbando) para otros.
Ya por la cabeza se pasa que al
día siguiente hay que madrugar. Varios compañeros apenas se detienen para
despedirse y parten en busca de una buena ducha. Otros y se nos une Lourdes (que hoy no ha hecho ruta) nos sentaremos
un rato muy agradable en la terraza del Bar Orly, para refrescar nuestras bocas
y darle gusto a la lengua con historias pasadas y venideras.
Toño y Antonio |
¡Ah!, Luis Ángel todavía tendrá
que regresar a Madrid.
Mira que nos lo pasamos bien con estas rutas nocturnas... animo a los que no se atreven todavía a coger la bici en estas condiciones a que lo hagan. Un buen foco y de lo demás nos ocupamos nosotros.
ResponderEliminarLa tertulia del final es un placer aunque al otro día tocará madrugar y pasar sueño.... es lo que hay.
Lo de las rutas nocturnas es algo muy especial. Creo que no me perderé ninguna antes de irme de vacaciones.
ResponderEliminarY aunque se haga tarde y haya que madrugar la sensación que queda tras estas rutas es tan buena que compensa el tener que trasnochar. Anoche con la tertulia, no encontrábamos el momento de marcharnos pero la verdad es que el ambiente y la conversación invitaba a quedarse cuanto mas tiempo mejor.
He dormido tres horas y media y os aseguro que la semana que viene si tengo que dormir igual de poco, lo haré. Repetiré nocturna. Seguro.
Y hoy ya jueves, no queda nada para la próxima ruta, donde creo que veremos a algún amigo que ha estado de vacaciones y que vuelve al pelotón de A&A.
El domingo que viene......cada vez mas cerca.