En la Casa de Campo de Madrid

Cuando Fernando sale esta mañana de San Rafael, los termómetros marcan -7º, aunque ya se sabe que la sensación térmica es de bastantes menos grados.

Nos encontramos en la Casa de Campo de Madrid, el mayor parque público del municipio. El día muy despejado.

Arroyo de Prado del Rey
Verjas bajo los arcos, para permitir el paso
del agua pero no de intrusos

Una vez que hemos armado las bicicletas y empezamos a rodar, el viento nos acompaña racheado, pero estamos a 1º sobre cero, que no es poco.

Solamente notaremos el aire en raras ocasiones, pues elegiré recorrido por senderos entre árboles.

Arriba, abajo, izquierda y derecha continuas, disfrutando de estrechos senderos siempre habilidosos, que te permiten coger mucha soltura en la conducción.

A Fernando le han cambiado los rodamientos de su bicicleta y parece notarlo de forma favorable. Rueda con agilidad y con ganas, se le nota.

En la verja del Zoo

Creo que Fernando sería incapaz de repetir la ruta por la que le he guiado, pero es que seguramente un GPS perdería la señal en más de una ocasión y se volvería loco.

Suponiendo que ese teórico GPS hubiera grabado totalmente la ruta, lo difícil sería seguirle posteriormente y tener que desviar la vista del camino en alguna ocasión. Caída segura.

No te puedes despistar ni una décima de segundo, girarás continuamente ayudando a la bicicleta con el cuerpo, pero es que con bastante frecuencia tendrás que agacharte para evitar topar con alguna rama.

Divertido de verdad si quieres disfrutar de manera especial de estos caminos, imprimiéndole la velocidad que tu sentido común te permita.

Mandriles en su recinto, con su característico "culo pelado"

En varias ocasiones pasaremos cerca del Parque Zoológico. 

Cuando acabamos la ruta, estamos en la explanada del Lago a 6º.

Tomaremos un caldo calentito, que sería un auténtico primer plato en otra ocasión por su cantidad. Después una cervecita y a casa con buenas sensaciones.