Con la llegada del Covid-19 muchas cosas están cambiando y más vale que nos acostumbremos a ellas
Me
parece curioso que, una vez que la mascarilla ha entrado a formar parte de
nuestra indumentaria obligada y cotidiana, muchas mujeres y también hombres, hayan
cambiado su forma de maquillarse optando por hacer un mayor uso de rímel y
sombra de ojos.
Frente
a nosotros, en un face to face, lo
único que ahora podemos distinguir de un rostro son los ojos, unos ojos que probablemente
se hayan vuelto más protagonistas que nunca.
El
maquillaje del rostro y el lápiz de labios parecen no ser recomendables, pues
provocan que la mascarilla se ensucie con mayor rapidez y obligue a desecharla
antes. La
alternativa será pues no maquillarse por debajo de los ojos.
Me
recuerda aquellos tiempos de los presentadores del telediario que aparecían
siempre muy arreglados frente a la cámara, pero se especulaba que de cintura
para abajo pudieran encontrarse con pantalones vaqueros y en zapatillas… hoy a
nadie extrañaría.
Ojos
preciosos, maquillados, con miradas atrevidas, intensas, juguetonas o
dramáticas, que estimulan nuestra imaginación ensoñando caras y bocas perfectas
bajo la mascarilla.
La
puñetera pandemia nos limita, nos
restringe, pone en peligro nuestras vidas y la de aquellos que queremos, pero
nos equivocaremos si nos dejamos abatir y perdemos la esperanza en que, muy pronto, podremos volver a alcanzar
esos parajes idílicos que ahora parecen difuminarse en la bruma bajo una inmensa
mascarilla de restricciones.
El
deporte al aire libre y respirar a pleno pulmón nunca ha sido perjudicial y
mucho menos el mostrar una cara y una actitud positiva ante la adversidad,
aunque no dejemos que se vea.
Cumplamos
con las normas, acatemos las reglas y seamos
más sensatos que nunca, pero no dejemos de ilusionarnos y de sonreír bajo
la máscara. Seguro
que los ojos se nos iluminarán más.
Cada
día se pone más complicado proponer a los amigos una ruta MTB. Se
hace imprescindible tener título académico superior o al menos un master de
reconocido prestigio para ser capaz de procesar todas las variantes que surgen.
A las
dudas ya habituales sobre posibles inclemencias del tiempo (el menor de los males hoy en día), se
añaden las normas del PRUG y las prohibiciones
variopintas que surgen por doquier. Y por
si fuera poco, se hace obligado estar al día, por culpa del coronavirus, de las últimas
restricciones a nivel nacional y de las que afectan a nivel local con las áreas
sanitarias (que me vuelven a mantener enjaulado
en Numancia).
Algún
día habrá que hacer un homenaje a nuestro amigo Enrique, que se atreve a lanzar
esta propuesta.
Domingo 8 de Noviembre de 2020
Hora
de inicio de ruta: 9,00
Lugar de encuentro: Aparcamiento
junto al cementerio de Valdemorillo, calle Eras Cerradas 7
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