camino removido, polvoriento e irregular
Hay muchas ocasiones en
las que el grupo AlfonsoyAmigos
desafía el riesgo simplemente por rodar con sus bicicletas.
Todos somos conscientes de
que el peligro acecha en cada salida y más cuando los senderos y caminos se
encuentran sucios y en malas condiciones.
Unas veces es culpable la
propia naturaleza, quizá por lluvias torrenciales o fuertes vientos, que mueven
tierras y provocan la caída de ramas secas de los árboles, pero en otras
ocasiones y estas son las que más duelen, no te queda más remedio que reconocer
que el deterioro de las sendas se ha debido a una “mala intervención” del
hombre.
Siempre que montas en
bicicleta tienes que poner los cinco sentidos en alerta, estás manejando una
máquina al fin y al cabo, y a pesar de todo, numerosos compañeros han sufrido
accidentes.
Un pequeño despiste y te
vas al suelo, pero ayuda poco comprobar que muchos senderos casi han
desaparecido cubiertos por ramaje abandonado y que hay zanjas profundas
provocadas por enormes ruedas de grandes vehículos en caminos por los que antes
circulabas libre de peligro.
Esta mañana algunos
“montábamos en casa”, por zonas muy conocidas, pero ello no ha impedido que
haya habido al menos cuatro caídas a lo largo del recorrido.
Poco antes de las 8,30 ya
nos encontrábamos los más madrugadores en el primer punto de encuentro. Y
aunque la mañana parecía más fresca que en días anteriores, me permito recomendar a
Patrick que deje en el coche la ropa de abrigo que veo asomar de su mochila.
Pilón en El Estepar |
El grupo reunido en San Rafael parte al encuentro de los que
esperan junto al antiguo Preventorio
tras salir desde El Espinar.
¡Cómo no! Damos la nómina
de los asistentes de hoy:
Andrés, Ángel, Antonio,
Dani, Daniel, Eva, Ferluy, Juan Carlos, Juan Patricio, Luis Ángel, Nacho, Paco, Patrick,
Santi, Toño y Alfonso.
A la ruta de hoy no la
faltarán repechos duros que afrontar, por lo que ya tengo previsto empezar los primeros
minutos con falsos llanos para entrar en calor. Y así lo hacemos rodeando El Estepar para dirigirnos a la Estación de El Espinar.
Desde los primeros metros
recorridos empezaremos a “comernos el
polvo del camino” y se convertirá en habitual en muchos tramos hasta
nuestro regreso.
Suponemos que están
trabajando en muchas pistas para darlas anchura de cortafuegos y permitir el
paso de vehículos de asistencia, pero también encontramos algunas marcas que
nos avisan de que probablemente se conviertan en “sendas marcadas” a no muy
tardar.
De momento, el suelo está muy
suelto e irregular y Nacho será el primero en irse hoy al suelo y llenarse la
espalda de polvo.
Pilón de Los Navazos |
Ya no encontramos la
formidable decoración de árboles que estuvo presente durante el Femuka, pero vemos instaladas altas
vallas (de seguridad ?) junto a las
vías del tren, que parecen romper con el entorno y que a ninguno gustan.
Bordeando la Urbanización Río Moros, nos
adentraremos en zona de pinares para enseguida atacar en ascenso zona conocida
de lanchas de piedras, siguiendo en parte el Camino Carboneras.
De a uno, confiando en que
no tropiece el que te precede, allá va la columna de ciclistas.
Unos la conocen, otros no,
pero ya apetece acercarse a aprovechar el agua fresca del pilón junto a la Virgen de los Navazos.
La encrucijada de caminos
al pie de Cabeza Reina nos permite
varias opciones, pero hoy nos queremos acercar a otro enclave conocido, el Cristo del Cheli.
Misma situación de antes, camino removido, polvoriento e irregular,
que te hace echar de menos cuando el camino era “más natural”.
Cristo del Cheli |
Fotito de recuerdo y descenso
habilidoso por sendero muy estrecho, perdiendo toda la altura tomada para
volver a salir junto a los primeros chalets de La Estación. En los tramos finales, la vegetación ha crecido más de
lo esperado, cierra el paso y me engancha el manillar: Giro inesperado y me voy
al suelo con fuerte y doloroso golpe en las costillas. (Cuando escribo estas palabras, agradezco que solo haya quedado resentido
por el golpe)
Poco más adelante, circunstancia
parecida para Paco pero sale más airoso de la situación y antes de coger pista,
es Daniel el que detiene la marcha por un reventón. No le falta ayuda. Los demás esperamos pacientes.
Rodamos por encima de La Estación de El Espinar, paralelos y
por encima del Río Moros y de las
instalaciones de La Panera, desde
donde nos llega el ruido del bullir de domingueros y el aroma de las primeras
parrillas listas para el desayuno.
Tres kilómetros de Camino removido, polvoriento e irregular que
no ayuda cuando tienes que atacar unos duros repechos que hay que superar. Todos
lo intentamos pero con desigual fortuna. Las ruedas patinan o se hunden en el
polvo.
Al final de este camino ya
tenemos a la vista el aparcamiento de La
Panera y Juan se ha adelantado con fuerza en un terreno especialmente
complicado. Cuando llego a su altura, le encuentro de pie, sucio y aturdido… su
bicicleta en el suelo. Está claro que ha tenido una caída, una dura caída y se
queja de las costillas, de una pierna y de la fatalidad que ha tenido.
Juan es muy fuerte, ha
afrontado otras caídas sin apenas queja y en esta ocasión nos preocupa
sobremanera, no hay nada más que verle la cara.
Se repone y hace el
esfuerzo para llegar en ascenso hasta las Casas
de las Campanillas. Se le nota que va mal, pero nos anima a seguir. Ahora
tenemos tres kilómetros muy llevaderos entre pinos.
Nos desviamos a la derecha
y nuestro siguiente objetivo es el Cerro
Asperillas. ¡Alfonso!, ¡Alfonso!... es Quique Carboneras que se encontraba
por la zona y se anima, después de los saludos, a acompañarnos durante parte del camino.
Tres tramos que se van
endureciendo pero se superan sin problemas. Juan parece aguantar. Arriba en el
Cerro se deja ver el sol, en un día que ha estado especialmente nublado e
incluso llegó a caernos algunas gotas de lluvia.
Días atrás preocupados por
su rodilla izquierda, pero a Ferluy se le nota totalmente recuperado y su
alegría, la de todos, se transmite en que no pierde la cabeza en la mayor parte
del recorrido.
Descenso hasta el Arroyo de las Mesas que obliga a hacer
uso de las tijas telescópicas o a echar el culo muy atrás, y después a disfrutar
de senderos.
Sí, estamos de nuevo en la
puerta de Campanillas, y nos
abandonan Daniel y Dani, que tienen compromisos familiares.
Quiero enseñar a mis
compañeros (algunos como Toño aún no lo
conocían, a pesar de que la Madrid-Segovia pasó muy cerquita)
el destruido chozo y la Fuente de Majada Pericón. A estas alturas del verano apenas cae alguna gota de su caño, pero
la bañera está llena y dispuesta para el ganado.
¡Señores! Son las 12,30…
momento de tomar decisión. Aún me quedan variantes en la manga, pero
algunos compañeros prefieren tomar la opción de ascender por el Camino del Arcipreste hacia el Alto del León. ¡Sin problema!
Grupo A hacia el Alto, grupo B
(con justos de hora, doloridos y con
piernas ya en su punto) en descenso por variante, sucia de ramas sueltas,
hacia Gudillos y Restaurante Las Farolas donde ¡ay
amigo!, Santi nos invita a los presentes a la primera ronda por su
Santo-Cumpleaños. Se nos unen Fernando y Jorge, que salieron a rodar “sin
madrugar tanto”.
Dos rondas, pero cuando ya
partimos (Juan más dolorido por quedarse
frío) llega el grupo A después
de haber alcanzado su objetivo y con caras de satisfacción.
Nota: El parte médico
informa de fuerte contusión pero sin fractura. Le dolerá a Juan unos días, pero
le tendremos pronto con nosotros.
... Y el sábado, también estuvieron:
Ruta bonita, aunque un poco accidentada por lo que leo.
ResponderEliminarEspero y deseo pronta recuperación a los lesionados.
A la semana que viene me marcho de vacaciones.Me imagino que podré seguir vuestras aventuras,pero si fallo, no es porque os deje sino porque tal vez no pueda.
Un beso para todo el equipo de AlfonsoyAmigos.
Charo.