Ruta rara, rara, muy rara
Como
es habitual al referirnos a muchas localidades ahora madrileñas, Miraflores
de la Sierra fue fundada a finales del siglo XIII, en tiempos de Alfonso X
el Sabio, por pobladores segovianos, pero bajo el nombre de Porquerizas
de la Sierra.
La
leyenda nos cuenta que Isabel de Borbón, al contemplar el bello municipio de
camino a El Paular, consideró que su nombre era inapropiado y lo rebautizó con
el actual de Miraflores de la Sierra.
La
mañana es agradable en un día muy claro, ideal para la ruta que nos proponemos,
pero… antes del encuentro, un par de llamadas y algún mensaje: Hay
retrasos en la llegada a la cita.
Junto
al edificio de la antigua estación de tren nos acabaremos encontrando: Andrés,
Ángel, Enrique, Fer, Luis Ángel, Pawel, Samuel, Santi y Alfonso... hoy, unos con más ánimo que otros.
Damos
las primeras pedaladas en ascenso por la empedrada calle de la Estación,
pasando junto a la plaza de toros. Después,
por en medio del pueblo para buscar salida cerca de la fuente de Los Lobos,
cruzar puente sobre el río Guadalix y encontrarnos con la monumental fuente
de la Villa (1970).
De
momento vamos bien de agua y evitamos detenernos para la foto habitual con la
intención de ir recuperando tiempo. Enfrente,
un poco más abajo, el área recreativa de la Fuente del Cura.
No lo puedo remediar, os dejo enlace de ruta que hicimos por esta zona en Noviembre de 2015. MTB al Puerto de la Morcuera desde Miraflores. Muchas cosas han cambiado.
Unos
compañeros siguen adelante mientras otros nos quedamos con Enrique, que empieza
a tener problemas con el sistema de bloqueo de su bici. En
otras ocasiones nos hemos detenido para reagrupar junto al desvío que llega
desde la Capilla de San Blas, antes de adentrarnos ya en zona de pinares,
pero hoy no habrá parada.
Nos
espera una larga subida de casi 5 kms por pista forestal, donde dejaremos atrás
el desvío hacia la Hoya de San Blas. Cuando
el pinar empieza a despejarse queda a la vista un hayedo falto de hojas y de
color, pero sí podemos ver las copas de muchos árboles plagadas de nidos de
orugas. Abajo,
a la derecha, el valle y el embalse de Miraflores (1975)
Ahora,
un par de kilómetros duros por carretera hasta el Puerto de la Morcuera,
a 1776 m según mapas y a 1796 m según señalización fija. A
punto de coronar, el viento se hace más frío y nos ataca de frente con fuerza. En la
edad media, el mayor peligro en estas tierras era pillar una pulmonía, pero hoy
no se va a dar el caso.
Alguno llega a esperar tumbado la llegada de los compañeros. La cámara
capta alguna foto de recuerdo y Luis Ángel no se quiere perder las suyas, pero
hoy nadie propone hacer una grupal. ¡Vámonos,
que aquí hace frío!
Descendemos
rápido por carretera por la ladera norte hacia la fuente Cossío (1932),
en el término de Rascafría, con vistas al macizo de Pañalara, pero pasamos de largo, hoy tampoco hay foto de recuerdo.
Nos
detenemos al inicio de pista forestal que conduce hacia el Collado del
Hontanar y los Altos de la Morcuera… pero Enrique sigue teniendo
problemas con el bloqueo e intenta solucionarlo de nuevo con la ayuda de Pawel
mientras algunos compañeros emprenden la marcha. Al
realizar el montaje de las piezas detecta que ha extraviado una pequeña tapa, seguramente
olvidada en el Puerto.
Decide
electrificarse y regresar en busca del objeto perdido, pero volverá sin haber
dado con el. Los minutos van pasando.
Hoy
teníamos intención de alcanzar el Alto Perdiguera (1865 m), la antena y
el geodésico en El Marraz, pero está claro que el tiempo se nos ha
echado encima y aún queda un regreso complicado. No
hay más remedio que meter la tijera, algo más de 7 kilómetros no exentos de dificultad, que nos
hubieran llevado bastante tiempo de recorrido pero a disfrutar de bellos paisajes.
Avanzamos en rápido descenso por el pinar de Canencia hacia la fuente del Hornillo y algo más adelante la fuente de La Raja nos indica que hemos llegado al Puerto de Canencia (1503 m), donde encontramos bastantes andarines y ciclistas, de carretera y de montaña.
Juntos
y con precaución nos desviamos por la izquierda hacia la fuente de los Tejos
y el Collado Hermoso, para coger sendero revirado y divertido que en
muchos tramos se convertirá en trialera pedregosa y complicada, pero que
logramos superar con habilidad y con la adrenalina a flor de piel.
Nos
detenemos para reagrupar donde el camino lo permite y esperamos un buen rato la
llegada de Andrés, que se empeña en no cargar con walkie. Una
llamada suya nos dirá que se ha equivocado sin solución en un desvío. Atajará
y acabará llegando antes que nosotros a los coches.
Seguimos
descenso ya más fácil hasta cruce con la M-610 y desde aquí, pistas y senderos
rápidos, divertidos, los últimos 7 kms antes de llegar de nuevo a la estación
de Miraflores.
Retrasos, demoras, averías, extravíos… y la ruta completa anotada en la agenda para próxima ocasión. Una ruta rara, rara, muy rara.
No siempre se puede cuadrar todo pero aún así siempre es un placer rodar por esa zona! Nos veremos en próximas ocasiones ☺️☺️
ResponderEliminarEmpezamos en una población, como tantas en la comunidad de Madrid, con origen segoviano y de Segovia vienen con retraso anticipando una ruta que pareció caótica. A pesar de todo lo descrito, a mí me gustó, es bonita y deportivamente tiene exigencia. Muy buen día, quizá demasiado.
ResponderEliminarYo me divertí.
Y al repasar las peripecias, hacé parecer que fue caótica pero, terminó bien. Luego el caos es otra forma de orden...
Buena crónica.
Sed Felices Un abrazo.
Esta ruta aunque inconclusa en esta ocasión, como nos recordaste Alfonso, ya la hicimos hace 6 años?!! En fin el tiempo pasa volando y para mi memora no había pasado tanto tiempo. Al poco me di cuenta que tan solo hacía 2 meses (ver ruta del día 12 de Febrero) habíamos recorrido parte de la ruta del Domingo. Es lo que pasa cuando nos dejamos llevar por tan magníficos directores de ruta, solo se trata de seguir el rastro, aunque alguna vez que otra alguno terminemos extraviados y luego encontrados para mayor alegría de todos.
ResponderEliminarLa subida por la pista forestal al puerto de la Morcuera nunca defrauda y ese final en contra del viento se hizo duro. Luego fue disfrutar para bajar hasta el de Canencia, incluso las trialeras llenas de pedrolos sin romper nada, también se disfrutaron.
Pasad buena semana.