domingo, 27 de febrero de 2022

AlfonsoyAmigos, déjà vu en Villanueva del Pardillo

 

Déjà vu

Con el mismo ánimo de semanas atrás, volvemos a realizar convocatoria que nos acerca hasta la localidad de Villanueva del Pardillo.


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Basta con echar un vistazo alrededor para comprobar que no tenemos cerca grandes puertos de montaña, ni picos nevados, así que si queremos acumular desnivel ya sabemos lo que nos toca: Subir y bajar.


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Pero que no nos pase como la vez anterior. Lo primero, comprobar que no hay señalizaciones, carteles o cintas colgadas de las ramas de los árboles y por supuesto, que no se escuchan cerca los ladridos de ninguna jauría de perros, pero…

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Dispuestos a intentarlo de nuevo y confiando en que la lluvia de las últimas horas no haya embarrado el terreno, aparecemos: Ángel, Enrique, Juan, Luis Ángel, Pawel, Rafa, Rafael y Alfonso.


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Un suave chirimiri nos ha dado la bienvenida mientras cruzábamos abrazos, pero pronto ha desistido al ver que no nos echaba para atrás. Sin embargo, los cielos se han mantenido cubiertos de nubes hasta bien avanzada la mañana. Más tarde se agradecerá que así sea.


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Arrancamos por el camino de Retamar, hasta coger el trazado de la canalización de las aguas del Embalse de Valmayor hacia Majadahonda. Apenas tres kilómetros de fácil rodar hasta que la vereda del Madroñal empieza a coger desnivel y nos obliga al primer esfuerzo para tomar altura antes de nivelar. Pronto hemos entrado en calor.


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En mitad del camino se cruza cinta de color rojo que nos hace temer que estemos de nuevo inmersos en mitad de otra prueba ciclista local. Seguimos adelante, pues a nadie vemos y cumplimos trazado en rápido descenso hasta cruzar el arroyo de los Toconales.


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En este punto, junto al Campo de Ultraligeros, algo nos inquieta. Fue aquí donde hace unas semanas aparecieron por detrás de nosotros y casi dejando estela de luz a su paso, los que marchaban en cabeza de una carrera. Afortunadamente, nada ocurre en esta ocasión y proseguimos camino. El ascenso es largo, tanto que le da tiempo a cambiar de nombre: Colada de la Venta de San Antonio y Camino de los Toconales… o tal vez comparten titularidad sin demostrarse celos.


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Tres kilómetros de subida constante y al llegar al alto del cerro, allá donde nos vimos obligados a recortar, nos agrupamos y esta vez sí cogemos el trazado original por la izquierda. Estamos en paraje donde nacen varios pequeños arroyos que discurren ladera abajo y se nota porque el terreno aparece más húmedo.


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Cuatro kilómetros en rápido descenso por el Cordel de la Espernada y la Colada de Cabeza Aguda, hasta llegar al Río Aulencia, que nos vemos obligados a vadear dando pedales. Si había puente cerca nosotros no lo vimos. Quedaros con la imagen, que vamos a regresar. 





El Camino del Carrizal nos va a acercar en ascenso y bordeando zonas urbanizadas hacia la localidad de Valdemorillo, en la llamada rampa de la Sierra de Guadarrama, al pie de un Embalse de Valmayor que tantas veces hemos visitado. Una zona de falsos llanos, toboganes engañosos, campos que cambian de color, unos aparentemente secos y arcillosos y otros desbordantes de espléndido color verde.


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¿Es aquí? Sí, creo que es aquí donde se nos pone por delante una larga rampa, dura rampa, que esconde tras una curva su verdadera trampa, una pared que a la vista se antoja vertical e inalcanzable. Enrique nos dice que ha llegado a ver un 24% de desnivel en su GPS y el análisis del IBP confirmará más tarde que hemos tenido varios tramos con una media del 22%, del 21%, del 20% y del 19% a lo largo de la ruta.


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Increíble comprobar la fortaleza y el pundonor de mis compañeros, de cuyas bocas no parte ni una queja.


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Nuevas cintas aparecen en el recorrido e incluso Luis Ángel y Rafa aceptan gustosos unos plátanos que les ofrecen en un punto de avituallamiento, pero aún no hemos visto a los ciclistas que participan en el Rally de los Embalses.


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Por el Camino del Capitán cumplimos orden de completar nuevo ascenso para inmediatamente coger el descenso más largo y donde, ahora sí, nos cruzaremos con los más rezagados de la prueba, que vemos sufrir y sudar por el esfuerzo y por ir, craso error, demasiado abrigados. Seguro que alguno habrá dudado en ese instante en darse la vuelta con nosotros.


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La bajada nos lleva de nuevo hasta las orillas del Río Aulencia y en esta ocasión, en lugar de cruzar por terreno antes explorado, me atrevo por mitad del río y me hundo hasta casi las rodillas, pero logro pasar. Buena prueba para comprobar la estanqueidad de la bici eléctrica.


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¿Os acordáis de los 4 kilómetros que hicimos en rápido descenso? Pues a alguna mente maquiavélica se le ha ocurrido que ahora debemos conocer el tramo en sentido contrario y allá vamos. Cada uno ha cogido el ritmo más apropiado y ha elegido su “pareja de baile”.


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Déjà vu


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Estamos de nuevo en el cerro de las discordias y de los recortes pero esta vez acabamos de añadir a la ruta casi 24 kilómetros más que en la anterior ocasión. No hay queja, no hay dolor.


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Nuevas bajadas por sendero de recorrido peraltado que invita a coger velocidad y donde casi disfrutan las bicicletas tanto como nosotros. Corto ascenso a cerro, bajada con precaución por las profundas cárcavas que encontramos y desvío hacia divertido recorrido. Un tramo diferente a todo lo demás, siguiendo el cauce del Arroyo de la Teja por la Colada del Camino del Pardillo (no miro a nadie), por sendero zigzagueante y a tramos complicado de superar, pero en bello entorno.


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Rafael avisa de que empieza a sufrir algún calambre, pero aguanta como un jabato y más al decirle que ya “casi” es todo bajada. Desde lo alto del Cerro del Mueble nos llega el siguiente descenso rápido por la Colada del Cerro del Burro, que nos lleva a pasar junto a los restos del pozo maestro de la mina “Antigua Pilar” y ojo de nuevo al descenso pues las cárcavas acampan a sus anchas.


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Al acabar el descenso, se produce reagrupamiento, aparecen las sonrisas más amplias y los cielos se despejan de nubes. El orgullo de Rafael es patente a pesar de su cansancio.

Que te haga más fuerte, pero que no te quite las ganas de regresar


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Vamos muy bien de hora y ya podemos recorrer tranquilos los últimos kilómetros, es un decir, pues dejamos aflorar en rápido llaneo los efectos de una adrenalina que circula desbocada a flor de piel.


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En una terraza tranquila, al solecito, satisfechos de la ruta realizada, las cervezas saben mejor. 

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2 comentarios:

  1. Que rutita! Creo que hemos acertado al repetir-completar está ruta pues si la hubiéramos completado en la jornada de su primer intento, recordemos que fue a mediados de Febrero, seguro que la habríamos terminado pero con la temperatura inusual para 13 de Febrero por calor, la sudada hubiera sido tremenda.
    Porque es un rompe piernas, no de toboganes, sino de subidas con porcentajes superiores al 9 o 10% de media, en algún momento llegando al 22% y bajadas rápidas y, aunque por pistas anchas la combinación de arena, barro y agua aderezado con piedras de diferentes calibres hacia que la concentración fuera máxima.
    También veredas y cruce de arroyos con agua apesar de la falta de lluvias.
    En difinitiva buenísima para coger fondo y si llevas entrenador personal, magnifico.

    Terminamos contentos y nos dio tiempo de sentarnos con un refresco y comentar aspectos del trazado y de la buena temperatura, ideal en toda la mañana.
    En la crónica se aprecia bien y en las fotos, mejor todavía!

    Gracias por estar ahí

    Sed felices Un abrazo.

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  2. Ruta completada de aquella que tuvimos que acortar hace 20 dias.
    Sufrimiento maquiavélico en mas de una subida, y alguna con el 23%!!!
    Pulsaciones máximas.

    Gran mañana de bici con una buenísima dosis de entrenamiento.
    No hay mas que ver el nivel anaerobico de hoy, posiblemente el mas alto de lo que llevamos de temporada. Y como siempre, lo mejor de la mañana, mis amigos.

    Ahora toca descansar de este pedazo de ruta, y hay que descansar porque el domingo que viene esta…..cada vez mas cerca.

    Un abrazo para todos y buena semana.

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