AlfonsoyAmigos por tierras de la Mesta

 

Hoy nos trae AlfonsoyAmigos por los caminos y senderos de la tierra de la Mesta

Un gremio que data de la edad media, creado en 1273 por Alfonso X el Sabio (¿¿Quizás antecesor de nuestro Alfonso?? Quién sabe…) que reunía, no a ciclistas, pero a pastores de Castilla y León y que les daba muchos privilegios como eximirlos de servicio militar, de testificar en los juicios y derechos de pasos y pastoreo. 

 Crónica: Patrick

En la localidad segoviana de Villacastín, me cuenta nuestro amigo Ángel “El Sabio”, se guardaba el tesoro de la Mesta que permitía entre otras cosas mantener las vías pecuarias e indemnizar a los agricultores cuyos campos y cosechas habían sido dañados por el paso de los rebaños de ovejas. También en Villacastín había varios estanques de agua para lavar la lana y donde más de un mozo pasó apuros al querer darse un baño… ¡Pero esto es otra historia!

Hoy nuestro gremio de pastores se compone de 9 ciclistas que se reúnen en Villacastín listos para afrontar los históricos caminos de la Mesta. Hace frío, pero hoy hace sol y de momento solo sopla un poco de viento. Aquí están Andrés, Ángel, Enrique, Fer, Juan Patricio, Luis Ángel, Nacho, Pawel y Patrick.

Finalmente salimos por el Este de Villacastín rodeando los estanques de limpieza de lana y cogemos la vereda de Cañada Verde que discurre entre paramos desolados sin apenas vegetación y batidos por un viento suave pero constante que siempre nos acompañará.

Delante de nosotros la Sierra de Ojos-Albos con sus molinos de viento que tales gigantes vigilan nuestra progresión hasta la Ermita del Cubillo donde en muchas otras ocasiones visitamos e incluso nos resguardamos y tomamos un café para entrar en calor un día de heladas.

Dejamos la ermita y volvemos dirección norte para volver a atisbar el campanario de Villacastín, pero nos desviamos al oeste siguiendo la autopista para más adelante cruzarla por debajo y adentrarnos en una zona de chaparral. Seguimos sendas estrechas y bajamos poco a poco hacia el Río Cardeñas que vadeamos sin problema. Ahora nos toca la dura subida del “Chololo” que nos pone a prueba y nos acerca por momentos a una cárcava… ¡Mejor no resbalarse!

Después de otra bajada nos espera de frente una subida larga y tendida con roderas profundas en el medio que nos obliga a elegir: Lado sombra con zonas heladas o lado sol con zonas embarradas. Cada uno elige el que más le convence y finalmente llegamos arriba.

Un brusco giro al Este y otra vez nos dirigimos a Villacastín, esta vez por pista ancha y rápida que permite dar pedales, aunque el viento constante nos obliga a gastar más energía. Sin llegar a tocar el pueblo, nos volvemos a desviar al Norte para coger pistas en dirección a los pinares de Marugán.

Las paradas son cortas debido al viento y una vez entramos en el pinar ya nos da tregua. Las pistas son rápidas y llegamos casi a las afueras del pueblo, sin llegar a pisarlo. Es hora de volver y después de dar varios cambios de direcciones dentro del pinar enfilamos pista dirección Sur para volver a nuestro punto de partida.

A la salida del Pinar, el viento nos da la bienvenida y nos pegará de frente en los últimos kilómetros que acaban por gastar las últimas reservas de energía. Unos túneles nos permiten cruzar la nacional y finalmente entramos en el pueblo después de una ruta de pastoreo de 65 kilómetros.