domingo, 31 de enero de 2021

Embalses Puentes Viejas, El Villar y El Atazar con AlfonsoyAmigos

 

El domingo es para descansar, sí, pero después de la ruta con AlfonsoyAmigos


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Por culpa del coronavirus y su alto índice de contagio, ya nos resulta sobradamente complicado encontrar destino para una nueva convocatoria y encima tenemos que bregar con fuertes temporales que empujan la lluvia de acá para allá impidiendo que se realice una predicción coherente.


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Pues nada, ¡qué se le va a hacer!, se fija un destino y los afortunados que podemos allá que vamos a afrontar lo que haya que afrontar, salvo que te quieras quedar en casa y acabar lamentándolo el resto del día. Además, más vale aprovechar, que nadie sabe qué panorama habrá la semana próxima.


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En la localidad de El Berrueco, a orillas del embalse del Atazar y a la hora prevista aparecemos: Ángel, Enrique, Miguel Ángel, Rafa y Alfonso.


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Lo cierto es que la mañana está muy desapacible, con un fuerte viento que provoca sensación térmica muy baja y además parece que comienza a caer un ligero chirimiri. Rafa, que ha llegado el primero, hace dos amagos de sacar su bici del coche, pero va a ser que no tiene dolores en la espalda y cierto malestar. Duda y re que te duda, pero finalmente decide desistir, despedirse de nosotros y regresar a casa. ¡Mejórate Rafa!


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Ya sobre las bicis nos alejamos y perdemos de vista el Embalse del Atazar  para rodar hacia las localidades de Sieteiglesias (¿por qué le pondrían este nombre?) Navas de Buitrago y Mangirón y avanzar hacia el curso medio del río Lozoya al encuentro del embalse de Puentes Viejas.


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El viento se ha calmado, no hay lluvia y recorremos vías pecuarias a buen ritmo a pesar de la gran cantidad de agua que encontramos por el camino. Encantador el paisaje, la hierba alta, las vacas curiosas e incluso una llega a decirme: “Espera, que yo también quiero salir en la foto”. No lo puedo remediar, un recuerdo en ese instante para Luis Ángel.


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A la salida de Mangirón, restos de una antigua cantera, estamos en la zona más oriental del Macizo Granítico de La Cabrera, pero algún guarro, que los hay en todas partes, ha utilizado el lugar como vertedero para abandonar varias máquinas de escribir, una hasta con carrito, del estilo a las Hispano Olivetti. ¡Señor, señor!


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Se escuchan muy claros varios tiros de escopeta, audibles por su cercanía y por el eco que provocan, la verdad es que intimida y cuando nos disponemos a atravesar varias fincas de libre paso, se nos advierte amablemente que no es recomendable seguir adelante, pues en toda la zona está decretada montería. Por si teníamos poco con lo que lidiar.


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Enrique, que ya sabemos cómo maneja el GPS y que además no necesita ponerse gafas, estudia y localiza variante que nos obligará a dar gran rodeo sobre el trazado previsto, pero no hay otra solución.


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Senderillo por aquí, senderillo por allá tralará lalá y algún pequeño extravío que otro por terreno que se va complicando a marchar forzadas. En el track se ven claramente varios “voy pa na y vuelvo” que en próxima ocasión se procurarán evitar.


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Se diría que por esta zona ha llovido más que por otras, el terreno se va volviendo más pesado, mientras en el valle ya se escucha con claridad el eco de estruendo de agua escapando de la presa del embalse de Puentes Viejas  (1939), que se construyó porque el embalse de El Villar  (que vamos a visitar más tarde) ya no resultaba suficiente para abastecer a la Capital.


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Curioso, un semáforo en rojo detiene nuestra marcha por un buen rato antes de acceder a la pantalla y quedar sorprendidos con lo que vemos y oímos: Sonido atronador y el agua escapando libre de la presa provocando una gran nube. Todos queremos una foto, todos queremos un recuerdo.


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Nuestro próximo mini-extravío al llegar al bonito pueblo de Paredes de Buitrago, donde no alcanzaremos a ver un alma por las calles. Y a partir de aquí unos siete kilómetros por sendas más que senderos, que se pierden en medio de dehesas por las que el avance resulta bastante duro, pero siempre en un entorno de belleza y con las vacas animando nuestra marcha.


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Ya estamos en recorrido de retorno y nuestra marcha nos lleva hasta las localidades de Serrada de la Fuente y su iglesia de San Andrés Apóstol (un recuerdo amigo Andrés), Berzosa del Lozoya y Robledillo de la Jara que, contado así, parece un paseo dominguero pero que se aleja bastante de la realidad.


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Más o menos paralelos a las carreteras principales discurren sendas pecuarias con trazados caprichosos que obligan, una y otra vez, a perder bastante desnivel, vadear algún arroyo cabreado y volver a tomar altura mientras resbalas por no se sabe muy bien si es barro, excremento de vacas o una mezcla batida de ambas para conseguir la masa más pegajosa posible. Afortunadamente esta mezcla no queda adherida a las ruedas, pero te agarra con más cariño del deseado.


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Desde Robledillo tenemos un tramo por carretera que parece que no se puede evitar, como tampoco podemos evitar que el aire se tome la revancha de haber estado tranquilo toda la mañana. Y así llegamos a El Villar, cogemos desvío y nos vamos directamente hacia la presa.


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Desde un alto de vistas privilegiadas ya podemos ver el embalse de El Villar (1873), en el curso bajo del río Lozoya, en la Sierra de Guadarrama, el más antiguo en funcionamiento de toda la región. Sus aguas proveen de agua potable a Madrid.


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Cuentan, que en el fondo de cada embalse hay un pueblo fantasma (más de 500 en España), también en éste llamado El Villar y puede que desde el fondo observe el mismo espectáculo que nos deja a nosotros sorprendidos.


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Como si estuviéramos en medio de una tormenta de truenos, remolinos y nubes de agua que intenta escapar feroz de su cautiverio, como si el rey Neptuno, dios de las aguas del mar, de los ríos y de las fuentes, hubiera cogido algún cabreo monumental con los humanos y quisiera demostrar su poderío y a fe que lo consigue.


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Las fotos no serán suficientes para reflejar lo que hemos tenido el privilegio de ver en directo, que se ha merecido sobradamente todo el esfuerzo que hemos realizado hoy.


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Absortos en el espectáculo, Enrique tiene que avisar por los walkies que debemos arrancar, que no hemos traído bocadillos. Y todavía asombrados retomamos la marcha, cogiendo un tramo de la Senda del Genaro y muchos tramos del Carril del Villar, zigzagueantes, divertidos, sobre las canalizaciones del Canal de Isabel II, a tramos maltrechos por los efectos de una Filomena que en todas partes ha dejado huella.


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Últimos kilómetros más complicados, pedregosos y resbaladizos al acercarnos a El Berrueco, haciendo caso omiso del cansancio acumulado en las piernas, Miguel Ángel con una rodilla maltrecha, pero la adrenalina ya puede con todo.


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Enorme satisfacción al llegar a los coches. Miguel Ángel comenta: “Pensaba que iba a ser una ruta más, pero se ha convertido en una ruta épica”.


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Sí amigos, ruta muy dura, pero espectacular por todas las circunstancias que han coincidido. Un orgullo haberla podido compartir con vosotros.



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7 comentarios:

  1. Estuve por la zona y me pareció veros. Yo bajaba en coche a la presa y subiais vosotros. Me pareciste tú por el bigote. Francisco Valiente.

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  2. Hay que aprovechar las oportunidades de rodar, porque ¿quién sabe si el domingo podremos?
    Seguimos investigando nuevas zonas. Esta ruta por cierto con abundantes fuentes en su recorrido. El barro se agarraba en las cuestas pero bueno, es lo que tocaba. Descubrimos un final más divertido para evitar el cuestón de El Berrueco y que pasase a ser cuestón pero en trialera, que siempre parece que duele menos.
    Un gusto ver los embalses rebosando intentando llenar a esa enormidad que es el Atazar, se está preparando para cuando podamos juntarnos todos y disfrutar de estas sendas.
    Se os hecha de menos amigos.
    Un fuerte abrazo.

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  3. Alfonso lo ha resumido muy bien con la frase " ..el privilegio de ver en directo, que se ha merecido sobradamente todo el esfuerzo que hemos realizado hoy".
    Ruta dura, no por el perfil ascendido, sino por la dureza climatólogica de toda índole que nos ha caido, menos lava, de todo.

    Pero como dice Enrique, hay que estar agradecidos por poder seguir saliendo por algun sitio, y la verdad es que esta zona de la Sierra Norte de Madrid, a mi cada dia me gusta más. Mucho a investigar por ahí.

    Que buenas fotos han salido Alfonso ¡

    seguimos ¡¡ Grande AyA

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  4. Tiene premio si alguno descubre foto en la que Enrique no marche en cabeza. Se está quedando como una raspa.

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  5. Seguimos echando de menos a muchos compañeros, solo fuimos cuatro, casi soledad.

    Rafa no quiso iniciar la ruta por una molestias en la espalda, creo que acertó pues hubo un enano qué salía del barro y agarraba la rueda de atrás, multiplicando el esfuerzo y el viento también nos azotaba de lo lindo.
    Pero, tuvimos momentos de buen ciclismo y el espectáculo de los saltos de agua, Niágara parecía, en pequeño.

    Espero que el Domingo cada vez más cerca y podamos juntarnos-separados
    Y disfrutar de otra ruta espectacular, aunque sea parecida, repetida.. pero seguir pedaleando.


    Cracias por estar ahí. Sed Felices.

    Un abrazo.

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  6. Muy buena ruta amigos por lo que contáis y lo que se aprecia en las fotos. Cuando se puedan hacer habrá que repetirlas todos juntos... ya nos queda menos.

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