Fue escuchar el nombre, Filomena, y lo primero que me vino a la mente fue la imagen de una tierna anciana
La mente de cada
uno es extraña y particular, además de libre de hacer por su cuenta cualquier
asociación.
El coronavirus
sigue acampando a sus anchas por toda la península. Sin embargo, no hemos
estado dispuestos a dejar de ver las luces navideñas y mucho menos a quedarnos en casa y renunciar
al reclamo de rebajas extraordinarias.
El gobierno nacional y los autonómicos piden contención, aconsejan evitar desplazamientos, limitar las reuniones… pero nada de nada. OJO, que además del coronavirus nos llega la Gran Tormenta, con temperaturas extremas, nieve en abundancia, lluvias arrasadoras y heladas de récord, pero…
Ayer viernes
nevaba, sí. Había algunas carreteras cortadas, sí. Y nosotros, la gran mayoría de españoles, seguimos pensando que "nos
avisan para curarse en salud” y no va a ser para tanto, que al día siguiente
mejorará.
AlfonsoyAmigos, como españoles de pro, como optimistas por
naturaleza, acostumbrados a afrontar mil
y una adversidades, el viernes seguimos sin descartar la posibilidad de llegar a realizar
una ruta más el próximo domingo.
Llega el sábado y
se cumplen los pronósticos. Centímetros y centímetros de nieve
acumulada en las calles, sobre los coches, en las ventanas… Nadie se ha atrevido a salir a la calle si no es cargado con una pala y
los chupitos de hielo que se han formado dan muestra de las bajas temperaturas
que aguardan fuera de casa.
Nos dicen ahora en
la televisión que esta situación va a durar todavía varios días, los servicios
de emergencia trabajando a destajo… y aún nos resistimos a creerlo.
Mientras tanto, la
anciana, a modo de la “vieja del visillo” se asoma a su ventana y nos observa mostrando una
extraña sonrisa.
Prácticamente
todos confinados en casa. Lo que no han conseguido
los avisos de los gobiernos, lo que no ha logrado el miedo al coronavirus… va y lo consigue
FILOMENA.
¡¡OJALÁ QUE SE CUMPLA EL REFRÁN!!
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