Pero ¿qué ha pasado?
¿No me digáis que os ha llovido? ¿Alguna caída?
Peor,
ha sido como ir al parque de atracciones y perder a los niños en medio del
gentío.
Retrocedamos
en el tiempo un par de días, cuando se lanza convocatoria para la siguiente ruta,
aquella que ya habíamos comentado el domingo anterior y que pretendía asegurar
la asistencia de la mayoría.
A la
convocatoria le acompaña, como en muchas otras ocasiones, el track que se propone pero, por error mío, el que acaba publicado muestra la ruta circular completa pero
realizada en sentido contrario al que hoy se pretende.
Hemos
acudido a la cita: Andrés, Ángel, Enrique, Fer, Juan,
Luis Ángel, Pawel, Rafa, Santi y Alfonso.
Ruta
sobradamente conocida por todos, pero a más de uno le gusta apoyarse en el GPS
para saber los desniveles que tiene por delante... Andrés
y Juan me preguntan y les indico que realizaremos ruta en sentido antihorario,
asienten y parten para ir adelantando.
El
resto del grupo arranca unos minutos más tarde, pero me retraso en la salida
esperando a rezagado y no llego a tiempo de darles aviso. Han avanzado
y sobrepasado el Collado del Campuzano, donde se debería haber cogido
variante, y están siguiendo fielmente lo marcado en el GPS, es decir, sentido
horario. Puff!! Allá
vamos.
Increíble
pero cierto, no logro comunicar por walkie con Juan y el teléfono está sin
cobertura… Sólo me queda la esperanza de que Juan también
se haya fijado en el trazado del GPS y marchen por delante nuestro.
Unos
en la ladera contraria, otros por delante y algún otro por detrás algo descolgado.
Me parece
avanzar por tierra de nadie mientras mi cabeza sigue pensando en Andrés y Juan.
A
algún compañero de los que marchan en cabeza ya no les volveré a ver durante el resto de
la ruta. El tiempo que se va a emplear en el recorrido
y la hora de regreso les agobia, tanto que Ángel no llegará a realizar la
subida a La Nava y Enrique reconocerá haber subido y regresado a los coches con
más rapidez de la habitual y únicamente con alguna breve parada.
Cuando
“la pareja” ya han superado Canto Cochino y ruedan junto al puente del arroyo
de la Umbría de la Garganta logramos comunicar. Seguirán
adelante para intentar encuentro en la zona de Las Losillas, antes de
iniciar ascenso a La Nava, pero su recorrido es más corto que el nuestro y
acaso menos duro.
En el
Collado de los Pastores (1748 m) nos encontraremos grupo reducido de
seis y antes de continuar la marcha haremos unas fotos con el Alto de Guarramillas y La Bola del Mundo al fondo.
Algo
más de siete kilómetros de engañoso y duro desnivel para intentar el
reencuentro después de superar el espectacular árbol singular 144 y la fuente
de Las Losillas, pero nuestro gozo en un pozo. Allí
no queda nadie… Como dice la canción, Andrés,
Juan y Enrique optaron por tirar “pa rriba” y Ángel por tirar “pa bajo”.
Paciencia,
que también vamos “pa rriba”, aunque las nubes acaban de cubrir el cielo y
dejan caer algunas gotas de lluvia. Casi
seis kilómetros de ascenso que hay que tomarse con mucha calma, bien en
solitario o aliándote a un buen compañero.
Cuando
apenas nos quedan 2 kms para alcanzar el Alto vemos descender rápido y nos
cruzamos con Enrique, que no detiene su marcha y dice no poder aguardar más. Casi
un hola y adiós y un hasta el domingo que
viene, todo en uno por el mismo precio. Tanto
Ángel como Enrique comunicarán más tarde por WhatsApp que llegaron a tiempo de
cumplir sus compromisos.
En el
Alto de La Nava (1950 m), con más paciencia que el Santo Job, aguardan
Andrés y Juan, que lamentan no haberse llevado en la mochila una baraja de
cartas para echar el rato.
Nos
aguardan casi 22 kms de regreso que vamos a recorrer rápidos como si nos
persiguiera perro rabioso, pero dándonos tiempo a ver las grandes talas de árboles
que han realizado en la zona y que han dejado la pista peligrosa, los numerosos
nidos de orugas que plagan las copas de los árboles y el estado lamentable en
el que se encuentra el río Manzanares, cuyas aguas apenas se dejan oír
como para adormecer a un bebé.
Después
de superar el collado de Quebrantaherraduras, Pawel y yo tomando el
desvío por el camino de inicio y el resto completando el descenso por la pista
hasta la entrada al Parque…, pero ya todos de regreso.
Un recorrido
más que conocido, que entre todos nos hemos empeñado en convertirlo en diferente.
ÚLTIMA HORA (23/05/2023)
Tras la ruta realizada este
pasado domingo, varios compañeros dan cuenta de que han sufrido sarpullidos y
urticaria en aquellas partes del cuerpo que tuvieron expuestas, cara, cuello,
tobillos, a pesar de que como prevención ya acudieron con cullottes largos. Lo
que relacionamos, por la gran cantidad de nidos de orugas procesionarias que pudimos
ver incluso a grandes alturas, con el polvo que el viento pudo arrastrar o
incluso levantaron nuestras propias ruedas de los caminos.
Aconsejamos precaución a los
más sensibles a alergias y a aquellos que acudan a la zona con niños o animales
domésticos.
Después de mi gesta, no pensaba acudir a la cita pero al final fui, estoy de acuerdo contigo Alfonso, totalmente diferente.
ResponderEliminarFer