Podía haber trasnochado este sábado para intentar ser testigo de las estrellas fugaces de las Perseidas, pero el domingo tenía que madrugar
Tras realizar
el “penúltimo” ascenso al Puerto de Pasapán y ofrecer respetos a la Mujer
Muerta, estaba claro que la ruta de este domingo tendría un tono diferente al del domingo pasado.
Al
aparcamiento de Renfe en La Estación de El Espinar y en una mañana muy
tranquila, acudimos: Andrés, Ángel, Enrique, Fer, Jesús,
Juan, Pawel, Santi y Alfonso.
Lo
habitual: Hora de encuentro a las 8,45 horas y puesta en
marcha a las 9,00. Lo que no es tan habitual, es
que Pawel tenga que tirar de track y hacer esfuerzo por alcanzarnos porque,
según él, hemos partido 3 minutos antes de la hora. Raro,
raro, raro.
Fer y
el hoy ausente Nacho, se esforzaron entre semana por recorrer y prepararnos la
ruta que se propone, aunque siempre llega el aviso: “Puede
haber alguna variación”, “Mejor rodar agrupados”.
Pues
nada, allá vamos, dejando atrás las vías del tren y descendiendo por zona de
las Carboneras hacia el puente sobre el río Gudillos, para seguir el
trazado de su cauce y cruzar bajo la AP-61 y después bajo la AP-6.
Se
agradece que la mañana se presente más fresca de lo habitual, pues tendremos un
buen recorrido a cielo descubierto hacia el arroyo de la Tejera y por los
márgenes urbanos de El Espinar antes de llegar a zona de pinares.
El arroyo
Goyato, la casa de las Lanchas (antigua casa vivienda de los
guardas forestales) y avanzamos hacia la cerca de piedra del siempre hermoso
Prado Pinar, que ahora acusa como toda la zona la falta de luvias.
Muy
cerca del puente de Gargantilla nos desviamos de la pista forestal para
tomar el que llamamos “sendero del Aparejador” que tanto nos gusta y que
cogimos en sentido inverso hace un par de semanas.
La fuente
de la Yedra y la de la Virgen de las Nieves quedan por debajo
nuestro antes de alcanzar el arroyo Mayor, que se vadea sin problemas y con
apenas un hilo de agua testimonial. Un
tramo de empuja bike hasta remontar bloque de piedras y coger por la izquierda camino
amplio marcado por máquinas donde antes apenas recorríamos un senderillo.
Avanzamos
por zona de toboganes que se corresponde con la Cañada Real Leonesa. El
camino, muy seco, que aconseja separarte del compañero que va delante para no
tragar polvo y que es muy resbaladizo cuando hay que superar tramos de duro desnivel.
Disfrutando
de nuevos senderos, ahora en bajada, nos acercamos hasta el puente del
Umbrión, por donde se deja caer la poca agua que trae el arroyo de la
Gasca y reconocemos a la derecha el final de bajada que tomamos en otras
ocasiones.
Sí,
seguimos en la Cañada Real Leonesa, de trazado menos definido de lo que
seguramente debiera, para acercarnos hasta las ruinas de la Cerca Montosa.
Nos
acercamos hasta el “pilón”, la fuente de los Aserraderos y nos tomamos
unos minutos de relajo antes de decidir que lo mejor es regresar juntos. Así
que, bajada rápida junto a las puertas y las Casas de las Campanillas
hasta el puente de la Panera y regresar hasta La Estación.
Buena
hora, muy buena hora para tomarnos todos juntos un par de rondas de cervezas
sin alcohol y reírnos como hacía tiempo no me reía.
¡Mejórate, amigo!
Me alegra ver como seguís en "la racha"... un abrazo desde Barcelona.
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