Crónica: Patrich Schoch
Fotografía y edición: Alfonso
Hoy ruta
“bonus” de Alfonsoyamigos, ruta “Especial Semana Santa” fuera del
calendario habitual… Hoy promete ser una ruta diferente y así será.
Nada más
empezar, me asombro ver mucha gente acudir a la cita y sobre todo me alegro ver
muchas caras nuevas que se han apuntado a la ruta.
Desde Bilbao,
viene Carlos que sigue nuestras aventuras en el Blog y aprovechando su viaje
familiar de semana santa a Segovia ha cargado la bici en el coche y se presenta
dispuesto dar pedales con nosotros.
También acude
Rafa el cuñado del compañero Juan-Patricio que le ha prometido un rico potaje
de vigilia si acaba la ruta...
De parte del
amigo Luis Arce vienen dos compañeros suyos, Kike y Nacho, curtidos en mil
batallas y dispuestos a afrontar la cuesta del temible Paredón.
Juan |
También repite
Lolo que se está acostumbrando a nuestras rutas y ya es un asiduo del grupo.
Como representante femenina tenemos a nuestra amiga Belén que ha pasado la
época de fríos hibernando como una marmota (Uyy… nombre vetado!!) acude a la
cita con las pilas cargadas a tope, ya lo demostró en la El Espinar-San Rafael-Madrid y vuelve para
revalidar su título de campeona…
Belén |
Por supuesto
están los habituales que cito en orden de aparición: Juan Patricio, Luis Ángel,
Jorge, Andrés, Juan Platón, Alfonso (que llega “acojonado” por el calor y la
ruta), Chicho, Miguel Ángel, Luis Arce y… Patrick. En total 16 penitentes
dispuestos a sufrir disfrutando en los caminos polvorientos de Madrid.
Después de los saludos y presentaciones es con media hora de retraso
que nos ponemos en marcha y empieza nuestra ruta de aproximación a la sierra de
Hoyo de Manzanares que tendremos que
cruzar para poder llegar a nuestros objetivos: El canal abandonado del Guadarrama, la presa del Gasco y la cuesta
del Paredón… para acabar de estirar estas piernas todavía dormidas.
Patrick, Luis Ángel y Carlos |
Primero
tendremos que pasar por la cañada de las
Merinas, pasando por debajo de la autopista A-6 y seguir por el camino de
la Cal para llegar a la Dehesa de Villalba que rodearemos para después de
callejear un rato por el pueblo, subir la larga cuesta de la finca del avestruz
que como para darnos animo se acerca a la valla extendiendo su largo cuello.
Juan Patricio |
Foto: Chicho |
El equipo de primeros auxilios de AlfonsoyAmigos ya se pone en marcha y
segundos después apósitos, tiritas y esparadrapo tapan las heridas del
compañero que seguirá como uno más hasta el final.
Después de un
corto descanso nos espera una larga bajada hasta el arroyo de Peregrinos que vadeamos para subir entre Jaras y Enebros
hasta la urbanización de la Berzosa.
Nos adentramos
ahora en la zona del Chaparral y
bajamos por una single trail muy divertida hasta el Berzalejos y la mina abandonada de Wolframio de Canto Negro. Yo sigo a duras penas a Belén que salta
rocas y raíces como una gacela… ¡imparable! ¡Nuestros nuevos compañeros de
Bilbao y de Madrid siguen perfectamente el ritmo y demuestran su pericia con la
bici!
Os aviso que
Alfonso se ha cambiado ya de pañuelo y suda mucho, el calor aprieta un poco y
sabemos todos que a él el calor le afecta mucho… Habrá más cambios de pañuelos
os lo aseguro.
Carlos |
Ahora
empezamos a bajar hacia los peñascales y por momentos tenemos que poner pie a
tierra para pasar unas zonas muy complicadas de rocas y escalones, la sombra de
la Marmotada planea pero muy pronto volvemos para disfrutar de unos senderos
rapidos y divertidos.
Llegamos a
vadear el arroyo de Trofa y ya
estamos en los Peñascales que
tendremos que cruzar por asfalto para poder cruzar de nuevo a A-6 por una
pasarela y poder encontrar el canal abandonado del Guadarrama que ya hicimos en sentido inverso en una ruta anterior.
Pronto estamos
serpenteando en fila de a uno entre enebros, Jaras y Encinas encima del muro de
cajeo del canal. Hay que tener cierta pericia para no chocar contra las ramas y
para pasar zonas peraltadas donde el equilibrio es importante.
Después de
unos divertidos kilómetros llegamos a la pista que baja hasta la presa en ruina
del Gasco en el fondo de la garganta
del rio Guadarrama. Bajamos por la
pista estrecha para poder pasear por el muro de la presa que se eleva 53 metros
sobre el fondo del valle.
Obra
impresionante e inacabada donde nos hacemos varias fotos antes de volver a
subir al pinar para coger una estrecha senda que baja por la ladera del valle
hasta las urbanizaciones de Molino de la
Hoz donde nos espera la última parte de nuestra ruta.
Pasado el puente medieval del Retamar que unía
Madrid con El Escorial, nos espera la guinda de la ruta, la subida del Paredón, el proyecto inicial de
carretera de El Escorial que se abandono por la difícil orografía del terreno y
por el derrumbe del muro de contención del camino o “Paredón”.
Juan Carlos |
Es una larga
cuesta de duros repechos y muy roto con piedras sueltas que te hacen derrapar y
te tiran al suelo al mínimo despiste. A mitad de la cuesta tenemos que ayudar a
Rafa que sufre de calambres y tirones y después de un chute de magnesio y
vitaminas le acompañamos a su ritmo para afrontar los últimos repechos.
Los demás
compañeros nos esperan al final de la cuesta y se nota el cansancio y la deshidratación
en varias caras. Menos mal que Galapagar
está cerca y podremos vaciar las neveras del colmado del pueblo para volver a
cargar pilas y acabar el tramo que nos queda.
Juan |
Tramo
accidentado porque Alfonso pincha una vez, Juan le ayuda a reparar y poner
cámara pero la rueda sigue perdiendo aire, flanea y en una bajada técnica
Alfonso se cae al suelo con un fuerte golpe en la rodilla.
Se vuelve a reparar pero el cansancio es notable, ya llevamos más de 50 kilómetros, el calor es fuerte y cuesta bombear aire bajo el sol. Última parada para coger agua fresca en la fuente de la ermita del Cerillo y ya llegamos a Navalquejigo y la cañada que de bajada nos lleva a los coches.
Foto: Chicho |
Se vuelve a reparar pero el cansancio es notable, ya llevamos más de 50 kilómetros, el calor es fuerte y cuesta bombear aire bajo el sol. Última parada para coger agua fresca en la fuente de la ermita del Cerillo y ya llegamos a Navalquejigo y la cañada que de bajada nos lleva a los coches.
Abrazos y
felicitaciones entre los ruteros; Rafa tendrá su prometido potaje de vigilia,
Carlos muy contento volverá a Bilbao dentro de unos días con una aventura que
contar y Nacho y Kike se vuelven polvorientos pero contentos a Madrid. Miguel Ángel
pasara (desgraciadamente) parte de la tarde en urgencias para curarse y
“graparse” las heridas y Belén que casi no ha llegado a romper a sudar ira a
correr por el fresquito pinar de la Garganta para estirar las piernas.
Y ya que fue un viernes de pasión…
ResponderEliminarMateo 22:21:
“Entonces El les dijo: Pues dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios.”
Excelente crónica Patrick. En tu línea, aunque he echado de menos eso toque a lo “cowboy” del que haces gala en otras ocasiones.
Ruta bien dirigida y que ha cumplido las expectativas con la que fue planeada.
Un lujo teneros como compañeros.
Hola a todos, simplemente decir que el domingo me lo pase pipa tanto por la ruta como por la explendida compañía de Alfonso y sus amigos
ResponderEliminarGracias por la acojida, espero veros pronto.
Ya veo que no descansais ni en Semana Santa, me parece muy bien, hay tiempo para todo estando de vacaciones y que mejor manera de disfrutarlas haciendo lo que más os gusta, vuestras bicicletas, un magnífico tiempo y la compañia, aunque para Alfonso este tiempo le hace sufrir.
ResponderEliminarUn saludo. CHARO.
A los ausentes Toño y Ángel, deciros que tiramos la poca basura del avituallamiento de Los Peñascales sin pena ni gloria...Y como íbamos mal de tiempo no era plan de fingir una avería mecánica para alargar la parada.
ResponderEliminarMe asalta la duda de si Patrick realmente vio el famoso avestruz o todo ha sido una licencia literaria del genial cronista. ¿Realmente estaba allí, Patrick? Que yo miré y miré y no la aví asomarse a la valla.
Y para la próxima visita a la presa del Gasco os recomiendo a los asistentes refrescar las nociones de francés que tengáis, porque siempre pueden hacer falta, ¿verdad Andrés?
Saludos a tod@s.
Chicho
Doy fe de que el avestruz estaba justo donde Patrick indica. De hecho, comenté con los compañeros lo suculenta que es la carne del susodicho animal sobre un plato.
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