Fuente de los Arteseros

Los Arteseros

Esta semana nos acercamos a visitar una fuente pequeña y poco conocida que se oculta en el corazón de uno de nuestros principales montes, Aguas Vertientes.

Comenzaremos nuestro recorrido al inicio de la carretera forestal que une San Rafael y El Espinar en la confluencia de la misma con la N-VI justo enfrente de la Ermita del Carmen que pronto cumplirá 100 años y como sabéis, Luis López y su fabuloso equipo de colaboradores han creado para conmemorarlo la Asociación Centenario  Ermita del Carmen, realizando un trabajo encomiable y a cuyo proyecto se ha unido recientemente nuestro amigo Alfonso creando un prometedor convenio de colaboración entre estos 2 extraordinarios colectivos.

Chozo Arteseros antes de su restauración

Como decía, tomamos la carretera forestal y recorreremos varios kilómetros por esta fabulosa pista asfaltada siempre cobijados bajo la sombra de los enormes pinos silvestres que jalonan nuestro recorrido a ambos lados de la pista.

Dejamos atrás las fuentes de la Virgen de las Nieves y la Yedra, los depósitos de agua de San Rafael y por último el Arroyo Gargantilla bajo el Puente del Ahorcado en una curva, para divisar a nuestra izquierda el letrero que nos anuncia la presencia de la Fuente de Peña Morena que será nuestro punto de referencia para llegar a nuestro objetivo, la Fuente de los Arteseros, también llamada Fuente del Leñador.

Rebasamos el letrero y cien metros después nos encontramos a nuestra derecha uno bancos y mesas de piedra. Pues bien justo al otro lado de la pista, a nuestra izquierda sube un camino arrastradero que tomamos y tras 5 minutos de fatigosa ascensión nos cruzamos con otro sendero, el Camino del Ingeniero. 

Le atravesamos y seguimos subiendo con menos pendiente hasta llegar a un punto donde nuestro camino se divide en tres, cualquiera de ellos nos va a conducir hasta la explanada de Los Arteseros donde termina nuestro trayecto. 

Quizás el de la izquierda sea el más llevadero porque los otros dos suben a “espetaperros” y este sube bordeando la pendiente, más largo pero menos exigente y el único ciclable de los tres. Este de la izquierda tiene marcados puntos grises en  ciertos pinos y piedras para guiarnos en nuestro caminar y en apenas 10 minutos más se abre ante nosotros una pradera deliciosa, hemos llegado a la zona de los Arteseros donde se localiza nuestra fuente.

Chozo Arteseros en 2013

La fuente se halla a nuestra derecha justo antes de llegar a la pradera en una zona de trampales. Es pequeña, hecha de piedra con un generoso caño y con un caudal de agua casi uniforme durante todo el año. Quizás, lo que más llame la atención de ella sea un azulejo decorativo de color azul incrustado en su caño y ya deteriorado por el paso del tiempo. Y es que antaño debió tener varios en su armazón pero el tiempo no perdona y sino que le pregunten al viejo cartel que tiene a sus espaldas donde más que leer intuimos que ponía: “Es tuya, mantenla limpia”.

Tras probar las frías aguas de la fuente subimos a la pradera donde encontramos un chozo o refugio llamado como es lógico de Los Arteseros que es como se conoce a toda esta zona del monte y que afortunadamente ha sido reformado por un grupo de Boy Scouts como reza en un pequeño letrero que hay en la puerta. 

Es amplio y tiene una improvisada chimenea en su interior y en caso de necesidad bien nos puede servir para pasar la noche o guarecernos de las inclemencias meteorológicas. Os dejo un par de fotos de cómo se encontraba hace unos años y como está hoy en día para que apreciéis un poco la diferencia.

Poco más amigos, os aconsejo daros un paseo hasta este lugar donde reina la magia y el silencio, para conocer la fuente, el refugio y si es en otoño posiblemente algún que otro níscalo o boletus que echarnos al zurrón.

Cerquita de aquí se encuentran al menos otras dos fuentes pero eso, me digo, será para otro día.

Que disfrutéis del paseo.

Javier Sanz              

ooOoo

Actualización 20/08/2019

 

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