Puente Romano - La Cepeda

Nuestro homenaje a los gabarreros

Esta mañana se nos une Oscar, que se acerca desde Madrid.

Nos juntamos en El Espinar con Javier y aprovechamos para hacernos foto junto al nuevo monumento a los gabarreros.

Junto al cruce de las tres provincias

La intención es subir hasta La Cepeda, por el margen derecho del Boquerón y para lograrlo pasamos junto al instituto y la Cruz de Santa Quiteria.

Empezamos con fuerza, pero el sendero se va endureciendo y las piedras están muy descarnadas. Como en otros lugares, las fuertes lluvias de este invierno han arrastrado gran parte de la arena que había acumulada entre las piedras y suavizaba el camino.

Puente románico en La Cepda

Grandes tramos empujando la bici, como ya sabíamos que ocurriría. Zarzas que se te enganchan a la ropa y te dejan algún recuerdo en la piel, lo mismo que las abundantes ortigas que flanquean el camino. El ascenso es duro, pero llegamos a la puerta de La Cepeda y al encuentro de las tres provincias.

Puente románico en La Cepeda

El objetivo principal de esta ruta ya está cerca y Javier nos guía con precisión por un sendero de vacas que desciende hacia Las Navas.

Gran agua acumulada por doquier que oculta trampas que te pueden dañar un tobillo, ahora que hemos puesto pie en tierra.



Javier esperando al lento de Oscar

Javier nos orienta hacia mojón de referencia y donde no había nada más que una pradera hermosa, aparece de repente el “puente romano” que buscábamos... pequeño, impresionante, sin que seamos capaces de entender excusa para encontrarse allí. Fotos y risas.

Duro retornar hasta la puerta de La Cepeda y giro a la derecha, primero campo a través, para encontrar senderillo que nos subirá, por uno de los parajes que más me gustan, dejando a la izquierda la Boca del Infierno y después hacia el Collado de las Lagunas. Ya es mucho más fácil el rodar por las pistas más anchas, aunque no dejan de mostrarse algunos repechos durillos, que solventamos a muy buen ritmo.

Cruce con grupo ecuestre numeroso y ya estamos en el Alto Gargantilla. El descenso será el mismo que el realizado hace unos días con los hermanos Javi y Juan Pablo. Parada en la fuente de Peña Morena, donde despediremos a Javier que regresa, en solitario, a El Espinar.

El trío restante acabaremos tomando una cervecita, al sol, en Las Farolas.

Otra información que os puede interesar:

La Dehesa de la Cepeda es un territorio madrileño, término municipal de Santa María de la Alameda, que se encuentra completamente rodeado por la Comunidad de Castilla y León, limitando con las provincias de Segovia y Ávila, y curiosamente es uno de los lugares con mejores pastos de la sierra. El origen de este “exclave” se remonta al siglo XIII, para entonces formaba parte de los territorios madrileños y así estuvo seis siglos hasta la desamortización de Mendizábal, cuando el ministro Pascual Madoz expropió muchos bienes comunales. Esa revolución permitió que las tierras salieran a subasta y fueran adquiridas por la familia Sáinz de Baranda, que fue familia del alcalde de Madrid y de ahí pasó a ser de ganaderos humildes, pero todo esto perteneciendo, al igual que ahora, a Madrid.

Puente románico en La Cepeda

En las fotos aparece el "Puente Romano" perteneciente a una antigua vía de comunicación, ya desaparecida, a través de la Sierra de Malagón. Se encuentra "escondido" en la Dehesa de la Cepeda, perteneciente a Santa María de la Alameda (Madrid), pero junto a El Espinar.  Esta Dehesa es una extensión de arbustos y bosque de más de mil hectáreas.  Ocupa una planicie a más de mil metros de altitud, cerca del valle de Enmedio , la mirada lejana de Cueva Valiente y el horizonte jalonado por el Pino del Boquerón. Existe un privilegio sellado por el Rey Alfonso XI dando el uso comunal de la Dehesa de La Cepeda a los concejos segovianos (El Espinar), y en 1351, Don Pedro, hijo de Alfonso XI, ratificaba la decisión de su padre.

APUNTE: El que nombramos popularmente "Puente Romano", es conocido por algunos como el "Puente Canario". Realmente se trata de puente de estilo románico, pues se data entre los siglos XII y XIII.