Hoy me levanté con el pie izquierdo, luego puse el derecho y comencé a pedalear
A
veces, sin motivo aparente o puede que, con demasiados motivos, nos despertamos
sintiéndonos desorientados, como si hubiéramos comenzado el día con el pie
izquierdo.
Son
esos días extraños que todos hemos experimentado alguna vez y que parecen acompañar
a cielos nublados y sombríos. Sin embargo, resulta aún más
desconcertante cuando este desánimo nos invade en un día soleado.
¡¡Bendita sea la inocencia infantil y la de aquellos a los que los años les hacen sentirse como niños!
En
Cercedilla, bajo un cielo despejado que invita a adelantar la hora para futuros
encuentros, nos reunimos: Ángel, Ernesto, Juan, Luis
Ángel, Miguel Ángel, Pawel y Alfonso. Los
saludos y abrazos, siempre generosos, ayudan a disipar las inquietudes previas,
aunque es mejor no arriesgarse durante la ruta.
Nuestras
primeras pedaladas nos llevan a atravesar el centro urbano de Cercedilla y
acercarnos a la estación, pero no tomaremos el tren. En
cambio, desde allí, rodaremos por la senda Ródenas y el camino
Puricelli, del que ya dábamos cuenta hace más de quince años. Poco
ha cambiado desde entonces. Se diría, tal vez, que cada
vez hay más piedras.
Al
poco de empezar, Miguel Ángel recibe llamada de casa. Le requieren
por una avería doméstica. Nervioso y preocupado, se
despide y nos deja para regresar. Lo
sentimos, amigo.
La
primera parada, obligada y anhelada, junto al arroyo y la fuente de La
Piñuela, en la que ya no nos sorprende ver un gran caudal de agua brotando
de su caño de formidable diámetro.
El camino
Puricelli nos pone rumbo hacia el camino de los Campamentos y éste al camino
viejo de Segovia, que nos muestra precioso paraje a su cruce con la Vereda
de La Piñuela. Vamos a regresar hoy mismo
hasta este lugar. Una auténtica maravilla de
recorrido, con zonas muy verdes y alegres arroyos, en un día perfecto para
disfrutar de la naturaleza y la compañía. La rueda trasera de Luis Ángel pierde algo de aire y le dará problemas durante toda la ruta.
Desvío para el recuerdo
Antes de adentrarnos en el Camino de la Fuenfría o Camino de la República, sugiero desviarnos del guion para acercarnos a visitar los restos en ruinas del Chalet Residencia Peñalara (de 1918). Este edificio, con sus puertas y ventanas tapiadas para evitar accidentes, se encuentra en la Pradera de Corralillos, un lugar auténticamente privilegiado.
Hace unos ocho o nueve años, se intentó
construir un hotel de 4 estrellas en este mismo sitio, pero el proyecto no tuvo
éxito. Es
una auténtica pena ver el estado actual de este lugar histórico.
Si Schmid (el camino Schmid) levantara la cabeza. Ver: El Camino Schmid nos conduce a El Espinar
Tras
unos minutos de relajo, volvemos a ponernos en marcha. No
hay pérdida. Es preferible que cada uno siga su propio ritmo,
pero tranquilos, que pararemos junto a unas peñas para tomarnos fotos con el Montón
de Trigo a nuestras espaldas, antes de llegar al Mirador de los Poetas
(Vicente Aleixandre, Luis Rosales)
Y nos
volveremos a detener en la fuente de Antón Ruiz, por donde cruza el camino Schmid, poco antes del Mirador
de La Reina. ¿Cómo podríamos resistirnos a hacer
otra parada en este lugar? Allí abajo, entre los pinos,
destaca el chalet visitado. ¡Qué maravilla de vistas!
¡Hola Puerto
de la Fuenfría (1796 m), camino Schmid, carril del Gallo, fuente
de la Reina! Ya nos veremos. Ahora
tenemos prisa.
Rodamos
por el GR-10, siguiendo la Vereda del Infante. Las
vistas son una constante fuente de asombro y la temperatura es perfecta. Los
pequeños piques con los compañeros nos mantienen alerta y animados cuando pasamos
junto a la fuente del Infante, pero sin detenernos y sin perder ritmo
hasta llegar al Collado de Marichiva (1753 m)
En un
intento por contactar con nuestros amigos (Andrés, Fer, Nacho…) que imaginamos
podrían haber salido desde San Rafael y estar por esta misma zona,
descubrimos que no hay cobertura. ¿Cómo
es posible? De nuevo en marcha, ahora por la pista
forestal de la Calle Alta, desviándonos del track previsto y no
detenernos hasta el Collado del Rey (1614 m). ¡Uy,
cuanto hemos bajado!
Pero
sin duda merecía la pena en un día tan genial. Un
buen rato para disfrutar de las vistas, empaparnos de ellas y reírnos mucho. Desde
aquí, que cerca parece estar el camino de Los Lomitos.
Sí,
amigos, cuesta abandonar tan bello lugar, pero ahora toca recuperar altura, ya
lo sabíamos. Así que allá vamos. Algo más
de dos kilómetros antes de reagrupar a las puertas de la Vereda de La
Piñuela. ¡Sigamos explorando!
Explorando la Ladera del Infierno
Recorriendo
otros dos kilómetros, ahora en un terrible descenso, nos encontramos con un
terreno muy complicado. El desnivel es pronunciado a
tramos, especialmente en las curvas y lo peor es la gran cantidad de piedra
suelta e insegura que cubre el camino. Este
tramo es sólo apto para muy avezados o aquellos dispuestos afrontar el desafío
a pie.
La
ruta nos lleva a recorrer de nuevo sendas y pistas conocidas, hasta llegar a la
altura del desvío al Chalet Peñalara, referencia para tomar, ahora por la
derecha, camino escalonado de piedras hasta cruce con la calzada Borbónica. A
partir de aquí, nos espera un buen trecho: primero, en busca del puente La
Navazuela, que cruza el río de la Venta y luego, un desvío cerca del
arroyo de Cerromalejo.
La senda
de la Vereda Alta, mucho más asequible y disfrutona, nos guía en un
descenso constante hasta el Camino del Agua para finalmente regresar a
zona urbana de Cercedilla.
En la
última cuesta antes de llegar a los coches, el aroma de las parrillas nos rodea
y se escuchan sevillanas a fuerte volumen. Estamos
en Abril.
Con A&A voy a donde sea pero cuando me enteré de que iríamos a la Fuenfría y Marichiva me alegré especialmente. La verdad es que si yo tuviera que diseñar la 'ruta perfecta' en BTT se parecería mucho a esta por la compañía, los paisajes, las cuestas, el tiempo... salvo por esa bajada de pedrolos rotos que sabéis que llevo tan mal. Como siempre estupenda crónica y estupendas fotos, gracias Alfonso.
ResponderEliminarRecorrido precioso partiendo desde Cercedilla en la primera ruta con calor, aunque pedaleamos más de un ochenta por ciento del trayecto a la sombra ( ¡que suerte!).
ResponderEliminarEntretenida con momentos divertidos si exceptuamos la bajada dichosa.
Lastima que Miguel A. nos dejará al poco de empezar, espero que esté solucionado el imprevisto que le privó de un estupenda mañana.
Nos acordamos de muchos compañeros...
Un abrazo Sed Felices.