A la Cruz de Pedro Álamo con AlfonsoyAmigos

Siempre parece imposible, hasta que se hace. – Nelson Mandela

La mañana se muestra fresca en San Rafael, muy agradable, pero a nadie engaña. Sabemos que la temperatura va a subir bastante a lo largo de las horas.

Repetimos al desplazar nuestro punto de encuentro al aparcamiento a la entrada de San Rafael, pero la poca disponibilidad del Paseo Rivera, convertido en peatonal en su mayor parte, pronto es aprovechada por otro grupo ciclista que tal vez quiere emular alguna de las rutas de AlfonsoyAmigos sin perder la referencia del punto de inicio.

Otros grupos se afanan en poner sus máquinas a punto por las calles aledañas, mientras la Guardia Civil realiza controles rutinarios a los vehículos que acceden al pueblo por su arteria principal.

Hoy no esperamos mucha asistencia a la cita, al conocer que ya hay compañeros que han iniciado sus merecidas vacaciones y otros que intentarán unirse a nosotros en algún punto del recorrido… lamentablemente no lo conseguirán.

Pero no faltarán quienes acudan con ganas al encuentro. Unos con resaca de la escapada a tierras granadinas y con muchas anécdotas que contar y otros lamentando no haber podido acudir aun dudando si hubiéramos sido capaces de lograr el mismo empeño.

Ante la mirada de reojo de la Guardia Civil, acudimos, nos saludamos con mascarillas y con cierta efusión reprimida: Andrés, Ángel, Jesús, Juan, Luis Ángel, Miguel, Pawel y Alfonso.

Lo siento, no puedo ofrecer de inicio un track orientador. Casi todos los tramos serán conocidos para la mayoría pero intentaremos una vez más combinarlos de la mejor forma. Ya veremos a ver cómo resulta.

Los 8 presentes partimos con alguna demora. Dejando atrás la Ermita del Carmen cogemos la pista forestal para ir calentando piernas. La Fuente de las Nieves nos indica que debemos pasar cancela para adentrarnos en los pinares.

Otras vías de acceso nos son conocidas para coger el Camino del Ingeniero, pero nos proponemos tomarlo desde su inicio, dejando a un lado un Arroyo Mayor por el que apenas discurre un hilillo de agua.

Habrá quien desista de conseguir la proeza desde el primer metro pero Luis Ángel y Pawel llegarán a intentarlo hasta tres veces después de aprender con cada fallo y casi, casi que lo logran… pero aún queda mucha ruta.

Se avanza a buen ritmo sostenido, sorteando los obstáculos quizá con más destreza que nunca, mientras se avisa al compañero de ramas bajas o mejor trazado.

No respondo por otros ciclistas, por otros grupos, pero sí sé lo que hacemos en AlfonsoyAmigos: Respetar la naturaleza y respetar al resto de deportistas… Aflojamos la marcha, nos echamos a un lado cuanto podemos para no molestar, saludamos y damos las gracias a quienes nos ceden amablemente el paso.

A pesar de ello, no es raro (ya comenté otra anécdota) encontrarse a quien parece haberse levantado con mal pie o piensa que el sendero por el que camina es de su propiedad… No voy a comentar nada más de lo ocurrido en cierto tramo, salvo constatar mi creencia de que la afabilidad y concordia es mayor entre los que  amamos el deporte y la naturaleza.

Cerca de Peña Morena encontramos el fuerte repechón que todos conocemos, el que todos intentamos superar y ante el que acabamos derrotados por lo seca, suelta y resbaladiza piedra. Pero aún no se ha pasado lo peor.

Tras desvío, cogeremos el camino más alto que nos lleva hacia la cotera divisoria de provincias. En este punto vamos muy bien de hora, por lo que rodamos por la Boca del Infierno, nos acercarnos al cruce de las Tres Provincias y rodeamos Cabeza Perdiguera. Siete kilómetros que, a la postre, acabarían pesando en las piernas y retrasaría nuestra hora de regreso.

Por la pista forestal ya va haciendo mella la subida de temperatura y afortunadamente aún ofrece agua abundante y fresca la fuente que conozco en la ladera derecha en Cañada Traviesa. Ignoro el nombre de esta fuente.

Las Lagunillas muy secas, aunque Ángel observa y apunta que se mantiene muy verde la zona de alrededor, así como el tramo que tenemos que atravesar hasta alcanzar nueva puerta de la cotera.

A la derecha “Las Municiones”, al frente “Los  Esportones” y a la izquierda se nos ofrece el terrible ascenso hacia el Peñón de la Solana.

Con la eléctrica supero bastante tramo, menos que en anterior ocasión, pues el suelo resbala mucho a tramos y es obligado el pie en tierra y el consiguiente empuja-bike. Terrible, piedras, ramas, surcos… con ganas de darnos la vuelta si no conociera lo que alcanzamos después. La información de las fotos da muestra de que hemos empleado casi media hora en el ascenso. Lástima no disponer de más tiempo para comerse tranquilamente un bocadillo en el alto, donde corre un aire que se agradece.

Creo que el trazado de regreso justifica todo el esfuerzo realizado y son las 12,39 horas, pero la vuelta se llevará más tiempo del pensado. Cada obstáculo, cada nuevo repecho antes salvado sin problemas ahora se convertirá en una espina en la zapatilla de unas piernas muy castigadas. El Camino del Ingeniero en sentido contrario es “otro Camino del Ingeniero” comenta Pawel, que ha afrontado cada repecho de la ruta como si fuera el último.

Descenso por pista muy rota junto al Arroyo Goyato que nos sitúa en la pista forestal El Espinar-San Rafael. Cercanías de Peña Morena y San Rafael de nuevo.

Justo de tiempo, Luis Ángel se despide de nosotros hasta su regreso de vacaciones. ¡Disfruta amigo!

El resto, con la boca más seca que la suela de una alpargata, daremos buena cuenta de unas formidables jarras de cerveza con limón, a las que amablemente nos invitará Jesús por su reciente cumpleaños. ¡¡Felicidades de nuevo, Jesús!!

Las bofetadas me llegan por todos lados. Casi 42 kms, a mí me marca más de 1000 m de desnivel acumulado y lo que es peor, una ruta de 5 horas y cuarto, con muchas sombras pero con calor infernal.

Tranquilos amigos… la próxima semana MAS.

¡¡Feliz Día Internacional del Abuelo!!